Boletín UNAM-DGCS-667
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 11 de noviembre de 2011

 


Aurelia Vargas Valencia

           

REVELA EL POCO VOCABULARIO EN ADOLESCENTES, LA FALTA DE LECTURA

 

• Utilizan jóvenes entre 300 y mil 500 palabras para comunicarse; en el caso de hablantes cultos, suelen emplear alrededor de cinco mil vocablos, aunque su conocimiento pasivo de voces sea de 10 mil ó 12 mil
• No sólo la carencia de lectura, sino de comprensión de la misma, así como estrategias inapropiadas, son motivos del pobre vocabulario, aseguró Aurelia Vargas Valencia, directora del IIFL de la UNAM

Nuestro país padece no sólo un déficit de lectura, sino una carencia acentuada en el nivel de comprensión. El bajo índice de estas habilidades se presenta por igual en niños, jóvenes y adultos, señaló Aurelia Vargas Valencia, directora del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIFL) de la UNAM.

“Según cifras de la SEP, se habla de seis millones de analfabetas, pero creo que el número se incrementa si consideramos que hay una cantidad mayor de funcionales; me refiero a aquellas personas que, aunque saben leer, no comprenden adecuadamente los contenidos”, precisó.

La también docente de la Facultad de Derecho (FD), atribuyó la responsabilidad de esta problemática a las técnicas de enseñanza de la lengua. “Los métodos actuales nos conducen a una forma mecánica de aprendizaje y conocimiento de la lengua española, porque pretendemos que el estudiante lea rápido y de manera irreflexiva”.

Al pie de la letra

Para la investigadora y docente en letras clásicas, es importante no imponer la lectura a los niños. “Hay que comenzar por leerles en voz alta y acompañarlos con afecto en el proceso de adquirir el gusto por ella. La enseñanza clásica siempre ha sido predicar con el ejemplo”, dijo.

Asimismo, propuso que la lectura inicie con lo ejemplar, lo clásico, el canon de los autores reconocidos universalmente.

“Me permito mencionar autores en los que han mostrado interés: comenzar por Homero y Virgilio, o los escritores de tragedia como Esquilo, Sófocles y Eurípides, o de comedia como Aristófanes. Lo mismo pasa con autores de poesía amorosa como Ovidio, o de epigramas como Marcial, de fábulas como Esopo y Fedro”, enumeró.

“En Europa, aunque también de forma disminuida, aún prevalece el cultivo de las humanidades clásicas, fundamento de las actuales, pero aquí la perdimos a lo largo del siglo XX. Así es que no es leer por leer, sino lo que se debe. No es sólo lo cuantitativo y lo mecánico, sino lo cualitativo”, expresó.

Sin lectura no hay vocabulario

Una de las consecuencias manifiestas es la pobre inclusión de palabras en el vocabulario de los jóvenes. La académica lamentó la siguiente cifra al contrastarla con las más de 80 mil palabras del idioma español.

“Aunque es difícil hacer un cálculo preciso sobre la cantidad de un estudiante de nivel medio, contamos con datos que fluctúan entre 300 y mil 500 palabras, aunque hay que distinguir entre el número de voces que se emplean y el conocimiento pasivo de las mismas. En el caso de hablantes cultos, por ejemplo, los trabajos tradicionales de léxico señalan que suelen emplear alrededor de cinco mil vocablos, aunque su conocimiento pasivo sea de 10 mil ó 12 mil”, explicó.


Día Nacional del Libro

El atrevido pincel del artista novohispano del siglo XVIII, Miguel Cabrera, no erró en reproducir gráficamente a Sor Juana Inés de la Cruz, en su habitáculo, rodeada de libros, entre ellos, de Aristóteles y Galeno.

Hace 32 años se estableció el 12 de noviembre como fecha para conmemorar el Día Nacional del Libro, con el propósito de divulgar la lectura en el país, y rememorar el natalicio de la poetisa mexicana.

“Sor Juana Inés de la Cruz fue una mujer ejemplar, culta, no sólo destaca en las letras hispanas, sino que es profunda conocedora de la tradición clásica en México, y por otro lado, muy sensible al conocimiento de las lenguas autóctonas de nuestro país; nos vincula tanto con pueblos de Europa, como de América”, refirió la profesora de Latín en la FD.

El futuro del libro en México

El libro en México comparte su protagonismo con la modalidad electrónica; al respecto, la universitaria aseguró que no debe existir una rivalidad, porque pueden complementarse.

“En la actualidad conviven; en algunos aspectos gana terreno el electrónico, sobre todo entre los jóvenes; no obstante, los alumnos universitarios distinguen entre lo que deben buscar en soporte impreso, porque es más confiable que el digital. Sin embargo, existe un gran sector que sigue lo digital como fuente única, y eso ya es preocupante”, concluyó.

 

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Fotos


Aurelia Vargas Valencia, directora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.