Boletín UNAM-DGCS-652
Ciudad Universitaria.
12:00 hrs. 3 de noviembre de 2011

 


Marco Antonio Juárez Oropeza

           

LA ESPIRULINA, CON ALTO GRADO PROTEÍNICO Y AUXILIAR EN PADECIMIENTO DE HÍGADO GRASO

 

• También, tiene aplicaciones como antidepresivo en estrés psicológico

Los beneficios del consumo de la espirulina en México han podido constatarse en personas desnutridas, pues tiene un alto nivel de proteínas (60 por ciento del peso seco) y todos los aminoácidos indispensables. De ahí, su uso en la elaboración de alimentos para humanos y animales, dijo Marco Antonio Juárez Oropeza, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, y quien ha realizado estudios en distintos campos.

La espirulina es una cianobacteria de aspecto azul-verdoso, que además de tener buenas propiedades nutritivas, tiene otras biológicas de interés médico, pues es auxiliar en el tratamiento de alteraciones lipídicas en los diabéticos, para la mejora del sistema inmunológico en pacientes con cáncer oral, y en los hipertensos, debido a su efecto antihipertensor.

También tiene aplicaciones industriales, pues contribuye a la limpieza del ambiente y del subsuelo de aguas estancadas, por su acción como fijador de metales pesados.

Aplicaciones

En 1993, pruebas realizadas en animales de laboratorio, alimentados con una dieta rica en fructosa, mostraron que los animales desarrollaron esteatosis hepática, y la administración de la espirulina previno su desarrollo. Posteriormente, en otros modelos experimentales de hígado graso, también se ha demostrado que previene o atenúa su desarrollo.

Aunque han sido pocos casos, en humanos con ese padecimiento, en dosis de 4.5 gramos diarios durante tres meses, los niveles de triacilgliceroles, colesterol, así como de enzimas marcadoras de daño hepático (como las aminotransferasas), tendieron a normalizarse.

Otro grupo de voluntarios humanos, con igual suministro por seis semanas, sin modificaciones en el estilo de vida, redujo la hipertensión y la dislipidemia. Pese a que la espirulina tiene efectos antihipertensivo y antidislipemiante en el diabético, no necesariamente mejora los valores de glucosa, por lo que su uso previene las comorbilidades, mismas que dependen del tiempo de evolución e intensidad de la enfermedad, como en el caso del hígado graso.

Juárez Oropeza indicó que aminora daños de estrés oxidante y psicológico. El primero se asocia con las comorbilidades del síndrome metabólico, mientras que el segundo, con la ansiedad y depresión. En ambos podría ser útil su consumo.

Los planes en el laboratorio 10 del Departamento de Bioquímica de la FM, agregó, apuntan a profundizar sobre los mecanismos moleculares de los efectos observados, así como valorar su utilidad en otros problemas vasculares, como derrames o embolias cerebrales.

Especificaciones

Los tipos de espirulina que se han utilizado con mayor frecuencia son la maxima y plantensis; la primera era muy común en el lago de Texcoco, y la otra, se cultiva de manera natural en el lago Chad, en África.

Por su aporte nutricional, cuenta con aminoácidos y ácidos grasos esenciales, incluye vitaminas del complejo B, y es antioxidante por su cantidad de selenio, clorofila, retinoides, tocoferoles y ficocianina.

El valor de esta cianobacteria es tal que en Chile su comercialización registra altos niveles, y en Estados Unidos, la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) la registró este año como suplemento alimenticio.

En México, su consumo es libre y en diferentes presentaciones asociadas a productos naturistas. Los aztecas la identificaron como “tecuitlatl” (lodo de piedra, en náhuatl), la dejaban secar y después, como una especie de hojuelas, las consumían. Su sabor suele ser asociado al pescado y al queso. No obstante, después de la Conquista cayó en desuso.

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Fotos


Marco Antonio Juárez Oropeza, del Departamento de Bioquímica de la Facultad de Medicina.