• Veterinarios especializados
en oftalmología, traumatología e incluso cardiología,
entre otros, así como la alimentación, contribuyen
a su longevidad y conducta
• En muchos casos han cambiado su rol y ahora forman parte
del núcleo familiar
“Perro viejo no aprende trucos nuevos”,
no es más que un mito. Ahora, por la atención médica
especializada, se ha incrementado el promedio de vida de animales
de compañía. Veterinarios expertos en oftalmología,
traumatología e incluso cardiología, entre otros, contribuyen
a su conducta y para que, por ejemplo, en la actualidad un perro viva
en promedio de 15 a 18 años.
A ello también ha favorecido la alimentación.
Ahora existen distintas clases de comida, y siempre será mejor
la concentrada a la casera, pues se trata de dietas balanceadas, con
distintos tipos de nutrientes, y micronutrientes como vitaminas y
minerales, que son difíciles de suplementar en las de tipo
casero, señaló Alberto Tejeda Perea, coordinador del
área clínica del Hospital de Especialidades en Fauna
Silvestre y Etología de la Facultad de Medicina Veterinaria
y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Para adentrarse en el tema, consideró
necesario aclarar que no son mascotas. Estas últimas “son
algo inanimado que podemos manipular a nuestro antojo, como un juguete,
pero cualquier ser vivo tiene características especiales, así
que lo correcto es animal de compañía”.
Cambio de roles
De manera tradicional, los perros y gatos
han sido acompañantes por excelencia; sin embargo, en la actualidad
se han agregado conejos, hurones y erizos, entre otros, considerados
fauna silvestre; no obstante, añadió, en muchos casos
han cambiado su rol y ahora forman parte del núcleo familiar.
En el mundo, la población de gatos
aumentó para cumplir con ese papel, pero mantienen cierta independencia
del dueño, a diferencia del perro, que requiere en mayor medida
de la atención del hombre.
Para lograr una adecuada convivencia se echa
mano de la etología (estudio del comportamiento animal y que
tiene alrededor de 12 años como materia obligada en la FMVZ
de la UNAM), que ayuda a entender las actividades cotidianas de los
animales.
“Una derivación del estudio
de la conducta es la especialidad conocida como etología clínica,
rama de la medicina veterinaria que se encarga de valorar, diagnosticar
y tratar alteraciones o problemas de conducta; aquí, una de
las herramientas más importantes es la modificación
de esta última, reaprender cosas, capacitar al propietario
para reestablecer la relación con el animal. Perros y gatos
aprenden todo el tiempo”, enfatizó.
Esta área comenzó de manera
conjunta con el Hospital Veterinario de Especialidades de la FMVZ,
con un día de consulta a la semana; en la actualidad, es parte
del Hospital Veterinario de Especialidades en Etología y Fauna
Silvestre, con horario de consulta toda la semana.
Aquí se atiende a perros fóbicos,
desde aquellos que sólo tienen miedo a algo en específico,
hasta los que le temen a varios estímulos o situaciones con
pérdida del control. Otros problemas que se atienden son diferentes
tipos de agresiones: hacia personas de la misma casa, a sujetos extraños
(territorial), y la que hay entre ellos mismos, para diferenciar a
un líder de un subordinado.
El trabajo en el hospital es a diario con
el propietario, quien recibe las instrucciones y debe aplicarlas en
casa. Hay reeducación de éste, junto con el animal.
Animales fóbicos y ansiosos
Tejeda explicó que hay especímenes
ansiosos por separación, si el propietario no está en
casa, lo que se denomina figura de apego. Para detectar ese tipo de
comportamientos, los signos son destrucción de objetos, orinar
y defecar en todos lados, ladrar. “Desafortunadamente, para
el animal, es una situación muy perturbadora, están
en un estado de miedo importante porque tal vez creen que los abandonarán”.
El desconocimiento de la conducta normal
de los animales puede derivar en fobias (como el caso en que el miedo
es recompensado al tratar precisamente de calmarlo); sin embargo,
en algunas ocasiones los ambientes con falta de normas y límites
pueden ser iniciadores de conductas ansiosas.
Contrario a lo que sucede en programas televisivos,
la solución de problemas lleva más de un mes, en ocasiones
tres o cuatro, y algunos casos requieren el uso de medicamentos, concluyó.
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