• La mayor tasa se concentra en Chiapas, Oaxaca y
Guerrero; en su mayoría son mujeres, precisó Alejandro
Canales, investigador del IISUE
En México, todavía cinco millones
393 mil 665 personas son analfabetas, lo que representa el siete por
ciento del total de la población mayor de 15 años, informó
Alejandro Canales Sánchez, del Instituto de Investigaciones Sobre
la Universidad y la Educación (IISUE), de esta casa de estudios.
En ocasión del Día Internacional
de la Alfabetización, que desde 1967 se celebra cada 8 de septiembre,
Canales Sánchez precisó que las mayores tasas de falta
de instrucción se registran en los estados de Chiapas, Oaxaca
y Guerrero, con el 16 al 17 por ciento; mientras, en el Distrito Federal,
Nuevo León y Baja California, se encuentran los niveles más
bajos, con el tres por ciento.
Esta condición, abundó, es más
marcada entre las mujeres, pues del total, el 61 por ciento corresponde
a este género. Por edad, se concentra en personas de más
de 40 años; llega a representar el 40 por ciento en mayores a
80 años, y en aquellas que no llegan a las cuatro décadas,
es menor al cinco por ciento.
A raíz del Congreso Mundial de Ministros
de Educación para la Liquidación del Analfabetismo, en
septiembre de 1965, realizado en Teherán y auspiciado por la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación
la Ciencia y la Cultura (UNESCO), se aceptaron las medidas de apoyo
del Programa Experimental de Alfabetización Mundial, que luego
fue aprobado en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU).
Según cifras de la UNESCO, refirió
Canales Sánchez, en el mundo hay casi 800 millones de adultos
analfabetos, en su mayoría mujeres; además, otros 67 millones
de niños que tienen la edad para cursar la educación primaria
no están en las aulas, y 72 millones tampoco asisten a secundaria.
Es decir, advirtió, en total hay casi
mil millones de individuos en el orbe en esa condición, o que
no cuentan con instrucción básica.
Las cifras de ese atraso se distribuyen de
manera desigual en las regiones del planeta: poco más de la mitad
del total (52 por ciento), se localiza en el sur y el oeste de Asia;
otro 21 por ciento, en el África Subsahariana; 13 por ciento,
en Asia Oriental y el Pacífico; ocho por ciento, en los estados
árabes; cinco por ciento en América Latina y el Caribe,
y dos por ciento en América del Norte, Europa y Asia Central.
En América Latina, agregó, las
cifras del 2008 muestran que solamente tres países en la región
tenían tasas menores al cuatro por ciento; Argentina, Chile y
Uruguay.
Por el contrario, las más altas (entre
17 y 25 por ciento) se registraban en Guatemala, Nicaragua, Honduras
y el Salvador. Otro grupo tenía niveles moderados (mayores al
cinco por ciento), como Bolivia, Perú, República Dominicana,
Brasil, Ecuador, México, Colombia y Paraguay.
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