• Omar Sixto Luna Gómez,
de la Escuela Nacional de Música, investiga la relación
de esta manifestación artística con habilidades y capacidades
como la memoria, atención, percepción, inteligencia
y lenguaje
Con el objetivo de analizar la función
de la música como detonante en la conducta humana, Omar Sixto
Luna Gómez investiga la relación de esta manifestación
artística con habilidades y capacidades cognitivas, como la memoria,
atención, percepción, inteligencia y lenguaje.
El estudiante de la maestría en Cognición
Musical, en la Escuela Nacional de Música (ENM), indicó
que el trabajo Perspectiva en torno a la relación música
y memoria, desde el enfoque de la causalidad (música, neurociencias,
arqueología, cognición musical) está sustentado
en fundamentos teóricos de diversas disciplinas, para lograr
una comprensión integral de esta conexión. “Soy
el primer neuroarqueólogo en México”.
“Desde la licenciatura me llamaron la
atención la prehistoria y la evolución humana. Desde mi
labor docente en arqueología, trabajé en el estudio del
desarrollo de habilidades cognitivas. Al enterarme que el posgrado en
Música de la Universidad Nacional ofrecía esta línea,
no dudé en inscribirme”, compartió.
El universitario explicó la utilización
del Programa Experimental Música y Causalidad, en el que se mostraron
60 diapositivas y dos piezas musicales a cada participante, para registrar
su percepción del material audiovisual.
“Quienes colaboraron en el estudio fueron
músicos y personas sin formación musical previa. Parecía
que los primeros superarían a sus contrapartes, pero no fue así.
Los resultados demuestran que la memoria tiene sustratos filogenéticos,
ontogenéticos, pero también culturales, muy específicos”,
puntualizó.
Música y memoria
En noviembre de 2010, la Clínica Alcla,
donde se encuentra hospitalizado el músico argentino Gustavo
Cerati, anunció que el cantante reaccionaba a ciertos sonidos.
“Técnicas de resonancia magnética y métodos
experimentales, utilizados en neurociencias, demuestran cómo
el cerebro responde ante estímulos sonoros y visuales”,
refirió.
Al respecto, Luna Gómez indicó
que la música es una síntesis de procesos cognitivos,
presentes en la cultura y el cuerpo humano. El efecto que produce es
generado por las experiencias sociales.
Puede funcionar como detonante en la conducta
humana, por sus implicaciones evolutivas. Se registran hallazgos de
instrumentos musicales, con 35 mil años de antigüedad. Desde
el punto de vista de la cognición, es fundamental analizar el
vínculo entre el diseño de estos artefactos con la evolución
en este ámbito, señaló Luna Gómez.
Hay análisis, como el Efecto Mozart,
sustentados en el principio de que la música influye en el comportamiento
y la inteligencia de los individuos. Sin embargo, pruebas recientes
demostraron que es necesario trabajar al respecto para demostrar estas
afirmaciones.”Hay que ser muy cuidadosos”, advirtió.
Es un fenómeno complejo. Aristóteles,
en La Política, dedica todo un apartado al estudio de esta manifestación
artística, a nivel filosófico. Sus consideraciones tienen
implicaciones muy interesantes. La música puede ser un detonante,
pero no es determinante en el comportamiento y la conducta humana.
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