• Rigoberto Barrios Francisco
recibió el galardón que otorga el Gobierno del Estado
de México, en la categoría de Méritos de Trayectoria
Académica
• Investiga la activación de moléculas con potencial
aplicación en sistemas de generación de hidrógeno
o su empleo en reacciones sustentables
En reconocimiento a la alta calidad del trabajo
de investigación que desarrolló en la Facultad de Química
(FQ) de la UNAM, enfocado a la activación de moléculas
con potencial aplicación en sistemas de generación de
hidrógeno o su empleo en reacciones sustentables, Rigoberto
Barrios Francisco recibió el Premio Estatal de la Juventud
2010, que otorga el Gobierno del Estado de México, en
la categoría de Méritos de Trayectoria Académica.
Barrios realizó en la FQ el doctorado
en Ciencias de 2007 a 2010, en el grupo de investigación de
Juventino García Alejandre, en el área de química
organometálica, enfocada a la química sustentable.
Actualmente, es investigador posdoctoral
en el Instituto Weizmann de Ciencia de Israel, donde desarrolla trabajos
sobre reacciones ambientalmente amigables con David Milstein, autoridad
mundial en la materia.
Asesorado por García, Barrios Francisco
realizó la tesis Nuevos sistemas catalíticos homogéneos
para la semihidrogenación de alquinos con complejos de níquel,
en la que desplegó metodologías para la activación
de moléculas pequeñas y la hidrogenación de alquinos,
que puede llevar a la obtención de gran cantidad de productos
con actividad biológica interesante, a partir de materias primas
sencillas y comercialmente disponibles.
Como resultado, el joven investigador publicó
tres artículos en revistas de alto impacto, en los que es primer
autor, y apareció como coautor en otros tres artículos
con García Alejandre.
Química sustentable
El estudio realizado en la FQ se enfoca al
desarrollo de sistemas que en un futuro puedan ser aplicados en la
generación de nuevas fuentes de energía, que deben cumplir
ciertos criterios, como ser limpias, económicas y de fácil
acceso.
Es una cuestión compleja, apuntó
Barrios, pues si se piensa en una molécula como potencial fuente
de energía debe recorrerse un largo camino para adquirirla.
Por ejemplo, se considera que el hidrógeno es complicado, pues
no es una sustancia abundante como tal en la naturaleza y hay que
encontrar una manera sencilla de generarlo.
El agua es un fuerte candidato para producirlo,
indicó, aunque el requerimiento energético es demasiado
alto; se debe pensar más bien en una sustancia o catalizador
capaz de activar esta molécula del líquido y terminar
en la obtención del elemento referido.
“En el trabajo logramos extraerlo de
la molécula de agua, pero no a nivel catalítico, es
decir, no se pudo recuperar el catalizador, lo que impide realizar
esta transformación a gran escala”.
Barrios también trabajó con
moléculas de aminoborano (y otros derivados del boro) y metanol,
que tienen gran importancia hoy en día como almacén
de hidrógeno. Se busca generarlo mediante una reacción
química que suceda en un reactor o en cualquier sistema de
transformación. En este sentido, dijo, el trabajo de laboratorio
se enfocó a la activación de estas moléculas,
lo que conseguimos con gran éxito.
Usualmente, se emplean metales preciosos
que además de ser costosos también son tóxicos,
aunque se lograron hacer estas transformaciones con níquel,
un metal bio-disponible y económico.
“Llevamos a cabo la extracción
del elemento de moléculas pequeñas, amigables con el
medio ambiente, con el uso de un metal biodisponible y barato, y pudimos
acoplar esta obtención hacia una reacción lateral –hidrogenación
de alquinos–, importante porque a partir de ella se obtienen
productos con actividad biológica significativa”, concluyó
Barrios.
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