• Un grupo universitario, encabezado
por el Instituto de Geografía, realiza evaluaciones de riesgo
e impacto de desastres asociados a deslizamientos, instrumentación
y monitoreo de laderas, acciones de divulgación y prevención
de desastres, indicó Irasema Alcántara, directora
de la entidad y quien, a partir de 2012, será la primera
mujer vicepresidente del Consorcio Internacional de Deslizamientos
• El organismo promueve la aplicación de soluciones
científicas para prevenir desastres
El Programa Internacional de Deslizamientos
(IPL por sus siglas en inglés) desarrollado bajo auspicio del
Consorcio Internacional de Deslizamientos (ICL), certificó
a la UNAM, encabezada por el Instituto de Geografía (IGg),
en colaboración con el Instituto de Ingeniería (II)
y con el apoyo del Centro Nacional de Prevención de Desastres
(Cenapred), como Centro Mundial de Excelencia en Investigación
de Deslizamientos, para que profundice sus estudios dirigidos a reducir
desastres causados por inestabilidad de laderas en zonas de riesgo.
El certificado, válido de 2011 a 2014,
se obtuvo en Roma, durante el Segundo Foro Mundial de Deslizamientos
que, en días pasados, reunió en la capital italiana
a representantes de 77 países.
“El foro busca promover estudios científicos
multidisciplinarios que incidan en la toma de decisiones”, afirmó
Irasema Alcántara Ayala, directora del IGg, y quien fue electa
como la primera mujer vicepresidente del ICL, a partir de enero de
2012.
Entre los temas científicos que se
promovieron en el encuentro destacan la cartografía y evaluaciones
de peligros y de riesgos, el impacto de desastres asociados a deslizamientos,
monitoreo de laderas, modelación numérica, análisis
del impacto del cambio climático en la inestabilidad de laderas,
estrategias de educación, así como de protección
civil para las poblaciones.
Aunque el esfuerzo para realizar análisis
multidisciplinarios al respecto está centrado en la UNAM, la
idea es formar un grupo mexicano de expertos en el área, y
por ello, ya se trabaja con otras instituciones como la Universidad
de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), precisó.
Ciencia en práctica
El modelo del IPL, añadió Alcántara,
es novedoso, pues propone poner la ciencia en práctica, reúne
los mayores avances en este campo y hace un llamado a los políticos
para que entiendan la trascendencia del trabajo científico
de prevención.
“Muchas veces en el ámbito científico
realizamos investigaciones importantes que quedan en los cajones y
no trascienden. La relevancia de este programa internacional, que
se refleja en el Segundo Foro Mundial de Deslizamientos, es que ofrece
un espacio de discusión y reflexión para que las autoridades
y los encargados de la protección civil en los países,
puedan tomar las herramientas generadas por la ciencia para evitar
desastres”, explicó.
La geógrafa reconoció que en
el organismo falta mayor participación de naciones de Asia
y América Latina, donde el impacto de los deslizamientos es
muy elevado.
Por ello, el grupo de la UNAM será
el encargado de formar una red de América Latina para estudiar
y contar con estrategias preventivas y de reacción, al evaluar
zonas de riesgo, realizar monitoreo y diagnóstico en sitios
peligrosos, y proponer enfoques y acciones multidisciplinarias preventivas
y de gestión en el momento que un deslizamiento de tierra es
inminente.
“Junto con científicos de Brasil
y Colombia, México tiene la responsabilidad de crear esa red
en los próximos meses, en la que participarán ingenieros,
geólogos, geomorfólogos, geógrafos, psicólogos
y sociológicos, entre otros especialistas relacionados con
el tema”, señaló.
Cambio climático, factor de riesgo
Alcántara destacó la importancia
de considerar al cambio climático en este análisis.
“El Panel Intergubernamental del Cambio
Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha advertido
que, debido al calentamiento, en las regiones tropicales del mundo
habrá más incidencia de precipitaciones, huracanes y
tormentas, y estos patrones están directamente relacionados
con la ocurrencia de deslizamientos”, advirtió.
Aunque factores como la sismicidad y la actividad
volcánica también pueden desencadenar la inestabilidad
de laderas en zonas vulnerables, el mayor número de desastres,
víctimas y daños materiales están asociados a
los fenómenos referidos, concluyó.
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