• Perteneciente al Instituto de
Geofísica, analiza y fecha piezas de materiales cerámicos
arqueológicos
• Ángel Ramírez Luna, técnico encargado
de su operación y mantenimiento, señaló que,
en promedio, se trabajan 10 proyectos anuales
Ante la considerable cantidad de piezas arqueológicas
falsas y los consecuentes problemas para el análisis y manejo
de fragmentos antiguos de dudosa legitimidad, el Instituto de Geofísica
(IGf) de la UNAM estableció, desde mediados de la década
de los 90, el Laboratorio de Termoluminiscencia (TL).
Este espacio de análisis y datación
de materiales cerámicos, encontrados en yacimientos arqueológicos
seleccionados, llenó el vacío que existía en este
campo de la investigación en México, dijo Ángel
Ramírez Luna, técnico encargado de su operación
y mantenimiento.
Su puesta en marcha ha permitido realizar fechamientos
en proyectos arqueológicos nacionales e internacionales, como
en los Andes Noroccidentales, Colombia; Río de la Plata, Argentina;
Olancho, Honduras, y se piensa trabajar con cerámica mayólica
en América y en Europa, comentó.
En el país, acotó, esta técnica
se empleó para analizar y datar cerámica maya, zapoteca
y totonaca; actualmente, se trabaja en la región del Tesechoacán,
en Veracruz, y la cuenca del río Caxonos, en Oaxaca, además
de las zonas arqueológicas como Chichén Iztá, Teotihuacan
y Chingú, entre otras. También, se realizan investigaciones
para fechar materiales de construcción y, con ello, ofrecer más
opciones dentro de la arqueometría.
En el Laboratorio se trabajan, en promedio,
10 proyectos anuales, aunque varía la cantidad de muestras. Nuestros
usuarios son fundamentalmente académicos, pero también
acuden museos como el Vilsbiburg, en Alemania; el Real de Ontario, Canadá;
el Nacional de Antropología, y el Universitario de Ciencias y
Arte, en México. Además, se ha colaborado con el sector
privado, gobiernos municipales y fundaciones, especificó.
La termoluminiscencia
En la composición de una pieza arqueológica
se encuentran minerales que presentan de forma marcada el fenómeno
de la termoluminiscencia, una señal que en esos vestigios es
generada por la exposición de sus cristales a radiación
ionizante proveniente de elementos radiactivos presentes en la naturaleza,
que pueden hallarse tanto en sus componentes, como en el entorno que
la rodea (suelo), además de una contribución de radiación
cósmica.
De esta manera, explicó Ramírez
Luna, se puede considerar la forma e intensidad del espectro termoluminiscente
natural de una pieza y su tasa de dosis anual y, en consecuencia, calcular
su fecha de elaboración.
Además de ello, se puede saber si es
auténtica o falsa. La cronología brinda información
sobre los anales y contribuye a determinar eventos importantes en ciertas
culturas. “Podemos conocer florecimiento, desalojo de sitios primitivos
e historia ocupacional de la zona”, señaló.
Otra aplicación es en las ciencias de
la Tierra, pues se puede indagar la edad de muestras geológicas
como flujos de lava, sedimentos, depósitos o impactos de meteoritos;
con esta información, se establecen cronologías sobre
las condiciones ambientales y climáticas del pasado.
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