Boletín UNAM-DGCS-385
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 29 de junio de 2011


Jorge Sánchez Cordero

EN LA HETEROGENEIDAD RADICA NUESTRA FORTALEZA: SÁNCHEZ CORDERO

 

• La diversidad nos enriquece, y no reconocerlo podría llevarnos a la extinción, señaló Jorge Sánchez Cordero
• El integrante del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM reconoció que esta interacción no sólo se da en nuestra nación, sino a nivel global

“México se asume como un país heterogéneo y un mosaico multicultural, además de que se reconoce en el espejo histórico como un crisol de culturas. En nada ayuda negar las existentes y convergentes, porque la diversidad enriquece”, indicó Jorge Sánchez Cordero, del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. “Debemos admitir que en esta variedad radica en nuestra fortaleza, y el aislamiento nos puede condenar a la extinción. No se trata de tener reservas, sino de integrar a la sociedad”.

Actualmente, agregó, hay una valoración de los indígenas. “Ya no es el indio arqueológico el que se debe ponderar, sino el multiculturalismo mexicano naciente y viviente. A nada nos ha conducido la negación de nuestras raíces. Es claro que hay una interacción de culturas, no solamente aquí, sino a nivel global; todas se deben algo unas a otras. Siempre hay tributos e interacción constante”.

De hecho, precisó, el aislamiento no es una virtud ni algo positivo. No se puede condenar a las culturas por mero capricho o gusto; al contrario, su interacción es la que genera la riqueza de un país, y en México están en contacto permanente.

El especialista consideró que el humano es un ser cultural. “Desde su nacimiento, está sujeto al canon respectivo de su comunidad, que consciente o inconscientemente lo impregna. Interactuamos frecuentemente en sus sistemas”.

A través de estos contactos se desvanecen unas culturas, pero emergen otras; lo importante es aceptar el mosaico del que se es parte. Más que un principio de debilidad, es la gran riqueza humana de nuestro país. “En la medida en que seamos capaces de apreciarlos, avanzaremos”.

El patrimonio, dijo, no es inerte, mantiene los códigos de formas de ser. A su vez, las tradiciones, al igual que las lenguas, son vehículos de comunicación e información. Son fenómenos culturales que se provocan socialmente, sin interrupciones. Incluso, aclaró, la lengua pertenece al tiempo, es éste el que la forma.

Sánchez Cordero recordó que en el momento en el que el país se independizó, necesitaba dos cosas: construir un Estado y crear identidad. Por ello, los fundadores trataron de rescatar los puntos de cohesión. Las raíces mexicanas estaban ancladas a la colectividad.

En el siglo XIX, se generaron grandes ambigüedades; por un lado, había idolatría por el indio arqueológico y, por otra, una falta de respeto por las costumbres y tradiciones autóctonas, destacó.

Ahí inicia este proceso de multiculturalismo y se reconoce una ciudadanía cultural. Se abandona el hecho de que el modelo venga de la élite burocrática y se imponga. Ahora se acepta la heterogeneidad, se abandona la imposición de un modelo único y el conjunto tiene a su cargo la elaboración de su propio proyecto, que debe ser avalado por el Estado. “Éste es uno de los grandes eventos del tránsito del siglo XX al XXI”.

“El desarrollo de una diversidad creativa exige la plena realización de las garantías culturales, tal como las define el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los artículos 13 y 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales”.


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Fotos


Jorge Sánchez Cordero señaló que México es uno de los pueblos más ricos a nivel cultural.