• Mayana Zatz, doctora honoris
causa por la UNAM, habló sobre el potencial de estas unidades
biológicas para desarrollar terapias para diversas enfermedades
• Desestimó prácticas como la de tomar la sangre
del cordón umbilical y descartar el tejido, pues este último
es el que contiene mayor cantidad de células mesenquimatosas
Las células madres mesenquimatosas,
es decir, aquellas que pueden diferenciarse en diversos tipos de célula,
son clave para el tratamiento de varias enfermedades y pueden extraerse
de la pulpa dental de niños, las trompas de Falopio, el cordón
umbilical o depósitos de grasa. Lo que se haga hoy para determinar
las características de cada una, según su fuente de extracción,
y para indagar sobre su potencial para tratar padecimientos humanos,
determinará el camino que siga la medicina el día de mañana,
expuso la bióloga molecular Mayana Zatz.
“Cáncer, diabetes, miopía
y condiciones cardiacas son apenas algunos de los males ligados a aspectos
genéticos, y si vamos más a fondo en la lista, veríamos
que nadie está a salvo”, expuso al impartir la conferencia
Células madre en desórdenes neuromusculares, ¿qué
hemos aprendido?
Al respecto, la científica brasileña
señaló que en este campo son más las preguntas
que las aseveraciones, pero éstas son el primer paso para llegar
a una respuesta, por lo que es imperante plantearlas desde ahora, y
una de ellas versa sobre la calidad y cantidad de las células.
“No indagar nos puede llevar a ciertos
errores; por ejemplo, últimamente hay una tendencia a guardar
la sangre del cordón umbilical del recién nacido; sin
embargo, los bancos que se dedican a esto lo que hacen es tomar el fluido
hemático y desechar lo demás. Después de varios
estudios hemos comprobado que el tejido tiene más células
madres multipotentes que la misma sangre”.
Para dar una idea del desperdicio que implica
esta práctica, expuso que al intentar aislar células madres
a partir de la sangre, sólo pudo hacerse en una de cada 10 muestras,
mientras que esto fue factible en todas y cada una de las muestras de
cordón.
“Esto es sólo un ejemplo del conocimiento
que hemos adquirido y que nos puede servir para modificar ciertas costumbres”.
Investigación en ciernes
Mientras en Estados Unidos hay un veto continuado
a las investigaciones con células madre, en 2008, el gobierno
de Brasil aprobó este tipo de trabajos, lo que ha dado un impulso
notable al área.
“Esto nos ha permitido desarrollar muchos
conocimientos y preparar a un grupo importante de estudiantes y académicos
en São Paulo, y aunque apenas se dan los primeros pasos, hay
resultados que llaman al optimismo, sobre todo en lo que respecta a
males como la distrofia muscular progresiva (DMP)”, señaló
la genetista.
Para abundar sobre esto, citó el ejemplo
de dos perros con DMP, Dollar y Yuan, los cuales son un indicador fiel
del progreso alcanzado desde el señero 2008 hasta nuestros días.
“Hablamos de caninos que llegaron con nosotros justo en ese año,
y mostraban dificultad para moverse. Por ello, decidimos tratarlos con
células troncales derivadas de tejido adiposo”.
La profesora señaló la importancia
de estudiar el genoma humano, pues esto ha permitido confirmar que el
gen Xp21, localizado en el brazo corto del cromosoma X, es el responsable
de la DMP.
“Hay una relación entre la cantidad
de este último y la manifestación del mal. Así,
pensamos que con terapia celular se podía obligar al cuerpo a
alcanzar niveles más normales, y empezamos a trabajar con estos
animales”.
Después de tres años de administrar
células madres a los caninos los resultados son asombrosos, pues
los animales hoy pueden correr y jugar con los científicos, como
dan evidencia diversos videos.
“Y esto se ha logrado con aquéllas
tomadas de tejido adiposo. Lo logrado hasta ahorita augura tan buenos
resultados, que muchas amigas me han dicho que si yo les pago la liposucción,
ellas me donan su grasa”.
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