• La investigadora del Instituto
de Astronomía de la UNAM, recibió en Malasia el galardón
para América Latina y el Caribe en Física y Matemáticas
• Experta en rayos gamma, es responsable de la verificación
científica del telescopio HAWC, que se construye en Sierra
Negra, Puebla
Por sus aportaciones a la investigación
astronómica en México, relacionadas con el estudio de
los rayos gamma y la instalación del telescopio HAWC en Sierra
Negra, Puebla, María Magdalena González Sánchez,
del Instituto de Astronomía (IA) de la UNAM, recibió
en Malasia el Premio a Jóvenes Científicas en Física
y Matemáticas para la región de América Latina
y el Caribe 2011 (WISE por sus siglas en inglés), que otorgan
la Organization for Women in Science for Developing World (OWSD) y
la Fundación Elsevier.
El galardón distingue cada año
a 12 mujeres de Asia, África y América Latina en cuatro
áreas –física y matemáticas, química,
biología, y medicina–, por impulsar la ciencia en los
países en desarrollo.
Participación en el telescopio HAWC
Física egresada de la Facultad de
Ciencias y doctora en astrofísica por la Universidad de Wisconsin,
desde 2007 es investigadora del instituto, donde trabajó como
posdoctorante durante dos años previos.
La experta en física de altas energías,
como la generada por los rayos gamma, es precursora en proponer a
México como posible sitio para albergar al telescopio HAWC.
En 2007, junto con otro grupo de investigadores, logró obtener
la sede y desde entonces participa en la instalación en el
país del Telescopio HAWC (siglas en inglés de High Altitude
Water Cherenkov).
Es un instrumento singular, que capta la
luz más energética del Universo (la de los rayos gamma).
Lo es tanto, que empieza a transferir la energía en paquetes;
a cada uno de éstos les llamamos fotones, y se comportan como
una partícula. “El proyecto está diseñado
como un observatorio que detecta partículas y utiliza técnicas
de altas energía y de partículas elementales”.
Actualmente, está en la primera de
cuatro etapas, y cuenta con siete detectores instalados. La segunda
fase avanzará para contar con 30, la tercera incluye 100, y
la cuarta se completará en el año 2014, con 300.
“Mi labor consiste en coordinar la
verificación científica del telescopio y uno de mis
intereses es formar un equipo de investigadores jóvenes que
hagan ciencia con este equipo”, dijo.
Premio a jóvenes científicas
El reconocimiento, patrocinado por Elsevier,
se promueve mediante una convocatoria de la OWSD. Para solicitarlo
se requiere ser competitiva a nivel mundial y contar con el apoyo
de una institución. “El Instituto de Astronomía
me apoyó y así pude participar”, explicó
González, para quien recibir la distinción fue una grata
experiencia.
“Lo más agradable fue darme
cuenta que si bien lo obtuve por mis logros académicos, sobre
todo fue por el reconocimiento de mis colegas, que reflejaron en sus
cartas de recomendación con la descripción de mi trabajo”,
recalcó.
El galardón evalúa el impacto
de la investigación de las científicas a nivel global,
pues todas tienen que publicar en revistas de arbitraje internacional,
y también considera los logros nacionales de acuerdo al contexto
de su nación.
“No es lo mismo el apoyo a la ciencia en México, que
en Afganistán, pues aunque aquí hay poco financiamiento
y quisiéramos más, hay territorios donde la situación
es más difícil”, comentó.
Conciencia social, familia
y equipo
Una de las lecciones que González
aprendió en Malasia fue el interés generalizado de las
asiáticas en desarrollar estudios con impacto social. “Casi
todas mostraron conciencia, pues pertenecen a sitios que quieren aflorar
y luchan por lograrlo. Fue algo que me impactó y de lo que
quisiera aprender para aplicarlo aquí”.
La astrónoma comentó que las
premiadas tienen algo en común, pues “al platicar, todas
reconocimos que podemos hacer ciencia porque tenemos una pareja que
asume el mismo compromiso que nosotras hacia nuestras profesiones
y familias. Aunque algunas son solteras y no tienen familia, la mayoría
tenemos esposo e hijos y contamos con su apoyo para compartir las
responsabilidades, lo que significa una evolución generalizada.
Nos dio mucho gusto reconocerlo”.
Otra coincidencia fue que no recibieron la
distinción como algo personal, sino como un reconocimiento
al trabajo en equipo, tanto de sus colaboradores en las universidades
y centros de investigación, como en sus familias. “Fue
algo bonito y significativo”, recordó.
Se mostró impresionada porque en algunos
países musulmanes ellas ocupan la mitad de los ministerios
de gobierno. “En general, pensamos que son naciones más
conservadoras, pero trabajan para tener más presencia, y eso
fue un aprendizaje. Aquí estamos más liberados, pero
las mujeres no tenemos esa representatividad”, concluyó.
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