• Está relativamente conservado,
pero se deben implementar acciones, dijo Silvia Castillo, de la
FC de la UNAM
• Es necesario detener la fragmentación, la ganadería,
la agricultura extensiva, la apertura al público, la tala
inmoderada y los asentamientos irregulares
• Si se comienza a reforestar la zona con especies nativas,
en 10 años se podría tener un sitio diferente y se
mantendría la diversidad, añadió
Pese a la destrucción del ecosistema
del bosque nublado de la cuenca del río Magdalena, la zona
está relativamente conservada; aún se está a
tiempo de tomar acciones para mantener la biodiversidad.
Desde hace más de cinco años,
un grupo académico de la Facultad de Ciencias (FC) de la UNAM,
encabezados por Silvia Castillo Argüero, trabaja en el sitio
con el proyecto Determinación del grado de conservación
del bosque templado de la cuenca del río Magdalena, D.F.,
con el fin de llevar a cabo investigación básica y revertir
su deterioro.
Por los efectos derivados de prácticas
antropogénicas en ese ecosistema, la universitaria consideró
indispensable implementar acciones para detener la fragmentación,
como reducir la ganadería y la agricultura extensiva, reglamentar
la entrada al público, impedir la tala inmoderada, así
como los asentamientos irregulares.
Otro efecto concierne a los tomadores de
decisiones, como la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), que otorgó
a los dueños de la tierra recursos para la realización
de proyectos; sin embargo, algunos talaron árboles como encinos,
que tardan entre 20 y 30 años para llegar a una altura media,
y en su lugar, plantaron frutales. “No estamos en contra de
la siembra, el problema es que acaban con las especies nativas, que
determinan parte del amortiguamiento y absorción de la contaminación
de la urbe”, apuntó
Si se toman de manera correcta estas acciones
y se comienzan a reforestar las áreas afectadas con las nativas
(no con exóticas y/o introducidas), “podremos tener un
ecosistema con una diversidad y funcionamiento en condiciones más
parecidas a un bosque templado conservado”, indicó.
Castillo Argüero señaló
la necesidad de educar a los visitantes que cada año acuden
a disfrutar del paisaje, a correr o realizar otras actividades, pero
que no tienen el conocimiento necesario.
Oxígeno para la ciudad
La académica del Departamento de Ecología
y Recursos Naturales de la FC, refrendó la trascendencia de
preservar las regiones boscosas aledañas al Valle de México.
“Son fundamentales porque representan la única fuente
de abastecimiento de agua”.
Hace tiempo, ejemplificó, se instaló
una planta de tratamiento, pero sin fundamento, “porque no es
posible capturar el líquido si no se tiene un estudio sobre
la capacidad del río en la época de secas. Si se hace
sólo en la temporada de lluvias se tiene un potencial de flujo
mayor y no se puede evaluar la cantidad que se debe sacar”.
Asimismo, a pesar de ser un afluente importante para el Distrito Federal,
gran cantidad se va al drenaje.
El trabajo de estos años, comentó
Gabriela Santibáñez Andrade, estudiante de doctorado
y participante en el proyecto, ha permitido saber qué hay en
la cuenca y en qué condiciones de conservación se encuentra,
a fin de determinar qué se puede hacer con esa información;
“no sólo se trata de las plantas, sino de las interacciones
con otros seres vivos; es decir, la funcionalidad del ecosistema”,
pues es un bosque con alta heterogeneidad, lo que determina su diversidad.
Por su parte, Yuriana Martínez Orea,
técnico académico de la FC y miembro del equipo, resaltó
que uno de los logros es la obtención de datos precisos sobre
algunas especies nativas, que tienen una producción importante
de semillas y representan riqueza y diversidad a nivel genético.
Existen poblaciones de variedades típicas
de este bosque templado que permanecen en el sitio, y deben tomarse
en cuenta para implementar un plan de restauración y no tener
que recurrir a otras.
“Lamentablemente, no es un área
natural protegida; si lo fuera, se contaría con un fondo para
implementar medidas de protección, y habría más
acciones para proteger el bosque nublado y la cuenca”, concluyó.
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