• La mitad de los estados del
país continúan ubicándose en un nivel de alta
y muy alta marginación, advirtió Verónica Villarespe,
directora del IIEc de la UNAM
Uno de los rasgos del desarrollo de México,
a lo largo del tiempo, ha sido la polarización social, económica
y territorial, como resultado del modelo económico dominante
y la falta de una visión estratégica, advirtió
Verónica Villarespe Reyes, directora del Instituto de Investigaciones
Económicas (IIEc) de la UNAM.
Prueba de ello, advirtió, es que tan
sólo cinco entidades federativas aportan el 45 por ciento del
Producto Interno Bruto nacional (PIB), mientras en seis se genera
casi 50 por ciento del PIB industrial.
En el XXI Seminario de Economía
Urbana y Regional. Construyendo una estrategia del desarrollo urbano
y regional, indicó que la mitad de los estados del país
se ubican en un nivel de alta y muy alta marginación. Según
informes del Coneval, en 2010, la cantidad de pobres en México
llegó a 52 millones de personas, ubicadas principalmente en
el sur y sureste del territorio nacional.
La desigualdad social se manifiesta de diferentes
maneras en la escala regional; así, el PIB per cápita
del Distrito Federal es seis veces superior al de Chiapas; la
tasa de mortalidad infantil es del doble en Guerrero y Oaxaca respecto
a otras entidades, mientras que el nivel de analfabetismo es seis
veces más elevado en los estados del sur respecto a la Ciudad
de México, refirió en el auditorio Ricardo Torres
Gaitán del IIEc.
El costo de una política territorial
limitada o desarticulada revela una serie de tensiones, conflictos
y problemáticas urbanas que resulta necesario afrontar. De
ahí que al comenzar la segunda década del siglo XXI
resulta impostergable realizar un cuidadoso examen de la situación
y el tipo de políticas públicas que el país requiere,
para contribuir, con propuestas e iniciativas, a la agenda nacional
de desarrollo urbano y regional, recalcó.
En su oportunidad, José Gasca Zamora,
coordinador del Seminario e investigador del IIEc, señaló
que los rasgos más significativos del modelo económico
han sido la liberalización de los flujos de comercio e inversión,
la desregulación de diversos sectores de la economía,
medidas de ajuste fiscal y privatización de activos estatales,
entre otros.
Bajo el nuevo modelo de economía global
se pueden identificar cambios en la dinámica de regiones y
ciudades mexicanas, especialmente en aquellas que se han visto favorecidas
por el TLCAN con el desarrollo de clusters exportadores manufactureros,
enclaves de ensamble maquilador y circuitos productivos enlazados
a las redes de transporte y comercio transfronterizo.
Sin embargo, la metrópoli neoliberal
en países como México, sostuvo, reproduce lógicas
que polarizan el espacio urbano, porque los complejos, los mercados
inmobiliarios para sectores medios y altos, así como la emergencia
de nuevos circuitos económicos dinamizados por importantes
inversiones de capital, contrastan con procesos precarios en las zonas
periurbanas, la elevada migración y la expansión de
los niveles de pobreza en las ciudades.
-o0o-