• Formaldehído, benceno y algunos pesticidas no están
supervisados por leyes ambientales en vigor, advirtió Agustín
García Reynoso, del Centro de Ciencias de la Atmósfera
de la UNAM
Es necesario implementar medidas concretas
para el abatimiento y control de las emisiones de tóxicos atmosféricos,
que pueden causar mutaciones, malformaciones o cáncer a largo
plazo. “Necesitamos legislar en esta materia”, advirtió
Agustín García Reynoso, del Centro de Ciencias de la
Atmósfera (CCA) de la UNAM.
El formaldehído, benceno, algunos
pesticidas, tolueno y el xileno, no están supervisados por
leyes ambientales en vigor. Además, dijo, las emisiones de
partículas generadas en la zona metropolitana y los niveles
de ozono en la Ciudad de México, producto de la combustión
de hidrocarburos, representan un riesgo para la salud.
El ozono, ejemplificó, generado por
vehículos y emisiones industriales, causa irritación
de ojos y garganta, tos, problemas del tracto respiratorio, asma y
daños pulmonares severos.
Monitoreo de la calidad del aire
Para contrarrestar efectos nocivos, refirió
que se puede recurrir a la evaluación de la calidad del aire,
proporcionada por el Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT)
y la Red Automática de Monitoreo Atmosférico (RAMA),
de la Secretaría del Medio Ambiente del Gobierno del Distrito
Federal.
Realizan mediciones continuas y permanentes
de ozono (O3), dióxido de azufre (SO2),
óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono
(CO), partículas menores a 10 micrómetros (PM10), partículas
menores a 2.5 micrómetros (PM2.5) y ácido sulfhídrico
(H2S), indicó.
Además, el CCA genera pronósticos
respecto a la calidad del aire en el Valle de México. Los datos
están disponibles en la dirección web http://www.atmosfera.unam.mx/
En consecuencia, consideró que es
posible conocer los niveles en cada zona, para evitar la exposición.
Impacto de los contaminantes
Los efectos principales en la salud, provocados
por sustancias tóxicas en el ambiente son disminución
en el tamaño de pulmones, por exposición a ozono; afectaciones
cardiacas, por presencia nociva en el torrente sanguíneo, y
daños neuronales, causados por plomo, que provoca el deterioro
del sistema nervioso central y disminución en la capacidad
cognitiva y habilidad manual.
Los grupos de alto riesgo son niños,
mujeres embarazadas, adultos mayores y aquellos con padecimientos
crónicos cardiacos y pulmonares, refirió.
El monóxido de carbono generado por
vehículos, estufas de leña y combustible, provoca dolor
de cabeza, reduce la alerta mental, puede inducir ataques al corazón,
complicar enfermedades cardiovasculares, disminuir el desarrollo mental
y provocar la muerte.
Contaminación en casa
En interiores, refirió, el humo de
cigarro es el contaminante principal. Está compuesto de una
corriente primaria o principal, que inhala directamente el adicto,
y una secundaria, generada por combustión espontánea.
Se han identificado más de cuatro
mil sustancias nocivas, de las que al menos 60 son probables carcinógenos,
como los 4-aminobifenoles, benceno, níquel, monóxido
y dióxido de carbono, nitrosaminas y amoniaco, además
de ser una fuente importante de nicotina, concluyó.
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