• Por este proyecto que podría
aportar soluciones reales a la zona de Indios Verdes, los alumnos
del Taller Luis Barragán de la Facultad de Arquitectura (FA),
obtuvieron el Premio Canacero 2011
Por el proyecto de una estación intermodal
terrestre de pasajeros que podría aportar soluciones a la zona
de Indios Verdes, cuatro estudiantes del Taller Luis Barragán
de la Facultad de Arquitectura (FA), obtuvieron el primer lugar del
concurso, convocado por el Instituto Latinoamericano del Fierro y el
Acero (ILAFA) y la Cámara Nacional de la Industria del Hierro
y del Acero (Canacero) 2011.
Los universitarios Ricardo García Bernardo,
César Josafath Ojeda, César Emmanuel Irabién y
Christian Beyer Galindo presentaron, antes de continuar con la fase
internacional que se llevará a cabo en noviembre próximo
en Brasil, una estación pensada en el paradero y la Estación
Indios Verdes del Sistema de Transporte Colectivo Metro.
Ricardo García Bernardo se refirió
al proceso de elaboración arquitectónica: “en un
momento de correcciones con los asesores surgió la idea de hacer
algo simple. Esto nos llevó a crear un módulo para que
el acero trabaje mejor. Luego lo repetimos y creamos los espacios”.
Se hizo a partir de un plano; se levantaron
los extremos contrarios, lo que genera una superficie conocida como
paraboloide hiperbólico.
Imaginamos la flor de Nochebuena porque los
pétalos se abren y caen de una forma especial, que coinciden
con estas dobles curvaturas.
Así creamos las cubiertas que son básicas;
tapan el Metro Indios Verdes, el Centro de Transferencia Modal (Cetram)
que conecta al transporte foráneo, al Metrobús y al Mexibús
con las colonias aledañas y los municipios de Ecatepec, Lechería,
Tecámac, Tlalnepantla de Baz, Texcoco, Tepexpan, Otumba y Teotihuacán;
“nos imaginamos una gran plaza unida a Insurgentes y Ticomán”.
El reto de incluir el Mexibús tiene una razón de reordenamiento
del parque vehicular.
César Josafath Ojeda se refirió
a la funcionalidad. Después de un periodo de estudio, dijo, concluimos
que es una zona compleja, pero estratégica.
Hicimos pequeñas modificaciones. Si
el Metro Indios Verdes conecta con el Cetram por un pasaje subterráneo,
propusimos hacerlo por arriba con la intención de que la gente
camine por una plaza comercial que incluimos en esta zona; que haya
movimiento y ambiente en la plaza durante el transbordo.
En la parte de arriba la zona tiene una área
de comida rápida; en un nivel más abajo, locales comerciales,
incluso con espacio para tiendas. En la planta baja, una zona cultural
con cines, y hay espacio para estacionar bicicletas. El punto es crear
un parque para que el lugar no esté totalmente cerrado.
En el nivel menor, concebimos un estacionamiento
para autobuses foráneos que llegan al Cetram. Luego está
el Metro, otra zona de comida y de oficinas expendedoras de boletos.
Insistimos en que los peatones no caminen por
las áreas de automóviles y autobuses. Hay bahías
con escaleras eléctricas y elevadores para personas con capacidades
diferentes.
El reto principal, aseguró Irabién,
fue el empleo de acero al cien por ciento; sin embargo, otro punto importante
fue determinar el sitio. Quisimos crear un hito que sea la entrada norte
a la ciudad de México. Ahora está descuidada. Hay comercio
informal y ambulante distribuido cerca de un mercado con mal servicio.
También proponemos un estacionamiento
automatizado. Un conductor estaciona su automóvil en un garage
especial que se abre automáticamente. Por medio de elevadores
y plataformas que se mueven de manera horizontal y vertical, un software
encuentra un espacio libre y entrega una tarjeta. No pierde el tiempo
y, simplemente, deja el vehículo.
Con este servicio sólo el administrador
tiene acceso a las unidades que quedan seguros. El usuario dispone de
una tarjeta con la que paga el servicio en un cajero automático.
Entonces los elevadores y plataformas mueven el coche para que salga.
La idea de incluir este sistema, indicó
el estudiante, es liberar un poco el tránsito vehicular. Sobre
todo de las personas que vienen de fuera. ¿Por qué no
al llegar al Cetram se deja el auto y se usa el trasporte colectivo?
se preguntó.
Por su parte, Beyer Galindo abordó el
tema de la sustentabilidad. Consideró que el proyecto es amigable
con el medio ambiente, por el tipo de estructura y los grandes vanos.
Donde debería de haber paredes, hay espacios para aprovechar
la ventilación natural y el clima de la Ciudad de México.
Puede ventilarse todo el complejo de manera
natural. Los vientos dominantes que entran a la ciudad, lo hacen por
el norte; de manera que puede entrar por las puntas. Aire frío
que hará que el caliente se eleve y salga por las cubiertas que
además de ser un elemento estético, funcionan como chimeneas.
Las cubiertas sirven para iluminarlo naturalmente
durante el día. Además, agregó, utilizamos un acabado
de lámina de acero inoxidable sobrepuesta sobre las vigas directrices
y generatrices en forma de grapas con lo que también circula
el aire.
El acabado que le dimos al metal se hace mediante
un método de ionización que no requiere mantenimiento
extra. Tiene tonalidades en verde que, por ser de zinc, no se oxida,
ni requiere mantenimiento adicional, agregó.
También hay espejos de agua distribuidos
por toda la plaza; uno de ellos, por la de acceso, como elemento estético,
pero con la circulación del aire. En los días calurosos,
se genera brisa, lo que permite que haya aire acondicionado natural,
añadió.
De acuerdo con Efraín López Ortega
y Luis Fernando Solís, asesores de los alumnos, aporta soluciones
viables para ordenar los centros de transferencia modal; contribuye
con soluciones de seguridad y orden urbano. Es posible que esta solución
interese a las autoridades de la ciudad, aseguraron.
Otra aportación radica en que aún
no se utilizan las superficies paraboloides hiperbólicas reticuladas
en acero. Esta es una aportación estructural importante porque
es un material que permite hacer cosas que otros materiales no, concluyeron.
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