• Existen evidencias científicas
y sanitarias para demostrar el control de esta sustancia y la inviabilidad
económica para los productores si la emplearan negligente o
subrepticiamente en la engorda de ganado, dijo Héctor Sumano
López, de la FMVZ de la UNAM
• Se utiliza en personas asmáticas porque relaja el músculo
bronquial y, por consiguiente, mejora la ventilación pulmonar
“La carne de ganado bovino, porcino,
caprino y ovino, así como de aves de corral, producida en establos
y granjas mexicanos certificados no representa ningún riesgo
para sus consumidores”, aseguró Héctor Sumano López,
investigador del Departamento de Fisiología y Farmacología
de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la UNAM.
Hace unas semanas se publicaron informaciones
en las que se cuestionó el proceso de producción de cárnicos
en el país, porque en él podría estar involucrado
el medicamento clenbuterol (sic), cuyo uso pecuario está prohibido;
es más, representa un delito penal.
Al respecto, Sumano López señaló
que existen suficientes evidencias científicas y sanitarias para
demostrar el buen control de esta sustancia en México y la inviabilidad
económica para los productores si la emplearan negligente o subrepticiamente
en la engorda de ganado.
“El clenbuterol actúa sobre unos receptores adrenérgicos
específicos llamados ß2, que se localizan
en los bronquios y que causan, a nivel vascular, vasodilatación
que, a su vez, causa hipotensión (no hipertensión, como
se afirma), que pudiera derivar eventualmente en taquicardia (aumento
de la frecuencia cardiaca); además, induce nerviosismo, temblores
y náuseas”, dijo.
Este medicamento se utiliza en personas asmáticas
y con problemas de bronco-constricción (en dosis de 20 a 40 microgramos),
porque relaja el músculo bronquial y, por consiguiente, mejora
la ventilación pulmonar, así como en algunas afecciones
que cursen con atrofia muscular y, en algunos países, en el control
de los partos.
Prohibido
Diversos estudios científicos señalan
que el clenbuterol no es genotóxico, es decir, no induce cambios
conducentes a cáncer ni de ninguna otra índole en el genoma,
animal o humano; tampoco es estimulante del sistema nervioso central
ni mucho menos abortivo. No obstante, fue prohibido en los procesos
de producción de carne en países de la Unión Europea.
En cambio, el zilpaterol y la ractopamina,
que actúan en los mismos receptores ß2 y son de eliminación
muy rápida, sí están aprobados en muchos países,
incluido México.
Estos fármacos inducen un fenómeno
conocido como “repartición”, en el que los nutrientes
y la energía se depositan en los tejidos como músculo,
en vez de hacerlo como grasa.
“Lo común es que, por ejemplo,
se suministre zilpaterol a bovinos y ractopamina a cerdos durante el
mes final de su engorda, para que tengan más carne que grasa.
Esos medicamentos se eliminan de manera rápida, llegan a concentraciones
mínimas en los tejidos en un periodo de tan sólo 24 a
48 horas; además, son dos mil veces menos potentes que el clenbuterol
para inducir hipotensión”, explicó Sumano.
En hígado y retina
Se sabe que el clenbuterol se concentra en
el hígado y órganos cromafines, como la retina; pero al
contrario de lo que se piensa, su fijación a músculo (carne)
es muy baja en cantidad, aunque muy prolongada (deben pasar 21 días,
en promedio, antes de llegar a concentraciones virtualmente indetectables).
Por ello, para que represente un riesgo la
gente tendría que consumir carne con residuos en cantidades absurdamente
grandes y a diario. Aunque es cierto que la ingesta de una pequeña
cantidad de hígado de res o de cerdo contaminados podría
ocasionar problemas a la salud.
“Otro factor que influyó para
prohibir el clenbuterol en Europa fue la vigencia de un concepto conocido
como ‘bienestar animal’; es decir, deben ser tratados bien
por razones humanitarias y para que aporten carne confiable. Y aunque
se ha desviado su uso para mejorar el rendimiento en canales de rastro,
no hay reportes de que haya ocasionado decesos entre la población
humana”, indicó el investigador.
Útil en aplicaciones médicas
En relación con la comercialización
de carne, Sumano López tiene la certeza de que criadores y rastros
están certificados mediante un procedimiento denominado Tipo
Inspección Federal (TIF), que operan mediante un seguimiento
estrecho por parte de sus clientes.
En el caso de los bovinos, durante aproximadamente
cuatro meses reciben el mejor alimento y cuidados veterinarios (antiparasitarios
y vacunas, entre otros) para que tengan ganancias de peso. A menudo
se les trata con zilpaterol, que no tiene nada que ver con el clenbuterol,
a excepción de su efecto sobre los receptores ß2.
“Los ganaderos ya cuentan con canales
de distribución, por lo que es dudoso que se atrevan a recurrir
al clenbuterol; sí utilizan zilpaterol en bovinos y ractopamina
en cerdos, que están aprobados por la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA).
Cabe apuntar que, a diferencia de lo que sucede con el clenbuterol,
estos medicamentos son económicamente viables, y sólo
son necesarias de 24 a 48 horas para que el organismo animal los elimine”,
finalizó Sumano López.
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