• En el Valle de México,
se desperdicia el potencial de un millón 400 mil toneladas
de CO2 anuales, que podrían ser captadas del Bordo Poniente,
dijo Elvira Schwanse, especialista en reciclaje, de la FA de la
UNAM
• Hasta la fecha, en México existe sólo un proyecto
–en Monterrey– que ya transforma el metano en electricidad;
hay otros que están diseñados, pero no están
en operación
Cada 24 horas, los habitantes de la Ciudad
de México generan, en promedio per cápita,
1.4 kilogramos de residuos sólidos, que suman diariamente alrededor
de 12 mil 500 toneladas de basura; esos desperdicios contienen energía
reutilizable, explicó Elvira Schwanse, especialista en reciclaje,
de la Facultad de Arquitectura (FA) de la UNAM.
La autora del estudio “Potenciales
de reciclables de plásticos para materiales de construcción”,
que obtuvo mención honorífica en el Concurso Nacional
de Reciclaje 2008, sugirió no desperdiciar los gases que emiten
los residuos orgánicos (dióxido de carbono y metano),
para emplearlos en la obtención de biogás.
Se estima que, anualmente, un millón
400 mil toneladas de este último, podrían ser captadas
del relleno sanitario Bordo Poniente, único en el Distrito
Federal, que será clausurado en 2012.
“Existen siete nuevos proyectos de
Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) registrados en la zona metropolitana
del Valle de México (ZMVM), pero ninguno transforma los biogases
en electricidad, calor u otro tipo de energía renovable”,
puntualizó.
Asimismo, destacó el ejemplo del ex
relleno sanitario Prados de la Montaña, en Santa Fe, al poniente
de la ciudad de México, que contó durante los últimos
10 años con excelentes condiciones para su aprovechamiento.
“No obstante, aún son valederas sus emisiones de gases,
y aunque se captan, sólo son quemadas en una chimenea.
“Fue el primero en el país que
en su clausura, en la década de los 90, cumplía con
el perfil de productor de biogás; como entonces no existía
la NOM-083-SEMARNAT-2003, publicada hasta 2003 por la Secretaría
de Medio Ambiente y Recursos Naturales, se aplicó la norma
técnica de Estados Unidos para clausurar el sitio. Contaba
con geomembrana y un sistema de 120 pozos para captar las emisiones
y la combustión, que nunca se aprovechó”, detalló.
Schwanse abundó que según estudios
de la empresa ESISA Ambiental, en sus mejores días, este relleno
alcanzó a generar (sin ocuparse) seis mil metros cúbicos
por hora de metano, que tiene el potencial calorífico suficiente
para producir electricidad y alumbrar una colonia de mil 500 viviendas.
La arquitecta de origen alemán, explicó
que en la zona metropolitana existe la posibilidad de reducir los
gases de efecto invernadero, por la captación de los provenientes
de rellenos sanitarios.
Asimismo, precisó que en la nación
el único relleno sanitario con experiencia en la producción
de electricidad es Salinas Victoria, en Monterrey.
“Se lleva a cabo con la asociación
de la empresa Benlesa, Seisa y Simeprode (organismo público
descentralizado). El relleno tiene 100 hectáreas, y de sus
465 pozos se extraen siete mil 800 m3/h (metros cúbicos por
hora) de biogás. Doce motogeneradores con una capacidad total
de 12.7 MW (megavatios) producen cerca de 100 mil GWh (gigavatios
por hora) por año, que suministran el alumbrado público
en los siete municipios de Monterrey, el metro y oficinas e instituciones
gubernamentales”, detalló.
En la basura, no todo es desperdicio
“Soy recicladora, así me defino”,
dijo Schwanse, quien externó que la basura es un tema con suma
interdisciplinariedad. “Es un tópico integral que toca
varias áreas de la vida y de la investigación”,
subrayó.
Sobre la capacidad de reutilizarla y procesarla
en nuestra urbe, indicó que residimos en una ciudad apocalíptica,
“y cada día es impresionante cómo sobrevivimos.
La pregunta es, ¿qué podemos hacer con los desperdicios?,
es un cuestionamiento que siempre me ha movido”.
Por ello, realiza el estudio de doctorado
“Potencial de revitalización de los sitios de disposición
final de residuos sólidos urbanos en la ZMVM”, en el
que se aboca a la recuperación de espacios utilizados como
tiraderos, rellenos y basureros, “para aprovecharlos energéticamente
y reorientarlos como parques. Se tiene que abogar por la revitalización
de los ecosistemas y las áreas verdes en la ciudad”,
opinó.
Consumo consciente
La universitaria, que considera al plástico
como sustituto y/o complemento de materiales de construcción
para inmuebles, indicó que el país tiene gran potencial
en esta materia.
“Lo primero es pensar dos veces lo
que consumimos. Por ello, hago un llamado a la creatividad de la gente,
para aplicar nuevos roles a los objetos cotidianos; por ejemplo, idear
en qué puedo reutilizar mi bolsa de plástico, o cambiarla
de una vez por todas por una fabricada con tela”, concluyó.
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