• En enero próximo también
se creará una beca para estudiantes de periodismo
• El rector José Narro Robles dijo que no puede haber
libertad completa entre los desheredados de la educación,
ni entre aquellos que sufren la trata de personas o la persecución
• Se realizó homenaje póstumo al periodista
en la Feria Internacional del Libro 2011
En enero próximo, la Universidad Nacional
Autónoma de México establecerá la cátedra
Miguel Ángel Granados Chapa y una beca para estudiantes
de periodismo, informó el rector José Narro Robles.
En homenaje póstumo al periodista,
en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2011,
el rector de la UNAM aseguró que la libertad es un elemento
muy apreciado que se opone a formas tradicionales y novedosas de dominación
que deben ser combatidas y superadas.
“No puede haber libertad completa entre
los desheredados de la educación, ni entre aquellos que sufren
la trata de personas o la persecución”, sostuvo.
Sin embargo, apuntó, tampoco son libres
los prisioneros de los dogmas y las supercherías, o los imposibilitados
para aceptar al diferente. No es libre aquel que comete lo que Federico
Mayor ha calificado como el delito de silencio. Los que no se atreven
a rechazar la injusticia, a indignarse con lo que pasa en su entorno,
los que ven, oyen y piensan, pero que enmudecen por el miedo.
Narro Robles sostuvo que como sucede con
los grandes personajes, a Granados Chapa no lo va a sustituir nadie.
La única forma de remplazarlo es con la participación
de todos.
Al agradecer este encuentro entre amigos,
porque en él se reúnen los grandes amores de Miguel
Ángel, la gente que siempre lo acompañaba, el espacio
de la universidad y los libros, Shulamit Goldsmith, viuda de Granados,
dijo que fue un hombre recto, inteligente, trabajador y un gran compañero.
Para Raúl Padilla López, presidente
de la FIL Guadalajara fue íntegro y anheló ver a los
mexicanos en mejores condiciones de vida. Su labor fue un arma contra
la desigualdad y la impunidad que aún flagelan a nuestro país.
Su vida es ejemplo de trabajo y esperanza, de logros y satisfacciones.
Un gran periodista, objetivo, comprometido, que dejó un legado
para sus colegas y nuevos profesionales que en su labor encuentran
una fuente de inspiración para no dejarse acobardar por las
amenazas.
Tonatiuh Bravo Padilla, rector del Centro
Universitario de Ciencias Económico-Administrativas de la Universidad
de Guadalajara, indicó que la ausencia de este periodista no
sólo significa dolor y vacío para quienes tuvimos el
honor de conocerlo, sino representa la pérdida de un instrumento
de excelencia, indispensable para comprender y encarar el convulso
proceso social que vive México.
Por su parte, Vicente Leñero, resaltó
la larga batalla del periodista, el escritor, el analista político
y el maestro. Hombre como el que más, amigo para mí,
hermano en esos intensos años de mi vida, esos que hoy me hacen
recordarte y despedirte Miguel Ángel, en el retortijón
frente a la muerte, con ese verso de Miguel Hernández que suena
a epitafio “compañero del alma, compañero”.
A su vez, Fernando González Cortázar,
arquitecto y escultor, comentó que fue un auténtico
compañero de vida, un soporte para caminar. Hablar con él,
verlo, con su manera siempre pausada, razonada y razonable, sin oír
jamás hacer una diatriba o tener el más leve asomo de
soberbia.
En su momento, Javier Corral, presidente
de la Comisión de Gobernación de la Cámara de
Diputados, resaltó que tuvo muchas cualidades, pero fue suya
íntegramente la de saber escribir, que jamás podría
realizarse sin saber pensar, pensar bien y para el bien común.
Tuvo vocaciones como la abogacía, la política, la academia
y el activismo social, pero fue única su fe, el periodismo,
que ejerció como maestro.
Por último, la periodista Carmen Aristegui,
comentó que aún con su ausencia física, sus lectores,
radioescuchas y seguidores no queremos dejar de agradecer, recordar
y, por momentos venerar, a Miguel Ángel. Es tan apreciada su
figura porque estuvo donde tenía que estar, en el tiempo y
en el lugar en que tenía que estar; porque hizo y dijo lo que
tenía que hacer y decir; porque su congruencia y su integridad
para llevar los asuntos a la plaza pública son innegables.
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