• Mediante el sistema RISA
(Retinal Image multi-Scale Analysis) es posible analizar los
vasos sanguíneos que la nutren, para detectar hipertensión,
diabetes y retinopatía en recién nacidos prematuros,
explicó María Elena Martínez Pérez,
del IIMAS de la UNAM
El Retinal Image multi-Scale Analysis (RISA),
diseñado por María Elena Martínez Pérez,
del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en
Sistemas (IIMAS) de la UNAM, podría utilizarse en la detección
temprana de hipertensión, diabetes, y retinopatía del
recién nacido prematuro.
A través del procesamiento digital de
imágenes de arterias y venas, el sistema computacional permite
el análisis de la morfología de los vasos sanguíneos
que nutren a la retina, para detectar cambios en su morfología
o topología, causados por los padecimientos referidos.
Adquirir los perfiles es una tarea sencilla,
prácticamente no invasiva. Se aplican gotas al ojo para dilatar
la pupila y con una cámara de fondo, se toman las fotografías.
“Esa parte ocular es una ventana que nos permite analizar los
vasos sanguíneos del cuerpo”, explicó la integrante
del Departamento de Ciencias de la Computación de la entidad.
“RISA es una aportación novedosa,
porque no existía un sistema computacional que extrajera e hiciera
esta mediciones, con la capacidad de separar las arterias de las venas,
para analizarlas por separado”.
RISA
La retina está integrada por células
visuales que nos permiten reconocer luz y colores. Las arterias y venas
que la nutren pueden ser estudiadas mediante la vía digital.
Su morfología indica la presencia de diversas enfermedades y
es útil para determinar su avance.
Con técnicas de procesamiento, es posible
segmentar los vasos para medir cambios en su geometría, por algún
padecimiento, y conocer su longitud, diámetro y ángulos
de bifurcación. Además, el sistema diferencia entre arterias
y venas.
Con la figura obtenida del “árbol
sanguíneo”, el programa calcula tortuosidad, factores de
expansión, simetría, ángulo de bifurcación,
y conectividad, por segmento. Con los datos obtenidos, el médico
dispone de indicadores que muestran las anormalidades y su evolución.
Retina y enfermedad
En la hipertensión, en el caso de arterias,
disminuye el diámetro, se vuelven más largas y los ángulos
de bifurcación, disminuyen. Si una persona presenta un cuadro
severo, es posible también observar hemorragias en la retina,
aunque el sistema actualmente no las mide, sólo detecta los cambios
en los conductos sanguíneos.
"La idea es descubrir de manera temprana
esos cambios para que, antes de otro problema, el médico diagnostique
un padecimiento".
En diabéticos se observan diversos patrones
como microaneurismas, exudados y hemorragias; en el caso de los vasos,
se angostan y cierran, como un rosario, en un fenómeno conocido
como “arrosariamiento”.
En la retinopatía del prematuro, crecen
de manera descontrolada, en lugares en donde no deberían hacerlo;
incrementan su diámetro y tortuosidad. Con RISA, los expertos
tratan de entender por qué ocurren estos cambios, y lo que sucede
antes y después de los tratamientos suministrados a los bebés.
“El sistema no es utilizado en clínica,
sólo en investigación básica en medicina. La idea
es tratar de entender la naturaleza de las enfermedades y realizar seguimiento
del tratamiento a pacientes”.
Colaboración
El trabajo con el sistema comenzó en
el St. Mary Hospital de Londres, Inglaterra, donde aún se utiliza
para el estudio de hipertensión y diabetes. En Estados Unidos,
Martínez Pérez colaboró con el Hospital Infantil
de la Harvard Medical School, de Boston, y en el Colegio de Cirujanos
de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
En el país, la científica trabaja
con Marco Ramírez, del Hospital Infantil de México Federico
Gómez, y Consuelo Zepeda, del Hospital Civil de Guadalajara.
Esta colaboración está enfocada a la retinopatía
del bebé prematuro.
Durante la investigación con los colegas
mexicanos, detectaron que las características que definen este
padecimiento, como la diferencia del diámetro y la tortuosidad
de los vasos, varía por la presión que involuntariamente
aplica el médico o el técnico sobre el ojo, al tomar el
perfil de la retina del infante.
Para corregir lo anterior sería necesario
contar con un dispositivo con un sensor que pueda medir estas variaciones,
y tomar así las imágenes a una presión fija. Debe
ubicarse entre el lente de la cámara y el ojo, para calibrar
la fuerza ejercida, concluyó.
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