• Vladimir Ávila-Reese, investigador
del Instituto de Astronomía (IA), señaló que
esos conglomerados, como la Vía Láctea, conforman una
“telaraña” cósmica
Investigadores de la UNAM están frente
a un activo movimiento científico enfocado al estudio de los
componentes que integran el universo, y a confirmar la existencia de
materia oscura como base para la formación de galaxias.
Vladimir Ávila-Reese, investigador del
Instituto de Astronomía (IA), señaló que actualmente
se piensa que esos conglomerados de miles de millones de estrellas y
materia interestelar, como la Vía Láctea, se han gestado
en el interior de enormes estructuras invisibles, que conforman una
“telaraña” cósmica a gran escala. Sin embargo,
aún no se sabe con certeza de qué están hechas.
En la conferencia En el mundo de las galaxias,
reiteró que la materia oscura en el universo abre espacio a nuevas
teorías sobre la naturaleza de las partículas elementales
o sobre la gravedad misma. “Lo que podría ser casi un hecho
es que es la base para la formación de esos sistemas donde nacen
y evolucionan las estrellas, los planetas y casi toda la gama de objetos
astronómicos estudiados con telescopios”.
Ávila-Reese, también especialista
en astrofísica teórica y cosmología, comentó
que se viven momentos de gran interés en la ciencia desde que
se han consolidado las evidencias astronómicas de existencia
de una enorme cantidad de materia que produce gravedad, pero no brilla,
no forma estrellas, no interactúa con la radiación. Aunque
se le llama oscura, es más bien materia invisible y las galaxias
luminosas nos muestran apenas la punta del iceberg.
Los tenues grumos de ella, originados en el
universo temprano, se hacen más densos por su propia gravedad.
Finalmente, éstos colapsan para formar estructuras autogravitantes
que atrapan el gas de materia ordinaria y en su interior cocinan
galaxias. Son verdaderos moldes que les imprimen sus principales
propiedades a las galaxias, como ser componente del disco en rápida
rotación, y componente esférica central.
Muchos grupos en el mundo, incluido el de la
UNAM, buscan encajar más piezas del rompecabezas que permitan
lograr un cuadro coherente de la historia del universo a través
de la formación y evolución de las galaxias.
En el auditorio Paris Pishmish del
IA, detalló con videos y recreaciones en pantalla, cómo
el gas es atrapado por estructuras de materia invisible, para finalmente
caer en sus centros y formar sistemas de estrellas y gas muy similares
a las galaxias que se observan. En algunos casos, sobre todo en el pasado,
las estructuras invisibles se fusionan y, por ende, lo hacen las galaxias
espirales en sus centros. Como resultado, suelen transformarse en esferoides
estelares que sólo envejecen con el tiempo. Son las llamadas
elípticas.
¿Qué es la materia oscura?
Una propuesta afirma que son partículas
elementales supersimétricas, que no interactúan con la
radiación; es decir, “si existen, atraviesan como si nada
a los átomos, pues al no interactuar con el campo electromagnético
que los llena, es casi imposible detectarlas. Pero los científicos
no se dejan y han ideado experimentos ingeniosos para cazar estas partículas
predichas, aunque aún sin resultados positivos”.
Mientras tanto, los astrónomos buscan
restringir su naturaleza. Los universitarios han encontrado que las
propiedades de las galaxias simuladas dependen del tipo de partículas
de materia oscura que se usen. Entonces, al comparar sus simulaciones
con las observaciones, han podido indagar algo sobre esta última.
Además de esa materia, la expansión
acelerada del Universo, que se descubrió recientemente, requiere
de un medio repulsivo dominante, llamado energía oscura. El rol
de ambas en las galaxias, así como las propiedades y evolución
de éstas, ponen al conocimiento en el umbral de una nueva revolución
científica, concluyó.
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