• Al conmemorar este 16 de noviembre
el Día Mundial de la EPOC, José Rogelio Pérez
Padilla, miembro del comité académico de la Maestría
en Ciencias Médicas de la UNAM y director del INER, recomendó
evitar la exposición al humo del tabaco y la leña
No fumar es la mejor forma de prevenir la
Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), que depende
del tabaquismo en más del 90 por ciento de los casos, advirtió
José Rogelio Pérez Padilla, integrante del comité
académico de la Maestría en Ciencias Médicas
de la UNAM, y también director del Instituto Nacional de Enfermedades
Respiratorias (INER).
Este padecimiento es la cuarta causa de muerte
en el mundo y se origina por la obstrucción de los bronquios
más delgados de los pulmones. “Eso impide respirar adecuadamente
y hacer ejercicio, lo que limita a los enfermos, cada vez más”,
añadió el médico neumólogo e internista.
Para que adquiera la EPOC, una persona no
fumadora tiene que presentar una deficiencia genética en los
mecanismos que nos defienden de los humos. “Pero, en general,
solamente se registra en fumadores o en quienes se exponen a ellos,
por ejemplo las mujeres que cocinan con leña en las zonas rurales”,
precisó.
La obstrucción ocasiona un estado
inflamatorio en los conductos tubulares de los pulmones, y al avanzar,
se generaliza a otros órganos.
“Los enfermos comienzan a tener debilidad
muscular, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, no solo por
haber fumado, sino que es un padecimiento inflamatorio que favorece
el desarrollo de otros, como la ateroesclerosis y la osteoporosis”,
ahondó Pérez Padilla. La EPOC es sistémica, con
predominio pulmonar, pues conforme avanza afecta otros mecanismos.
Cicatrices y enfisema
Si está en la parte inicial, que es
sólo inflamatoria, es potencialmente reversible. “Pero
si dura mucho tiempo, como es habitual, cicatriza, y este proceso
que se llama remodelación, ya no lo es”, señaló.
El otro cambio irreversible, es el enfisema
pulmonar, destrucción de los alveólos, que también
ocurre en la EPOC. Afecta primero a los bronquios y luego a los pulmones
completos, y es progresivo. Se caracteriza por la obstrucción
de las vías aéreas, que dificultan la respiración.
Es secundario a una respuesta inflamatoria exagerada a partículas
nocivas o gases como el tabaco y el humo de leña. Se traduce
en una pérdida acelerada de la función esencial.
Diagnóstico con espirometría
En la mayoría de los casos, reconoció
Pérez Padilla, el diagnóstico es tardío. “Si
una persona comienza a fumar en la adolescencia, se manifiesta con
los médicos, 30 años después. Este proceso gradual
y lento complica que sea percibida por el paciente, quien se adapta
a las circunstancias. Por ello, no es fácil que se acuda al
médico de manera temprana”, señaló.
Pérez Padilla destacó que un
examen adecuado para la detección es la espirometría,
consistente en soplar con la mayor fuerza posible, dentro de una máquina
para evaluar la capacidad respectiva.
También, dijo que lo más importante
de este Día Mundial de la EPOC es enfatizar en la prevención.
Implica dejar de fumar, esa es la herramienta más importante”,
finalizó.
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