• La Asociación de Bibliotecas
Nacionales de Iberoamérica será presidida por Guadalupe
Curiel Defossé, titular del Instituto de Investigaciones
Bibliográficas de la UNAM
• Universitarios aportarán su conocimiento en la preservación,
conservación, restauración y catalogación de
los acervos en los países integrantes del organismo internacional
La Biblioteca Nacional recibió la distinción
para ejercer, por los próximos dos años, la presidencia
de la Asociación de Bibliotecas Nacionales de Iberoamérica
(Abinia), organismo internacional que agrupa a 22 repositorios de acervos
en el continente americano, además de España y Portugal.
La XXII asamblea de ese organismo eligió,
recientemente a la biblioteca ubicada en la zona cultural de Ciudad
Universitaria como sede de su mando, que será presidido por Guadalupe
Curiel Defossé, directora del Instituto de Investigaciones Bibliográficas
(IIB-Biblioteca y Hemeroteca Nacionales) de la UNAM.
La doctora en Historia por la Facultad de Filosofía
y Letras (FFyL) de esta casa de estudios, señaló que ésta
es una distinción mayúscula para la Universidad Nacional
y para ella misma; ya trabaja en estrechar los lazos de cooperación
con los recintos homólogos de otros territorios.
“Nos han invitado a ofrecer algunas asesorías
en diversos países de Latinoamérica en la preservación,
conservación, restauración y catalogación”,
refirió.
Biblioteca Nacional de México
Entre los caminos que conducen a cada resquicio
de este espacio universitario, cunde un aroma a papel. La fragancia
de los libros no es casual, y es que aún si “la UNAM administra
la Biblioteca Nacional de México, ésta no es sólo
una biblioteca universitaria”. Preserva, citó Curiel Defossé,
“obras de la primera imprenta de América, de Juan Pablos,
entre ejemplares que van del siglo XVI al XIX, que en suma alcanzan
alrededor de dos millones 500 mil volúmenes”.
Esto “es lo que hace un tanto distinta
a la Biblioteca Nacional de la de otros países de nuestra región...
Lo que también hace la diferencia, es que tenemos una Hemeroteca
Nacional con varios miles de volúmenes de publicaciones periódicas
mexicanas, desde 1722, hasta la fecha”, subrayó.
Tecnología
En su calidad de presidenta de la Abinia, Curiel
Defossé mencionó el rol de los avances tecnológicos
como herramientas de trabajo para la preservación y conservación
del papel.
“Es importante, cumplen una tarea definitiva
que es la difusión de los acervos. El poder tener un libro en
el iPad, en el iPhone o en cualquier dispositivo electrónico,
puede ser de máxima relevancia, porque permite a públicos
muy amplios accesar a obras que están restringidas”.
No obstante, la también coordinadora
de la Biblioteca Virtual de las Letras Mexicanas, refrendó el
protagonismo del libro en la época actual.
“Es el vehículo hoy por hoy más
importante de transmisión del conocimiento, el más destacado,
sobre todo en las áreas de las humanidades; es verdaderamente
fundamental, eso nadie lo puede negar”, concluyó.
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