Boletín UNAM-DGCS-392
Ciudad Universitaria.
11:00 hrs. 3 de julio de 2011


Nicolás Pacheco Guerrero

INNOVA CIENTÍFICO DE LA UNAM INSTRUMENTO PARA PERFECCIONAR EL DISEÑO DE PRÓTESIS DENTALES

 

• Es de alta precisión, bajo costo, dimensiones pequeñas y de fácil uso, fabricado con mano de obra 100 por ciento mexicana
• Se trata de una creación de Nicolás Pacheco Guerrero, de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología
• En proceso de patente, ya se aplica de manera exitosa en clínica

Un instrumento que permite perfeccionar el diseño de prótesis dentales, de alta precisión, bajo costo, dimensiones pequeñas y de fácil uso, fabricado con mano de obra 100 por ciento mexicana, fue innovado por Nicolás Pacheco Guerrero, académico del Laboratorio de Fisiología de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM.

Esta herramienta, denominada tangenciómetro, no sólo es útil en el área de implantes y cirugía, sino de ortodoncia, donde sirve para aplicar la denominada técnica lingual, donde los brackets van por dentro y, con frecuencia, se presenta el problema de colocarlos con exactitud.

El desarrollo, en proceso de patente y listo para ser transferido a una empresa transnacional (porque los instrumentos convencionales son de importación), ya se aplica exitosamente en clínica, en la FO, explicó el científico.

El universitario mencionó que del total de protesistas, “un máximo del cinco por ciento usa este instrumento, también llamado analizador, paralelómetro o tripodizador comercial. Es decir, la mayoría hace los trabajos a ‘ojo’, sin mediciones, por lo que los implantes no se ajustan a los pacientes, quienes se quejan porque sus puentes y demás prótesis no les quedan o les lastiman”.

El coautor del libro Prótesis bucal removible, argumentó que la razón de que los profesionales y técnicos no cuenten con un instrumento de este tipo es que en el país no se fabrican ni existe tecnología en el área; todo proviene de empresas extranjeras y a precios muy altos.

No obstante, los implantes son cotidianos en cualquier clínica. Se necesitan instrumentos para saber dónde y cómo poner uno. La meta es contar con una herramienta que ayude a colocarlos correctamente; queremos mejorar los tratamientos, pues se han dado casos donde se colocan a media encía, indicó Pacheco Guerrero.

El integrante del Laboratorio de Fisiología, quien ya ha dado a conocer este desarrollo en publicaciones de la propia Facultad y en foros de posgrado, recordó que el paralelómetro –creado en la década de los 20– cumple varios objetivos: determinar el paralelismo entre las piezas dentales, porque algunos pueden estar inclinados. “Si un diente está chueco y no se calculó, la prótesis no entra, o si entra ya no sale, o lastima al paciente”.

Si no hay paralelismo, se coloca un material o se rebaja la pieza hasta lograr que queden análogas, de forma que el puente entre y salga fácilmente, con base en las medidas que arroja ese instrumento de alta precisión.

Asimismo, funciona para medir el grado de retención que tiene cada diente en su superficie, es decir, dónde será posible colocar el gancho para detener la prótesis. Además, para establecer un medio de comunicación entre el dentista y el técnico; este último sigue ciertas señales que el especialista dibuja sobre un modelo de yeso, una especie de mapa con signos y señas, para fabricar la prótesis o implante.

De ese modo, el tangenciómetro mide a la perfección la superficie del diente, convexa y cóncava, y determina las retenciones útiles para construir una prótesis bucal que será colocada sobre estructuras duras (dientes) y blandas (encía).

El dispositivo se utiliza sobre otro aparato, llamado articulador dental; ése es el segundo de los elementos para el tratamiento y diagnóstico. Sobre él se hace la planeación y diseño, e incluso el cálculo económico de la prótesis.

Pacheco Guerrero construyó un analizador más económico, de proporciones más pequeñas, ligeras y versátiles, para sustituir ese articulador, donde se colocan los modelos y se analizan los dientes, arcos, zonas desdentadas y retenciones, de forma real, como si fuera la boca del paciente, con cierta inclinación (y no completamente horizontal como ocurre en las plataformas de los aparatos convencionales).

Además, el analizador, a diferencia de otros, tiene una movilidad de 360 grados: se mueve hacia cualquier parte y altura, así como en toda la distancia del arco.

El tangenciómetro, respecto a los existentes en el mercado, es hasta 95 por ciento más exacto. “Su uso queda limitado a que quien haga la transferencia de los modelos al articulador, la realice correctamente”, precisó.

En cuanto a los materiales del instrumento, explicó que deben cumplir requisitos indispensables: ser sólidos, indeformables y químicamente esterilizables; que puedan limpiarse con una solución desinfectante, sin que haya corrosión u oxidación, como es el caso del aluminio.

Se trata de un mecanismo cuyas partes tienen repuestos; “cualquiera de sus tornillos se puede conseguir con facilidad. Es ergonómico, de peso ligero, graduable, desarmable, ajustable y se guarda en la misma caja del articulador”.

En cuanto al costo, podría disminuir de 12 mil y hasta 25 mil pesos –precio al que se ofrece en el mercado–, a alrededor de dos mil 500. La finalidad, expuso el académico, fue crear un instrumento accesible y motivar su uso.

La innovación ahora se pretende colocar a una fresadora – con la colaboración de los expertos en el torno, Othón Benítez, padre e hijo-. Finalmente, agradeció el apoyo de Arturo Fernández Pedrero, director de la FO, y a Fernando Ángeles Medina, jefe del Laboratorio de Fisiología “quien me impulsó a difundir estos trabajos”.


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Fotos


Nicolás Pacheco Guerrero, académico de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Odontología de la UNAM.


Tangenciómetro de modelos para el articulador dental.