• Desde hace más de una década,
el grupo que encabeza Adela Rodríguez Romero, investigadora
del Instituto de Química, ha determinado la estructura tridimensional
de estas sustancias, mediante el uso de técnicas experimentales
de difracción de rayos X
Investigadores del Instituto de Química
(IQ) de la UNAM analizan la estructura de algunas proteínas de
parásitos, que podrían ser blancos importantes en el diseño
y desarrollo de medicamentos.
La entidad universitaria ha sido precursora
en México para determinar la estructura tridimensional de proteínas
involucradas en distintas enfermedades, lo que le ha permitido incursionar
en el diseño racional de fármacos.
Desde hace más de una década,
el grupo que encabeza Adela Rodríguez Romero, del IQ, ha determinado
la estructura tridimensional de proteínas, mediante el uso de
técnicas experimentales de difracción de rayos X. Una
de estas proteínas es la triosa fosfato isomerasa (TPI), enzima
fundamental en la producción de energía en la célula.
Al participar en el ciclo Mujeres con Ciencia,
organizado con motivo de los 70 años del instituto, Rodríguez
Romero señaló que, en colaboración con investigadores
del Instituto de Fisiología Celular, resolvieron la estructura
tridimensional de la enzima TPI de Trypanosoma cruzi, organismo
involucrado en la enfermedad de Chagas.
Lo anterior se logró con la utilización
de un cristal de ella, transferido a hexano, pues las estructuras de
proteínas en medios no acuosos pueden revelar sitios de unión
del disolvente orgánico. Estos lugares representan un punto de
inicio para el desarrollo de compuestos orgánicos que puedan
inhibir a la enzima.
En el auditorio Lydia Rodríguez
Hahn del IQ, la universitaria dijo que este hallazgo permitió
establecer que una serie de compuestos derivados del benzotiazol eran
inhibidores potentes de la enzima. Actualmente, varios grupos científicos
del país y del extranjero emplean la estructura en busca de fármacos
más potentes.
Taenia solium es otro parásito
causante de padecimientos como la cisticercosis. En conjunto con académicos
de la Facultad de Medicina, el grupo de Rodríguez determinó
la estructura tridimensional de la enzima superóxido dismutasa
(usada por este organismo como mecanismo de defensa contra el huésped),
que es utilizada por otros grupos para la búsqueda de medicamentos
contra este céstodo.
Otras sustancias objeto de estudio en el Instituto
de Química son las alergénicas del hule natural. Una de
ellas es la heveína, que se encuentra en los productos manufacturados
de ese material: guantes de uso quirúrgico y de laboratorio,
y en más de 40 mil productos de empleo cotidiano.
Las alergias, advirtió la especialista,
se consideran la epidemia del siglo XXI. De ahí, la relevancia
del estudio de los alérgenos, “agentes ambientales que
producen o inducen reacciones de hipersensibilidad inmediata, mediadas
por inmunoglobulinas de tipo E (IgE), tras haber sido ingeridos, inhalados
o inyectados”.
Su aumento dramático se debe a factores
ambientales (contaminación), cambios en el estilo de vida (alimentación
e higiene) y factores ocupacionales (por el contacto frecuente con el
alérgeno, el sujeto puede desarrollar alergia), entre otros.
Pero ¿cuáles son las moléculas
que causan alergia y cómo se puede diagnosticar y contrarrestar
este problema? Una de las aportaciones más importantes del equipo
de Adela Rodríguez ha sido determinar la estructura tridimensional
de varias proteínas alergénicas del hule natural que proviene
del árbol de Hevea brasiliensis.
La estructura cristalográfica de la
heveína fue la primera determinada en México, y es una
aportación importante porque “se trata del alérgeno
más abundante encontrado en productos manufacturados con hule
natural”, abundó.
Dos son los métodos de diagnóstico.
La prueba cutánea, que consiste en poner una gota que contiene
a las proteínas alergénicas en una incisión en
la cara anterior del antebrazo del paciente. Si se produce una roncha
o pápula de entre tres y cinco milímetros, se considera
a la persona alérgica.
La otra es una prueba inmunológica tipo
ELISA. Permite determinar, mediante ensayos colorimétricos, si
los alérgenos interactúan con las inmunoglobulinas tipo
E, presentes en el suero de los pacientes alérgicos a este material.
Este mismo método se emplea para determinar en qué productos
manufacturados (guantes y preservativos, por ejemplo) se encuentran
proteínas que pudieran ser alergénicas.
Dada la alta prevalencia de estos padecimientos
en México, Adela Rodríguez y su equipo han diseñado
herramientas para su diagnóstico.
--o0o--