Boletín UNAM-DGCS-764
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 27 de diciembre de 2011


Marta Menjívar Iraheta
           

INDISPENSABLE, ANALIZAR COMPONENTE GENÉTICO DE LA DIABETES

 

• Estamos ante un problema nacional de salud, en el que debemos descifrar el factor hereditario que provoca gran prevalencia de la enfermedad, consideró Marta Menjívar Iraheta, de la Facultad de Química de la UNAM

La diabetes debe abordarse como un problema nacional de salud por el incremento de su prevalencia, que en 2010, registró un 6.6 por ciento entre la población de 20 a 79 años de edad, y 20 por ciento en los adultos de 60 a 69. Además, se han detectado casos en niños de 10 a 14 años.

Entre las acciones orientadas a ese fin, se debe considerar que el 65 por ciento del componente genético de los mexicanos es amerindio, y que debe ser abordado en lo particular, pues el diseño de medicamentos o cualquier tratamiento debe atender estos datos y ahondar en ellos para contar con un sistema de salud adecuado, consideró Marta Menjívar Iraheta, de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.

El país tiene grupos con alta susceptibilidad al desarrollo de ese padecimiento, lo que se magnifica en asociación con el medio ambiente, prosiguió. Por ello, se debe descifrar la parte hereditaria que provoca la alta prevalencia.

Los datos publicados desde el siglo pasado por Rubén Lisker, y los resultados recientes de indagaciones en este ámbito, demuestran que el genoma de la población mestiza mexicana presenta, en promedio nacional, un 70 por ciento de origen indígena, casi 25 por ciento de caucásico, y cinco por ciento, de raíz africana.

La coordinadora del posgrado en Bioquímica Clínica de la FQ, instó a orientar los esfuerzos de los expertos al estudio de los grupos indígenas que subsisten en el territorio para conocer nuestra genómica.

Esto contribuiría a caracterizar las enfermedades más frecuentes y determinar un tratamiento óptimo. “Conformará el etnosoma, contribución de estas poblaciones al genoma del mestizo mexicano, que debemos identificar plenamente”, reiteró.

De acuerdo con estimaciones de la Federación Internacional de la Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés) en el mundo existen más de 366 millones de diabéticos, que en conjunto generan un gasto en tratamiento y control de 465 mil millones de dólares.

Por los trastornos metabólicos que provoca, al año mueren 4.6 millones de pacientes en el orbe, es decir, un persona cada siete segundos, de acuerdo con el documento New IDF data reveals diabetes epidemic continues to escalate.

A nivel nacional, se registraron más de 72 mil fallecimientos en 2010 por esa afección, lo que la ubicó como la principal causa de muerte. Del total de decesos, el 52.2 por ciento correspondió a mujeres y 47.8 por ciento a hombres.

También ocupa el primer lugar como causa de incapacidad prematura, al provocar ceguera por retinopatía diabética, insuficiencia renal y amputaciones no traumáticas de miembros inferiores, entre otras consecuencias.

Abordaje genético

En este contexto, la Universidad Nacional, a través de la Facultad de Química, impulsa el análisis genético de los 62 grupos indígenas del país, que se pueden agrupar en cinco troncos lingüísticos; así, para evaluar las poblaciones que derivan de los mayas, se explorarán los Teenek, los Chontales, y de ahí hacia Guatemala, Belice y El Salvador, refirió Menjívar Iraheta.

Primero, el grupo de investigación en diabetes, integrado además por Ángeles Granados, del Laboratorio de Diabetes de la FQ, y Guadalupe Ortiz, del Laboratorio de Endocrinología Molecular del Hospital Juárez de México, encontró el poliformismo T130I en diabéticos mestizos, con una frecuencia del 16 por ciento, al evaluar el gen HNF-4alfa, involucrado en la regulación de la insulina. Esta mutación se relaciona con la aparición de la enfermedad en japoneses y daneses, pero a diferencia de México, en ellos hay muy baja prevalencia.

Con esta información, las científicas evaluaron la frecuencia de la mutación en indígenas mexicanos, específicamente en mazahuas, del Estado de México, y teenek, de San Luis Potosí. En la identificación de las características genéticas, se detectó una frecuencia alta de T130I, de entre siete y 11.4 por ciento.

Estos datos apuntan hacia la existencia de susceptibilidad de los integrantes de comunidades originarias, que contribuye a la aparición de diabetes en población mestiza.

En sus publicaciones conjuntas, las expertas concluyen que estos hallazgos plantean la necesidad de evaluar el impacto en otras etnias. “Exploramos cuál es el fondo genético que pudiera conducir a susceptibilidad a estos trastornos, en genes que participan en el desarrollo y función del páncreas”, destacó.

Después de reconocer el etnosoma, la idea es contribuir a la atención de factores externos que inciden en la aparición de diabetes. “No se trata sólo de detectar el origen de los genes implicados, sino de comprender la manera en que los grupos más sensibles y desprotegidos responden al tratamiento, como una intervención alimenticia”, ejemplificó.

Al respecto, el grupo trabaja con los habitantes de Chimalhuacán, municipio del Estado de México, donde convergen la mayoría de las etnias del país. En promedio, en el lugar se asientan casi cinco mil personas por mes, provenientes de diferentes latitudes de la República. La indagación está orientada a caracterizar la población y realizar estudios de intervención.

Marta Menjívar enfatizó que los expertos no suponen que la diabetes sea fruto solamente de la genómica; si bien esto es básico, hay elementos que influyen en su aparición, como el efecto del medio ambiente, estrés, estilo de vida, que pueden ocasionar que un individuo con el mejor estado de salud al inicio de su vida, pueda desarrollar la enfermedad.

El conocimiento contribuirá a un mejor y más directo manejo terapéutico. En el futuro, las personas conocerán sus características genéticas, en las que podrán intervenir con distintos fines, concluyó.

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Fotos


Marta Menjívar Iraheta, de la Facultad de Química de la UNAM.