• Con la técnica “Phage
Display”, Karlen Gazarian, del IIBm de la UNAM, inhibe la actividad
de ciertas regiones del virus causante del Sida con moléculas
peptídicas específicas que imitan su actividad
• Con este trabajo, el científico y su grupo obtuvieron
el Premio CANIFARMA 2010 en Investigación Básica
Con una novedosa estrategia que inhibe la actividad
de regiones fundamentales para la sobrevivencia y replicación
del virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el científico Karlen
Gazarian, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm)
de la UNAM, ensaya una original ruta para enfrentar al microorganismo
causante del Sida.
“El VIH tiene dos propiedades que lo
distinguen y lo hacen muy complejo: se aloja lento e invisible dentro
del organismo para permanecer en estado de latencia por periodos largos,
y tiene una increíble capacidad de mutación que lo hace
diversificarse rápidamente”, explicó Gazarian, quien
considera a ese microorganismo, junto con los causantes de la malaria
y la tuberculosis, como tres grandes retos de la ciencia biomédica.
Uno de los caminos más explorados en
todo el mundo para combatirlo, ha sido el desarrollo de vacunas, pero
hasta ahora, ha sido una carrera fallida, pues si una está lista
para enfrentar dos o tres variantes del virus, éste ha mutado
y generado cientos, indicó el científico de origen armenio,
asentado en la UNAM, desde 1996.
Con una ruta original, el universitario ha
optado por enfrentar al virus muy de cerca, a nivel del funcionamiento
de sus proteínas, con el ataque a sus regiones más vulnerables,
aquéllas que lo contactan con el medio externo y pueden paralizar
su actividad replicadora.
Esta novedosa investigación, que Gazarian
y sus colaboradores han probado también para controlar otros
microorganismos que causan enfermedades humanas y veterinarias, fue
reconocida con el Premio CANIFARMA 2010 en Investigación Básica,
galardón que otorga la Cámara Nacional de la Industria
Farmacéutica y el Conacyt.
Epítopos, nexos con el exterior
El VIH tiene, como otros virus, algunas regiones
ubicadas en la superficie de su estructura, llamados epítopos,
que tienen una importante función de contacto e intercambio con
el exterior.
“Cuenta con varios epítopos, pero
cuatro de ellos tienen la actividad más importante y son los
más vulnerables. Hacia éstos nos dirigimos mediante unas
estructuras sintéticas, desarrolladas en laboratorio, que llamamos
mimótopos, porque imitan su actividad y al ponerlos frente a
frente, funcionan como un complemento, capaz de inhibir la actividad
de los primeros, induciendo en el sistema inmune anticuerpos contra
el virus”, señaló.
Los mimótopos, moléculas que
representan la función de los epítopos, se obtienen con
el uso de sueros de pacientes infectados y actúan con la inducción
de la respuesta inmune contra el virus.
La técnica Phage Display
Para su estrategia, Gazarian utiliza la técnica
Phage Display (“Desplegado en Fago”), que permite
revelar el origen del “problema”, en este caso, los epítopos
del VIH.
El método se basa en el uso de fagos
(del griego phageton, que significa alimento o ingestión),
virus que infectan a bacterias y son filamentos muy delgados, por lo
que se llaman fagos filamentosos.
Esta técnica fue desarrollada en 1985
por el científico estadounidense George P. Smith, quien demostró
que con la manipulación del genoma de los fagos se podían
obtener partículas con péptidos fusionados a proteínas
de su superficie. Con la colaboración del soviético Valery
Petrenko, Smith describió detalladamente la técnica que
actualmente Karlen Gazarian utiliza en la UNAM.
Las proteínas de interés se expresan
en la superficie del fago filamentoso y exponen los péptidos
imitadores (los mimótopos) que se unen a ellas.
En la técnica es relevante el uso de
sueros de pacientes infectados con VIH, que sirven para encontrar en
bibliotecas de fago, que expresan mil millones de péptidos, los
mimótopos de epítopos del virus, que se pueden analizar
en diversos periodos: antes, durante y después de un tratamiento.
La perspectiva es que esta estrategia sirva
para inhibir la infección y replicación de gran variedad
del virus de la inmunodeficiencia humana, que actualmente vive y se
diversifica dentro de 34 millones de seres en todo el mundo, y es intocable
con las vacunas, concluyó Gazarian.
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