• Ofrece asesoría a todo público sobre los cuidados
a seguir, enfermedades presentes en el país de destino, aplica
vacunas y extiende certificados médicos.
• Además, se dedica a la investigación y a la
capacitación de quienes desean especializarse en un área
poco desarrollada en México, la medicina del viajero
La poética bienvenida que prodigaban
los habitantes del Valle del Anáhuac a quien visitaba sus tierras,
y que decía: “Viajero, has llegado a la región más
transparente del aire”, ha sido sustituida por el “Welcome
to Mexico City”, impreso en un gigantesco letrero del Aeropuerto
Internacional Benito Juárez, colocado justo en el paso
diario de miles de individuos que buscan abordar su aeroplano o que
recién descienden.
“Éste es uno de los puertos aéreos
más importantes que existen. De hecho, es el noveno más
concurrido a nivel mundial; por ello, la relevancia de que la UNAM instale
aquí, en la Terminal 2, Puerta 5, la Clínica de Atención
Preventiva del Viajero (CAPV)”, expuso Jorge Baruch Díaz
Ramírez, de la Facultad de Medicina (FM), encargado de brindar
atención en este centro, que abre sus puertas de 9 a 17 horas,
de lunes a viernes, y de 11 a 14 horas, los sábados.
El lugar —financiado enteramente por
la FM— está pensado para ofrecer información a quienes
están por viajar, sobre todo acerca de las enfermedades presentes
en el país de destino, así como para aplicar vacunas y
extender certificados médicos si son requeridos.
Además, es un sitio al que cualquiera
puede acudir para recibir una evaluación de su estado físico,
algo crucial antes de realizar un largo recorrido, que permite establecer
el riesgo individual al que se enfrentará cada viajero.
“¿Tenías noticia de que
si alguien hace una peregrinación a La Meca debe vacunarse contra
la polio y el meningococo?, ¿o que si deseas asistir al Mundial
o a los Juegos Olímpicos en Brasil antes deberás hacerlo
contra la fiebre amarilla? Este tipo de datos, sobre los que pocos reparan
al planificar unas vacaciones, son los que proporcionamos”.
Las consultas —que deben agendarse con
antelación y tener lugar, preferentemente, tres semanas antes
de subir al avión— se diseñan a partir de las características
de cada individuo, pues previo a dar el servicio, el especialista debe
saber la nacionalidad, estilo de viaje, edad, ocupación e historial
clínico del paciente.
“No es lo mismo atender a un hombre de
negocios que a alguien que hace ecoturismo o a un estudiante de intercambio.
Los riesgos son muy distintos, así que la atención brindada
debe responder a esa diversidad”.
Un espacio nuevo
La CAPV comenzó a instalarse en noviembre
de 2010; el personal comenzó a laborar en junio de este año
y fue inaugurada hace unos días por el director de la FM, Enrique
Graue Wiechers.
Al respecto, Graue explicó que esta
unidad ofrecerá un servicio integral que comprenderá desde
la evaluación del estado de salud del viajero hasta consultas
especializadas.
“Los servicios de la clínica incluyen asesoría individual
o de grupo durante el viaje, con emisión de alertas epidemiológicas
y recomendaciones directas a los pasajeros a través de correo
electrónico. Se trata de prevenir que el pasajero padezca males
como la malaria, dengue, fiebre amarilla, encefalitis japonesa, diarrea,
sarampión, trombosis e incluso jet lag”, expuso
en la ceremonia inaugural.
El arte de la previsión
El poeta y diplomático francés
Paul Morand solía decir: “Viajar es prever. Hasta las grullas
se ponen en orden si han de partir. Un viaje debe prepararse con método”,
máxima que, a decir del doctor Díaz, debe observarse siempre.
“El futuro de la medicina está
en la prevención, y en lo que se refiere a la salud del viajero,
anticiparnos a cualquier riesgo es la clave para evitar complicaciones”.
Por esta razón, se pide a quienes soliciten
el servicio que lo hagan con tiempo, para que el personal pueda indagar
sobre los padecimientos que aquejan al lugar de destino y revisar los
boletines de la Organización Mundial de Salud o los emitidos
por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades
(dependientes del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados
Unidos).
“Hacer este tipo de valoraciones no es
nada sencillo y a veces nos toma días, pues incluso la aplicación
de una vacuna implica riesgos. Antes de hacer algo necesitamos ponderar
la relación riesgo-beneficio. La responsabilidad de esta labor
es mucha, pues nuestro apoyo no se limita al territorio mexicano, también
damos un seguimiento al paciente durante su viaje, vía correo
electrónico o redes sociales. Estamos al tanto y si se llegara
a presentar alguna contingencia, le damos aviso o indicamos a dónde
dirigirse. Nunca lo dejamos solo”.
Además, quien lo desee puede adquirir
en la clínica un botiquín con medicamentos que difícilmente
pueden ser obtenidos en ciertos países, porque algunos no se
comercializan o porque sólo se pueden comprar con receta médica.
“Prevenir es un arte, y todas las medidas
que podamos tomar desde antes sólo obran en nuestro beneficio”.
Enfermedades con pasaporte extranjero
En julio pasado, una niña francesa de
año y medio de edad llegó al Distrito Federal, procedente
de París. El vuelo, que habitualmente dura 11 horas, no reportó
anomalías en el trayecto, pero sí al llegar: la pequeña
tenía sarampión, una enfermedad rara en México
y que puede afectar a un sector amplio de la población si se
propaga.
“Casos como éste demuestran lo
relevante de estar al tanto de las condiciones de cada región.
Por ejemplo, sabemos que la epidemia de ese padecimiento lleva dos años
en Europa, particularmente en Francia, Alemania, España y Rumania,
y que los mexicanos que nacieron entre 1957 y 1986 no recibieron una
vacunación rutinaria, lo que los pone en riesgo. Si no estuviéramos
al tanto de estas variables, fácilmente podríamos caer
en un escenario adverso”.
Por esta razón, añadió
Baruch Díaz, otra de las funciones de la CAPV es y será
dar a conocer todos los focos amarillos y rojos que se enciendan, con
la finalidad de que las autoridades, y el público en general,
tomen medidas.
Al ser una Unidad Mixta de la Facultad de Medicina,
esta clínica se enfocará a prestar diversos servicios,
sean de alerta, como en estos casos, asesoría o lo que las circunstancias
demanden, “siempre con una misión clara, servir de apoyo
a la sociedad”.
La emporiatría, una especialidad con
futuro
“La rama de la medicina dedicada a la
salud del viajero se conoce como emporiatría y está muy
desarrollada en Estados Unidos, pero es prácticamente desconocida
en México. De ahí que lugares como éste nos abran
nuevos horizontes”, expuso Baruch Díaz.
El universitario señaló que quienes se forman en esta
disciplina deben involucrarse en temas usualmente ajenos a la medicina,
“pues además de estar al tanto de las alertas sanitarias,
debemos adentrarnos en asuntos de orden geopolítico. Por ejemplo,
para nosotros es básico saber si una nación pertenece
al primer o tercer mundo, pues ello nos revela las condiciones de su
sistema de salud”.
“No nos basta saber, por ejemplo, que
el 30 por ciento de quienes van a una zona con malaria regresan infectados,
también hay que prepararnos para circunstancias que no pueden
ser controladas, aunque incluso en esos casos, la previsión es
nuestra mejor arma”.
Con múltiples funciones
La CAPV se enfoca principalmente a tres áreas:
el servicio, la investigación y la docencia, “es decir,
no sólo nos dedicamos a atender pacientes, también investigamos
sobre ciertos temas —de hecho, tenemos un proyecto que estudia
la trombosis en el viajero— y capacitamos a estudiantes en este
campo”.
Al respecto, dice Baruch Díaz, este
lugar brinda la oportunidad de que tanto alumnos como el personal en
general profundice en temas importantes, pero no tan abordados, como
el jet lag, “que en realidad es un problema serio y para
el que, desde aquí, nos coordinamos en atención con otra
de las unidades mixtas de la FM, la Clínica de Trastornos del
Sueño. Éstas colaboraciones siempre son enriquecedoras”.
Este espacio consta de 100 metros cuadrados,
que se reparten en dos consultorios, una sala de exploración,
un recinto de atención a grupos, un cuarto de investigación,
un área de administración y la recepción. La CAPV
es manejada por nueve integrantes: tres médicos, dos pasantes,
una enfermera, personal administrativo y de mantenimiento.
“Cada uno tiene una responsabilidad que
se complementa con la otra, pero además, un requisito para estar
aquí es hablar inglés”.
El escritor romano Plinio solía decir
que “por naturaleza los hombres gustan de ver cosas nuevas y viajar”,
al respecto, el doctor Díaz responde que “es bueno seguir
esta tendencia casi instintiva, pero siempre con precauciones para cuidar
la salud. Eso nos garantizará un viaje placentero, y que siempre
nos quede otro más por delante”.
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