• Alicia Negrón Mendoza,
del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, señaló
que mientras la radiación pudo haber proveído la energía
necesaria para las reacciones de formación de compuestos
orgánicos, las rocas sedimentarias habrían fungido
como sustento
Las arcillas y los rayos gamma podrían
ser clave para entender cómo surgió la vida en la Tierra,
expuso Alicia Negrón Mendoza, investigadora del Instituto de
Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM.
“Estas rocas sedimentarias son una verdadera
mina de oro, porque sirven para generar compuestos orgánicos,
mientras que esta radiación, al excitar las partículas
atómicas, podría haber suministrado la energía
necesaria para las reacciones de formación de los mismos”,
añadió.
La académica señaló que
alrededor de este tema siempre ha habido incógnitas, pero quizá
una manera de resolverlas sea considerar un escenario como el expuesto,
pues las moléculas orgánicas complejas pudieron haber
crecido gradualmente en una plataforma de replicación no orgánica
preexistente, es decir, en cristales de silicato en disolución.
De ahí, añadió, la importancia
de indagar en las arcillas y sus características, “que
no son otra cosa que rocas sedimentarias, sumamente plásticas,
formadas a partir de depósitos de granos muy finos y compuestos
por silicatos de aluminio hidratado. Sin embargo, su relevancia geológica
radica en que están presentes en sedimentos antiguos ampliamente
distribuidos en la corteza terrestre y en que tienen una superficie
interna muy extensa”.
Al impartir la conferencia Importancia
de las superficies minerales y la radiación en la evolución
química y el origen de la vida, en el auditorio A de la
Facultad de Química, Negrón agregó que actualmente
diseña modelos que emulan las condiciones químicas que
había en nuestro planeta en sus inicios, para así indagar
qué fue lo que hizo posible el surgimiento de organismos cada
vez más complejos.
Viaje al origen
No existe un modelo generalizado del origen de la vida, aunque se afirma
que el mundo se creó a partir de un mínimo de componentes,
es decir, pasó de una forma simple a una más compleja.
Hasta donde se sabe, la Tierra es el único
lugar donde se ha manifestado. Ahí, los seres animados tienen
un origen común y los organismos, aún las bacterias más
simples, son altamente complejos, explicó Negrón Mendoza.
La ciencia aún revisa si el origen y
su proceso evolutivo surgieron al mismo tiempo. Se ha postulado que,
así como actúa el proceso de evolución, también
lo harían los mecanismos progresivos en compuestos químicos
antes de que hubiese existencia.
“Cualquier teoría que tratemos
de usar para explicar este fenómeno debe aclarar cómo
formamos los organismos y sus constituyentes; cómo se organizan
cada vez en sistemas más complejos. De todo esto debemos llegar
a las respuestas. Cualquier enfoque científico necesita evidencias”,
indicó.
Al participar el ciclo de conferencias
La Ciencias Más Allá del Aula, organizadas por la
Facultad de Química en el marco del año internacional
de esa disciplina, Negrón Mendoza explicó que antes del
comienzo de la vida en la Tierra se produjeron fenómenos geoquímicos
y químicos que dejaron huella en las rocas.
“Se trata de evidencias que podemos observar
en fósiles y en la taxonomía de las especies aún
existentes. Sin embargo, con relación al surgimiento biológico
no tenemos ninguna evidencia”.
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