• Estamos ante un problema nacional
de salud, en el que debemos descifrar el factor hereditario que
provoca gran prevalencia de la enfermedad, consideró Marta
Menjívar Iraheta, de la Facultad de Química de la
UNAM
La diabetes debe abordarse como un problema
nacional de salud por el incremento de su prevalencia, que en 2010,
registró un 6.6 por ciento entre la población de 20
a 79 años de edad, y 20 por ciento en los adultos de 60 a 69.
Además, se han detectado casos en niños de 10 a 14 años.
Entre las acciones orientadas a ese fin,
se debe considerar que el 65 por ciento del componente genético
de los mexicanos es amerindio, y que debe ser abordado en lo particular,
pues el diseño de medicamentos o cualquier tratamiento debe
atender estos datos y ahondar en ellos para contar con un sistema
de salud adecuado, consideró Marta Menjívar Iraheta,
de la Facultad de Química (FQ) de la UNAM.
El país tiene grupos con alta susceptibilidad
al desarrollo de ese padecimiento, lo que se magnifica en asociación
con el medio ambiente, prosiguió. Por ello, se debe descifrar
la parte hereditaria que provoca la alta prevalencia.
Los datos publicados desde el siglo pasado
por Rubén Lisker, y los resultados recientes de indagaciones
en este ámbito, demuestran que el genoma de la población
mestiza mexicana presenta, en promedio nacional, un 70 por ciento
de origen indígena, casi 25 por ciento de caucásico,
y cinco por ciento, de raíz africana.
La coordinadora del posgrado en Bioquímica
Clínica de la FQ, instó a orientar los esfuerzos de
los expertos al estudio de los grupos indígenas que subsisten
en el territorio para conocer nuestra genómica.
Esto contribuiría a caracterizar las
enfermedades más frecuentes y determinar un tratamiento óptimo.
“Conformará el etnosoma, contribución
de estas poblaciones al genoma del mestizo mexicano, que debemos identificar
plenamente”, reiteró.
De acuerdo con estimaciones de la Federación
Internacional de la Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés)
en el mundo existen más de 366 millones de diabéticos,
que en conjunto generan un gasto en tratamiento y control de 465 mil
millones de dólares.
Por los trastornos metabólicos que
provoca, al año mueren 4.6 millones de pacientes en el orbe,
es decir, un persona cada siete segundos, de acuerdo con el documento
New IDF data reveals diabetes epidemic continues to escalate.
A nivel nacional, se registraron más
de 72 mil fallecimientos en 2010 por esa afección, lo que la
ubicó como la principal causa de muerte. Del total de decesos,
el 52.2 por ciento correspondió a mujeres y 47.8 por ciento
a hombres.
También ocupa el primer lugar como
causa de incapacidad prematura, al provocar ceguera por retinopatía
diabética, insuficiencia renal y amputaciones no traumáticas
de miembros inferiores, entre otras consecuencias.
Abordaje genético
En este contexto, la Universidad Nacional,
a través de la Facultad de Química, impulsa el análisis
genético de los 62 grupos indígenas del país,
que se pueden agrupar en cinco troncos lingüísticos; así,
para evaluar las poblaciones que derivan de los mayas, se explorarán
los Teenek, los Chontales, y de ahí hacia Guatemala, Belice
y El Salvador, refirió Menjívar Iraheta.
Primero, el grupo de investigación
en diabetes, integrado además por Ángeles Granados,
del Laboratorio de Diabetes de la FQ, y Guadalupe Ortiz, del Laboratorio
de Endocrinología Molecular del Hospital Juárez de México,
encontró el poliformismo T130I en diabéticos mestizos,
con una frecuencia del 16 por ciento, al evaluar el gen HNF-4alfa,
involucrado en la regulación de la insulina. Esta mutación
se relaciona con la aparición de la enfermedad en japoneses
y daneses, pero a diferencia de México, en ellos hay muy baja
prevalencia.
Con esta información, las científicas
evaluaron la frecuencia de la mutación en indígenas
mexicanos, específicamente en mazahuas, del Estado de México,
y teenek, de San Luis Potosí. En la identificación de
las características genéticas, se detectó una
frecuencia alta de T130I, de entre siete y 11.4 por ciento.
Estos datos apuntan hacia la existencia de
susceptibilidad de los integrantes de comunidades originarias, que
contribuye a la aparición de diabetes en población mestiza.
En sus publicaciones conjuntas, las expertas
concluyen que estos hallazgos plantean la necesidad de evaluar el
impacto en otras etnias. “Exploramos cuál es el fondo
genético que pudiera conducir a susceptibilidad a estos trastornos,
en genes que participan en el desarrollo y función del páncreas”,
destacó.
Después de reconocer el etnosoma,
la idea es contribuir a la atención de factores externos que
inciden en la aparición de diabetes. “No se trata sólo
de detectar el origen de los genes implicados, sino de comprender
la manera en que los grupos más sensibles y desprotegidos responden
al tratamiento, como una intervención alimenticia”, ejemplificó.
Al respecto, el grupo trabaja con los habitantes
de Chimalhuacán, municipio del Estado de México, donde
convergen la mayoría de las etnias del país. En promedio,
en el lugar se asientan casi cinco mil personas por mes, provenientes
de diferentes latitudes de la República. La indagación
está orientada a caracterizar la población y realizar
estudios de intervención.
Marta Menjívar enfatizó que
los expertos no suponen que la diabetes sea fruto solamente de la
genómica; si bien esto es básico, hay elementos que
influyen en su aparición, como el efecto del medio ambiente,
estrés, estilo de vida, que pueden ocasionar que un individuo
con el mejor estado de salud al inicio de su vida, pueda desarrollar
la enfermedad.
El conocimiento contribuirá a un mejor
y más directo manejo terapéutico. En el futuro, las
personas conocerán sus características genéticas,
en las que podrán intervenir con distintos fines, concluyó.
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