• El investigador del IBt de
la UNAM, fue el autor que, en su área, tuvo el mayor impacto
al ser el más citado
• Realiza estudios sobre la transformación enzimática
de compuestos contaminantes, que incluyen derivados del petróleo,
colorantes industriales, plaguicidas y disruptores endócrinos
Por ser el autor que, en su área y
con trabajo en México, tuvo el mayor impacto al ser el más
citado por pares de todo el mundo, Rafael Vázquez Duhalt, del
Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM, obtuvo el Premio
Scopus 2011, en Biotecnología y Ciencias Agrícolas,
que otorgan la editorial Elsevier y el Consejo Nacional de Ciencia
y Tecnología (Conacyt).
La distinción se otorga por la alta
productividad, en cuanto a la cantidad de artículos publicados
y el número de citas registradas por otros investigadores en
el orbe.
“Es un honor haber recibido el reconocimiento,
fincado en el número de referencias; es agradable saber que
los trabajos que uno realiza interesan a otros expertos y hacen alusión
a ellos en sus publicaciones”, comentó.
Los galardonados, que deben pertenecer al
Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del Conacyt, se seleccionan
de acuerdo con información de la base de datos SciVerse Scopus,
desarrollada por Elsevier y adoptada por la Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), para medir
el trabajo productivo de los científicos en las naciones que
integran a esta última.
Limpian con enzimas agua de la industria
textil
Una exitosa investigación de Vázquez
Duhalt y sus colaboradores del Departamento de Ingeniería Celular
y Biocatálisis del IBt, utiliza la enzima lacasa, proveniente
de un hongo comestible responsable de la pudrición de la madera,
para retirar colorantes de las aguas residuales provenientes de la
industria textil.
Los efluentes de la industria textil presentan
una gran diversidad de colorantes contaminantes y su destrucción,
un reto tecnológico. “El 15 por ciento de los pigmentos
que se utilizan aquí no se quedan en las telas y llegan a los
efluentes, lo que constituye un problema importante de contaminación
y tratamiento”.
Por ello, “implementamos un sistema
enzimático que puede hacer la tarea y eliminar el color y la
contaminación”, señaló el también
ingeniero químico, maestro en química analítica
y doctor en ciencias biológicas.
Esta enzima es la misma que se emplea a nivel
industrial para decolorar la mezclilla. En este tema, uno de sus artículos
recibió el año pasado el premio Thomson-Reuters, por
ser el de origen mexicano más citado del área de la
microbiología, en la década 1999-2009.
Al tratar con colorantes industriales, el
científico se enfrenta con la diversidad de sus estructuras
químicas, que hace difícil contar con un solo sistema
que pueda transformarlos a todos. Por esa razón, “hemos
estudiado diversas oxidoreductasas, enzimas poco selectivas y con
la capacidad de transformar una gran variedad de compuestos”.
Reducen contaminantes del petróleo
Otra investigación de Vázquez
Duhalt emplea la biotecnología para transformar algunos componentes
del petróleo y reducir sus efectos contaminantes.
“Tenemos una patente internacional
entre la UNAM y el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), que
se refiere al uso de enzimas para reducir el azufre del diésel
o las gasolinas, y así disminuir las lluvias ácidas”,
explicó.
En este proceso, se utiliza la enzima cloroperoxidasa,
proveniente del hongo Caldariomyces fumago, que se aisló
de las hojas de una planta. “Es muy versátil, es la peroxidasa
más eficiente y rápida conocida hasta ahora y, con ella,
se oxida el azufre presente en el petróleo, para luego removerlo
con un proceso físico-químico”, expuso.
En un proceso biotecnológico, esta
enzima puede remover sulfuros de las fracciones de petróleo,
así como transformar los asfaltenos. Además, es capaz
de modificar a los hidrocarburos aromáticos, para reducir o
eliminar su capacidad mutagénica y carcinogénica, especialmente
dañina a la salud humana.
“Trabajamos para llevar el proceso
a la industria petrolera, incluso tenemos financiamiento de algunas
compañías internacionales del ramo. La idea es estabilizar
la enzima para que pueda ser económicamente rentable a gran
escala”, dijo.
No contaminar, la mejor biorremediación
“La mejor biorremediación es
la no contaminación, la prevención. Hay que evitar continuar
con la dispersión de esas sustancias al ambiente en todas las
fases, tanto a la atmósfera como al agua y al suelo”,
acentuó el investigador del IBt
“El reto de la humanidad es producir,
con fuentes de energía renovable y procesos ambientalmente
amigables, todos los satisfactores como plásticos, automóviles,
televisores o computadoras”. El petróleo se acaba y tenemos
que encontrar desarrollos que no dependan de él, energéticamente
económicos y amables con el entorno, finalizó.
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