Boletín UNAM-DGCS-750
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 20 de diciembre de 2011


Elsa Ruvinskis Pérez
           

PADECE SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA, HASTA 0.5 POR CIENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL

 

• El enfermo puede perder hasta 50 por ciento de su capacidad para realizar sus actividades cotidianas, y es más común en mujeres, refirió Elsa Ruvinskis Pérez, académica de la FM de la UNAM

El Síndrome de Fatiga Crónica (SFC) presenta como síntoma principal el cansancio constante, que no se alivia con descanso. Se registra entre los 20 y 40 años de edad, con una proporción de nueve mujeres por un varón. La Organización Mundial de la Salud refiere que hasta 0.5 por ciento de la población mundial sufre esta afección, señaló Elsa Ruvinskis Pérez, académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM.

Aunque hasta la fecha no se ha determinado exactamente qué produce esta patología, relativamente nueva, en algunos casos se le ha relacionado con enfermedades infecciosas; puede ocurrir después de una gripa crónica o mal cuidada, porque la persona presenta la sintomatología sin que exista una relación directa con la enfermedad.

También, se le ha asociado a un cuadro de mononucleosis o fibromialgia, y a estados depresivos. “En mi experiencia profesional, he visto que se vincula a problemas de estrés; por ejemplo, si una persona tiene conflictos emocionales y le cuesta resolverlos, desplaza estas circunstancias al síndrome”, explicó.

Se presenta de manera crónica o aguda, y en ambos casos, puede ser invalidante, porque no sólo implica el cansancio crónico, también se acompaña, en ocasiones, de dolor músculo-esquelético, precisó.

Hasta ahora, el índice de mejoría completa de la fatiga es muy bajo (sólo cinco por ciento), porque la mayoría de los casos se hacen crónicos.

Consecuencias y tratamiento

La principal consecuencia es la mala calidad de vida, porque quienes la padecen se sienten cansados todo el tiempo, con dolores en las extremidades, principalmente, y sensación de gripa que no termina, mencionó.

Los pacientes no pueden desvelarse, hacer ejercicio o salir, y casi todo el tiempo están en reposo; “se sabe que los enfermos de fatiga pueden perder hasta 50 por ciento de su capacidad para realizar sus actividades cotidianas”.

Además, debido a que no hay una etiología definida, inicialmente puede confundirse con otras afecciones, y se pierde tiempo en la búsqueda del diagnóstico correcto. No se tiene un tratamiento específico, y para tratar de mejorar la calidad de vida del paciente, se recetan analgésicos y se recomienda no hacer ejercicios donde puedan lastimarse, “aunque sí es favorable que se muevan un poco”.

Si tienen depresión, se administran fármacos, y en ocasiones se les pide acudir a psicoterapia para que tengan la oportunidad de expresarse. “En cualquier caso, se pretende que el enfermo busque la manera de estar ocupado, porque entre más tiempo tenga para pensar en su enfermedad, se sentirá peor”, advirtió.

Finalmente, indicó que aunque se ha encasillado dentro de las enfermedades neurológicas, el médico debe tener los conocimientos mínimos para detectar y manejar a tiempo el síndrome de la fatiga crónica.

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Fotos


Elsa Ruvinskis Pérez, académica del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UNAM.