• El investigador del Instituto
de Astronomía de la UNAM, fue el autor que, en su área,
tuvo el mayor impacto al ser el más citado
• Participó en el diseño de la cámara
WFPC2 del Telescopio Espacial Hubble de la NASA y en el descubrimiento
del objeto HH30, una nebulosa asociada a la formación estelar,
tema central de su estudio
Por ser el autor, con trabajo en México,
más citado por sus colegas de todo el mundo, que lo convirtió
en el científico de su área con el mayor índice
de impacto, Alan Morgan Watson Forster, del Instituto de Astronomía
(IA) de la UNAM, obtuvo el Premio Scopus 2011, en el área de
Física, Matemáticas y Ciencias de la Tierra, que otorgan
la editorial Elsevier y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
(Conacyt).
La distinción se otorga por la alta
productividad, medida por la cantidad de artículos publicados
y el número de citas registradas por otros investigadores en
la literatura de su especialidad.
“El premio fue una gran sorpresa, muy
inesperado. Conocía mi número de referencias, pero me
parecía normal, no pensé que fuera el más recurrido.
En el momento que me avisaron, revisé a los ganadores de otros
años: Luis Felipe Rodríguez, Alejandro Raga y Paola
D’Alessio, de la UNAM, y David Hughes, del INAOE, así
que dije ¡wow!, pues todos son muy reconocidos”, comentó
Watson, en entrevista.
Los galardonados, que deben formar parte del Sistema Nacional de Investigadores
(SNI) del Conacyt, se seleccionan de acuerdo con la base de datos
SciVerse Scopus, desarrollada por Elsevier y adoptada por la Organización
de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), para medir
el trabajo productivo de los científicos en países que
la integran.
El astrónomo inglés vive en
México desde 1997, y desde entonces, es investigador de esta
casa de estudios. Durante 11 años trabajó en el Centro
de Radioastronomía y Astrofísica (CRyA), en el campus
Morelia, y desde hace tres, es integrante del Departamento de
Estrellas y Medio Interestelar del IA, en Ciudad Universitaria.
“Soy un astrónomo óptico
infrarrojo. Vivía en Estados Unidos y vine a un congreso en
Puebla, me enamoré de México, busqué trabajo
y lo conseguí. Fui a Morelia porque allá los radioastrónomos
estudian la formación estelar, y yo la investigo desde otra
perspectiva. En esa área el país tiene un grupo muy
fuerte, de lo mejor del mundo. Aquí la astronomía es
muy competitiva y reconocida”, subrayó.
Una cámara del Hubble
Desde que era estudiante de doctorado, Watson
Forster divide sus intereses académicos entre la ciencia básica
y la instrumentación, necesarias para lograr nuevos hallazgos
al observar el Cosmos.
En la Unión Americana, primero como
estudiante de doctorado, y luego como investigador posdoctoral, trabajó
en el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, donde participó
en el diseño y construcción de la cámara WFPC2
(siglas en inglés de Wide Field and Planetary Camera 2, o Cámara
Planetaria y de Campo Amplio), primera que produjo las nítidas
y bellas imágenes de ese instrumento.
“En el momento que se lanzó,
en 1990, el Hubble tenía un problema, porque su espejo estaba
deformado y las imágenes eran horribles. En 1993, en la primera
misión de mantenimiento, se instaló la cámara,
que compensó el error primario y produjo, por primera vez,
imágenes adecuadas”, recordó.
Los artículos más citados de
Watson se refieren a esa experiencia de instrumentación. “Describen
cómo hicimos, calibramos y usamos la cámara del Hubble,
que ya fue reemplazada por equipos nuevos, habitual en astronomía”,
acotó.
Descubren y fotografían el objeto
HH30
Participó en el descubrimiento del
objeto Herbig-Haro 30 (HH30), uno de los casi 900 de ese tipo conocidos
hasta ahora, en buena parte por el Hubble. Éstos se vinculan
a la formación estelar, tema central del estudio en ciencia
básica del universitario.
Los objetos HH (cuyo nombre honra a sus descubridores,
George Herbig y Guillermo Haro) son nebulosas asociadas a estrellas
recién formadas. Se generan al interaccionar el gas expulsado
por el cuerpo celeste central con nubes de material gaseoso y polvo
interestelar en colisión, a velocidades de varios kilómetros
por segundo que ionizan el gas.
“Mi artículo de ciencia más
citado es donde explicamos el descubrimiento, con la cámara
WFPC2, del objeto HH30, que ocurrió en el momento que probábamos
esa herramienta”, relató.
Watson explicó que las estrellas se
forman en discos llamados de acreción, que orbitan en el espacio;
en su centro, la materia se acumula y crece, lo que forma estrellas
y planetas.
“Este proceso se conocía teóricamente
y había evidencia de él en radio, pero no lo habíamos
visto en el espectro visible. Con esa cámara tomamos una región
de formación; con mucha suerte percibimos un disco de canto,
hermosísimo, que confirmó lo dicho durante 20 años”,
dijo.
Sin tener que hacer cálculos, ni grandes
explicaciones teóricas, el universitario y sus colegas comprobaron
con una sola imagen la existencia de los discos. “Es increíble
observar algo que nadie ha visto, es como llegar a una isla desconocida
donde eres el primero. Te hace sentir muy privilegiado y da mucha
satisfacción”.
La combinación de instrumentación
de punta, observación y suerte hicieron posible el hallazgo,
consideró el astrónomo. “Estoy muy involucrado
en concebir y construir otros nuevos, al menos les dedico la mitad
de tiempo”, expresó.
“Mi artículo de ciencia que
tiene más citas obedece a un accidente, pues observábamos
el objeto que estaba a un lado, pero la cámara tenía
un margen amplio y captó el HH30. Tuvimos suerte y pudimos
verlo porque invertimos mucho tiempo en construir la cámara.
Sin ella, sólo habríamos visto un puntito, pero necesitábamos
nitidez para ver la naturaleza del objeto. La ciencia incluye suerte,
pero también crearla y construir instrumentos capaces de llegar
cada vez más lejos”, finalizó.
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