Boletín UNAM-DGCS-767
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 29 de diciembre de 2011


Catherine Menkes Bancet
           

EN MÉXICO, 50 POR CIENTO DE LOS EMBARAZOS ADOLESCENTES NO SON PLANEADOS

 

• Ante la falta de oportunidades, las jóvenes de clase baja, principalmente, ven en la maternidad una alternativa de vida, destacó Catherine Menkes Bancet, del CRIM de la UNAM
• Actualmente, más del 35 por ciento de los jóvenes no usa ningún anticonceptivo en su primera relación sexual, señaló

En México, el 30 por ciento de las mujeres jóvenes de 15 a 24 años que pertenecen al estrato socio-económico “muy bajo”, es decir, una cuarta parte de las mexicanas, tuvieron un embarazo en la adolescencia, y 50 por ciento de éstos no fueron planeados, afirmó Catherine Menkes Bancet, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

En tanto, del nivel considerado “bajo” (43 por ciento de las mujeres), 23 por ciento lo tuvieron en la adolescencia, refirió.

Este fenómeno ocurre en mayor medida entre los sectores de menores recursos, porque en las clases alta y media el porcentaje se reduce a cuatro y 10 por ciento, respectivamente.

Aunque se ha hecho mayor difusión del uso de anticonceptivos, se sabe que actualmente más del 35 por ciento de los jóvenes no usa ningún anticonceptivo en su primera relación sexual. Esto significa que aunque ha habido un importante descenso en la fecundidad general, aún existe un alto índice y poco sexo protegido, destacó.

Aún hay retos importantes en la parte demográfica, y uno de ellos es la sexualidad y reproducción; es más evidente si consideramos que en México, 14 por ciento de todos los nacimientos pertenecen a este grupo poblacional, apuntó.

Muchos fenómenos convergen en esta situación, entre ellos, las relaciones de género; por ejemplo, en los contextos tradicionales, si una mujer pide el uso del condón, los hombres la califican de fácil, liberal y con falta de compromiso, indicó la especialista en estudios de población.

También, algunos varones, con ideología tradicional, consideran que demuestran su virilidad al tener relaciones sexuales con muchas parejas, y lo hacen sin preservativo; “pero lo más grave es que en muchas ocasiones no lo emplean porque no saben cómo hacerlo”, recalcó.

Además, las políticas de salud y de población contribuyen a estas condiciones, porque están dirigidas a mujeres adultas casadas o unidas; además, por sus circunstancias, los adolescentes no siempre se apropian de los mensajes de las campañas de salud sexual y reproductivas.

Asimismo, este problema se vincula con otros como el aborto, pues para tomar esta decisión influye la falta de información y acceso a métodos anticonceptivos.

De igual manera, se ha encontrado que existe más riesgo biopsicosocial si ellas tienen hijos antes de los 19 años, y además, la falta de protección sexual en este segmento lo expone a adquirir enfermedades de transmisión sexual como el VIH o papiloma humano.

En sus investigaciones, la universitaria ha encontrado que una parte de los jóvenes mexicanos ignoran información referente a la biología de la reproducción. “No saben en qué días puede quedar encinta una mujer, y todavía piensan que en la primera relación no existe riesgo de embarazo”.

Otro dato importante es que asocian amor y confianza con el hecho de estar sano y, por lo mismo, no piden a su pareja usar el condón.

Estudios han demostrado que alrededor del 80 por ciento de las adolescentes embarazadas ya habían abandonado la escuela. “En su mayoría son mujeres que, en términos generales, tienen pocas oportunidades de desarrollo personal o de escolarización prolongada”, abundó.

Alternativas

“Una buena forma de hablarle a los jóvenes, es con un lenguaje sencillo, sin tecnicismos, o hacer de la cultura de la prevención y la protección algo que sea parte de sus vidas”, recomendó.

Es importante que la información sea interactiva, y sensibilizar a profesores y padres de familia acerca de la importancia de platicar con los adolescentes de estos temas.

Asimismo, sugirió ofrecer a este segmento más oportunidades de desarrollo profesional y de género, para que no se valoren sólo por el hecho de ser madres. Finalmente, se debe buscar que el hombre se haga responsable en el uso de los métodos anticonceptivos para que esta práctica no recaiga únicamente en ellas, concluyó.

 

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Fotos


Catherine Menkes Bancet, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.