• A diferencia de otras infecciones
con esa bacteria, este brote es una zoonosis
• Puede considerarse una penalización por la industrialización
de los métodos de producción, como el uso indiscriminado
de agentes antimicrobianos, consideró Ángel Manjarrez
Hernández, de la FM de la UNAM
Hace unas semanas, Alemania registró
un brote grave e inusual de enfermos con el síndrome hemolítico
urémico y diarrea con sangre, causado por la bacteria Escherichia
coli enterohemorrágica, ahora conocida por E. coli O104:H4.
La infección tiene su origen en germinados
de soya contaminados, distribuidos en centros comerciales y restaurantes.
“Este surgimiento puede considerarse
una penalización por la industrialización de los métodos
de producción, como el uso indiscriminado de agentes antimicrobianos,
que son eficientes, pero tienen consecuencias a nivel microbiológico
porque permiten la aparición de nuevas cepas bacterianas”,
consideró Ángel Manjarrez Hernández, investigador
del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina
(FM) de la UNAM.
Se trata de una zoonosis –enfermedades
infecciosas transmisibles de animales vertebrados al ser humano-, porque
los microorganismos tienen entre sus reservorios naturales al ganado
vacuno, a cabras y borregos, principalmente. En ellos son inofensivas.
“No obstante, si se contaminan los alimentos
son muy peligrosas. No es suficiente lavarlos y desinfectarlos, es necesario
cocerlos para evitar el riesgo, pues debido a su virulencia es suficiente
una cantidad muy pequeña, de unos 100 microorganismos, para causar
una infección grave”, dijo.
En 1982 hubo un brote similar de E. coli en
Estados Unidos, por carne contaminada para hamburguesas que no se coció
lo suficiente. Esta cepa se conoce como Escherichia coli O157:H7.
Por ahora, México libre de E. coli
O104:H4 y de E. coli O157:H7
Desde la aparición de E. coli O157:H7,
en México se ha hecho investigación en lugares productores
de ganado vacuno, caprino y lanar, y en pocas ocasiones se ha encontrado
esta cepa. En tanto, otras tan virulentas o similares a la O104:H4,
que apareció en Alemania, tampoco se han hallado en el país.
“Nuestro ganado no es reservorio de estas
bacterias tan virulentas, no existe la flora intestinal que las aloje,
por lo que podemos decir que (por el momento) aquí no existen”,
dijo el investigador.
Nueva cepa, la más peligrosa
La E. coli O104:H4 es una variedad
nueva, con características poco comunes, que surgió de
la combinación con otras.
Tiene la capacidad de adherirse a la pared
intestinal del ser humano, propia de un grupo llamado enteroagregativo,
pero que no produce la toxina shiga, que es muy potente.
Posiblemente hubo una transferencia de genes
entre esta bacteria y otra, que se unieron para tener las dos características
más peligrosas: la adherencia al intestino y el daño causado
por la toxina shiga, explicó.
Otra característica de la 0104:H4, que
la hace la más peligrosa entre las E. coli, es su resistencia
a los antibióticos, como las cefalosporinas, trimetoprima/sulfametoxazol
y tetraciclina”, señaló el investigador.
La gravedad de la enfermedad depende también
de la población. A unos les producirá diarrea controlable,
a otros, con sangre, pero prácticamente a todos causará
afectación; su periodo de incubación oscila entre tres
y ocho días.
El genoma, en una semana
Un hecho sobresaliente en este brote fue la
manera tan eficiente en que investigadores, médicos y epidemiólogos
trabajaron para controlarlo.
En unos cuantos días, se tuvo gran conocimiento
de la bacteria, y en una semana secuenciaron su genoma -que tiene 5.2
millones de pares de bases-, gracias a la avanzada tecnología
empleada en los secuenciadores de tercera generación. En esta
tarea participaron institutos de investigación de China, Estados
Unidos y Alemania.
Para tener una idea de este logro, piénsese
en la primera vez que secuenciaron el genoma de una cepa de E. coli,
se tardaron más de 10 años. Si esta infección hubiera
ocurrido hace tiempo, no se hubiera controlado en un lapso tan corto,
finalizó Manjarrez Hernández.
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