• Percances vehiculares y agresiones
pueden causar traumas maxilofaciales, lesiones graves en el esqueleto
óseo del rostro y problemas neurológicos
• Del total de casos, 40 por ciento son ocasionados por colisiones
automovilísticas
Cada vez es más frecuente que ocurran
accidentes de riesgo, sea por colisiones automovilísticas,
incidentes en el trabajo o asaltos, que pueden generar traumas maxilofaciales,
como lesiones leves en la cara hasta daños más graves
en el esqueleto óseo en el rostro y problemas neurológicos.
Gabriel Loranca Fragoso, coordinador del
Departamento de Cirugía Bucal y Maxilofacial de la Facultad
de Odontología (FO) de la UNAM, destacó el peligro de
dichos impactos por su frecuencia. Del total, 40 por ciento son ocasionados
por percances vehiculares.
El también especialista en cirugía
oral y maxilofacial, dijo que estudiantes de la entidad complementan
su preparación académica con trabajos en instituciones
de salud, y la experiencia en hospitales indica que prevalece una
mayor incidencia de traumas maxilofaciales ocasionados por accidentes
automovilísticos; cerca de un 20 a 25 por ciento, por accidentes
en el trabajo, y el resto, a consecuencia de agresiones como asaltos,
caídas, incidentes en juegos mecánicos y riñas,
entre otros.
La Facultad de Odontología lleva a cabo una rotación
de alumnos en hospitales del Seguro Social y del DF, que registran
la frecuencia de dichos traumas, cada vez más comunes entre
las mujeres, aunque aún hay mayor número de casos en
hombres.
En los centros del gobierno del Distrito
Federal, el grueso de percances que producen un trauma maxilofacial
tienen como origen accidentes, asaltos y riñas.
“En caso de un robo, se debe a que
la agresión de un delincuente se dirige, principalmente, a
la cara de la víctima”, explicó.
Sin embargo, señaló que también
hay casos de niños (aunque no frecuentes) que muestran este
tipo de daño porque fueron agredidos en el hogar o sufrieron
accidentes por agua caliente en la cara, manipulación de objetos
en la corriente eléctrica, exposición de la cabeza a
bordo de un auto o por quemaduras. Para este sector, la UNAM cuenta
con un Departamento de Odontopediatría.
“En general, cualquier tipo de fuerza
física, química o por mascotas puede afectar la región
facial e incluso la oral. Se manifiesta, por lo regular, en diferentes
tipos de lesiones, desde muy incipientes, que pueden ser sólo
golpes contusos, inflamación o colección de sangre bajo
la piel, hasta accidentes de alto impacto que provocan lesiones más
graves en el esqueleto de la cara, fracturas o pérdida de un
fragmento”, apuntó Loranca Fragoso.
Los más graves son daños al
globo ocular, cavidad oral o muchas veces al cráneo. Este último
puede manifestarse en pérdida de la conciencia o memoria, problemas
neurológicos o pacientes en coma.
Para tratar a un paciente se sigue un protocolo
de atención. El primer paso es descartar que presente problemas
respiratorios, circulatorios y neurológicos (porque puede tener
implícita una afectación craneoencefálica) o
pérdida de conciencia.
Aunque, como resultado del trabajo en instituciones
de salud, se conoce que el 20 por ciento de los individuos que llegan
a un hospital con las afectaciones referidas, registran problemas
neurológicos.
La Facultad de Odontología mantiene
una relación estrecha con el Hospital General Xoco y el Magdalena
de las Salinas, porque los estudiantes realizan ahí parte
de su preparación académica.
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