• Llegará a su máximo
en un par de años, en los que podría haber varias eyecciones
de masa coronaria al mes, a la semana e, incluso, al día, señaló
Xóchitl Blanco Cano, del IGf de la UNAM
• Si hay muchas manchas aumenta el número de eyectas,
aunque no hay por qué alarmarse ante esos fenómenos,
aclaró
Desde el 2010, se registra un aumento en la
actividad del Sol, que llegará a su máximo en un par de
años. Eso significa que en este lapso podría haber varias
eyecciones de masa coronal al mes, a la semana e, incluso, al día.
En uno o dos años, aproximadamente,
comenzará a decrecer su número, pues se trata del comportamiento
periódico, explicó Xóchitl Blanco Cano, del Departamento
de Física Espacial del Instituto de Geofísica (IGf) de
la UNAM.
Al respecto, señaló que la estrella
tiene un ciclo llamado de actividad solar, con un periodo aproximado
de 11 años. Si su estado es mínimo, hay pocas eyecciones,
como las observadas cerca de la Tierra en el periodo 2006-2009, que
fueron cercanas a 30.
La experta indicó que es difícil
saber cuántos de esos fenómenos alcanzarán la Tierra;
todo depende de la parte del Sol donde se formen. En todo caso es un
porcentaje mínimo, de menos de 10 por ciento. Algunas, como la
registrada el 7 de junio pasado, apenas rozó a nuestro planeta.
Las eyecciones
Existen diferentes tipos de eyecciones solares;
las más conocidas son las de masa coronal, enormes burbujas de
plasma o gas ionizado, que salen del halo y traen consigo campos magnéticos.
También son muy energéticas, pues contienen la potencia
de alrededor de 10 huracanes juntos.
Además, las manchas solares están
muy relacionadas con las eyectas. El Sol es una esfera, pero no es rígida,
está compuesta de varias capas, entre ellas la fotosfera, donde
se encuentran las manchas, que tienen campos de atracción muy
fuertes, en los que surgen los llamados arcos magnéticos coronales;
es en éstos donde se pueden formar las eyecciones.
Por ello, aclaró la científica
universitaria, si hay muchas manchas aumenta el número de eyecciones
de masa coronal.
El astro rey tiene un campo magnético
multipolar, abundó, formado por una especie de “rizos”
o arcadas magnéticas. Así, mientras más tenga,
mayor será la posibilidad de que se forme una eyección
que, eventualmente, saldrá del Sol.
“Eso depende de la energía acumulada.
Las arcadas magnéticas se ‘tuercen’ porque la estrella
tiene una rotación diferencial, es decir, la esfera no rota rígida,
sino a distintas latitudes. Eso produce que los arcos se curven hasta
que, como si fueran un resorte que se suelta o se rompe, no se puedan
sostener más y exploten”, explicó.
Una eyección puede tardar varias horas
en salir, pero una vez que lo hace, se propaga por todo el medio interplanetario
durante días. Alcanzan la Tierra en dos o cinco horas, según
su velocidad, y siguen su camino. De hecho, han sido observadas por
naves distantes, cercanas a Júpiter, donde todavía pueden
ser detectadas.
La ocurrida en la primera semana de junio pasado, prosiguió,
no fue del todo inusual. La ráfaga asociada fue media, “nada
fuera de lo común”; también lo fue la tormenta de
partículas que lanzó. La eyección de masa coronal
sí fue muy veloz, alcanzó los mil 400 kilómetros
por segundo.
Lo novedoso en ese caso fue que se pudo registrar
con mucho detalle por el Solar Dynamics Observatory de la NASA. “No
es la primera ni la única vez que observaremos, en este ciclo
solar, esas características”, apuntó.
Ante esos fenómenos no hay nada que
temer, aseguró, porque el campo magnético de la Tierra
nos protege. Además, sólo algunas eyectas, con una configuración
magnética específica, “conectan” con el campo
terrestre y permiten la entrada de algunas partículas que viajan
con ellas a la magnetosfera.
Si esto ocurre, se genera una serie de corrientes
eléctricas temporales muy intensas, capaces de “confundir”
a los satélites artificiales o a los radares, lo que puede afectar
a las telecomunicaciones.
“Si la corriente inducida es muy alta
puede quemarse algún transistor en una planta generadora de electricidad
o dañar el radar de aviones pequeños que viajan por encima
del polo”, aseguró.
Entonces, fuera de las precauciones que deben
tomar quienes manejan los satélites (que hoy se construyen a
prueba de corrientes que pueden generarse fuera de la magnetosfera),
si hay actividad solar intensa la gente “sólo debe ver,
informarse, aprender y disfrutar el espectáculo de auroras boreales”,
concluyó.
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