• A diferencia de otras, la FPI
no es causada por una respuesta inflamatoria, establecieron especialistas
de la FC de la UNAM, en colaboración con un grupo de trabajo
del INER
• En años recientes, se han visto casos asociados a
enfisema
Investigadores de la Facultad de Ciencias
(FC) de la UNAM, dirigidos por Annie Pardo Semo, aportan conocimientos
relacionados con la fibrosis pulmonar idiopática (FPI, de origen
desconocido) y el enfisema.
En 2001, en colaboración con un grupo
de trabajo del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER),
encabezado por Moisés Selman, establecieron que, a diferencia
de otras fibrosis, la FPI no es causada por una respuesta inflamatoria.
Es generalmente progresiva y letal. La mitad
de los pacientes a los que se les diagnostica mueren tres o cuatro
años después, pues como no se conoce su origen, no se
sabe cómo combatirla o controlarla.
“En realidad, es una enfermedad del
epitelio alveolar que, ante el daño ocasionado, interacciona
con los fibroblastos, lo que provoca en éstos una respuesta
anormal que se traduce en la producción exagerada de matriz
extracelular, en especial de fibras de colágena, lo que genera
cicatrices que invaden y destruyen los alvéolos. La mayoría
de los otros padecimientos fibróticos son tratados con potentes
antiinflamatorios y responden, pero la FPI, no”, explicó
Pardo Cemo.
Así, los investigadores dejaron claro
que la afección es distinta, por ejemplo, de la neumonitis
por hipersensibilidad, que evoluciona a fibrosis pulmonar.
Al analizar, mediante la técnica de
microarreglos, biopsias de pulmones con neumonitis por hipersensibilidad
y de pulmones con FPI, hallaron que, en el primer caso, el patrón
de genes es fundamentalmente inflamatorio y, en el segundo, no –como
lo habían predicho–, sino directamente fibrosante.
Los investigadores vieron también
que en los pulmones con FPI aparentemente “se enciende”
lo que sería una respuesta del desarrollo embrionario.
En efecto, muchos genes que en la etapa adulta
“se apagan” o ya no se expresan, “se reencienden”
en los pacientes, pero las razones de esta respuesta aberrante aún
se desconocen.
Los universitarios han estudiado, asimismo,
las metaloproteasas de matriz, enzimas que se expresan exageradamente
durante la FPI y que degradan las fibras de colágena.
“Como aquéllas también
participan en otras funciones, buscamos las que reparan el daño
y las que favorecen la afección, para saber cuáles no
debemos inhibir y cuáles sí”, indicó.
Tabaco, agente dañino
Así como en la fibrosis pulmonar idiopática
hay una reparación excesiva en los pulmones y se forman fibras
de colágena que bloquean el intercambio gaseoso, en el enfisema
se rompen las membranas del epitelio y se configuran grandes espacios
aéreos, que también interfieren el intercambio. En estas
enfermedades crónicas degenerativas el tabaco es un agente
dañino.
“No se puede afirmar que sea causa,
pero sí el principal factor de riesgo”, comentó.
En años recientes, se han visto casos
asociados a enfisema; en una región de los pulmones hay fibrosis
y en otra región hay enfisema, y de acuerdo con investigadores
del INER, el pronóstico de esos pacientes con esa combinación
es muy grave.
Los especialistas hicieron estudios con las
metaloproteasas de matriz para saber qué pasaba si estas enzimas
eran inhibidas, y encontraron que, en el caso del enfisema experimental,
la inflamación disminuía.
“Pero en la actualidad estamos concentrados
en la FPI y trabajamos con células epiteliales y fibroblastos,
obtenidos de pacientes con ese tipo de fibrosis o de individuos normales”,
refirió Pardo Semo.
Algunas partículas orgánicas
(como las proteínas de paloma) e inorgánicas (como el
sílice), y ciertos medicamentos (como la amiodarona, un agente
antirrítmico, o la bleomicina, un agente antineoplásico)
pueden desencadenar una inflamación y, posteriormente, una
respuesta fibrosante en los pulmones.
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