Boletín UNAM-DGCS-316
FES Zaragoza.
11:00 hrs. 28 de mayo de 2011


EL TRAUMA CRANEOENCEFÁLICO, MÁS FRECUENTE EN NIÑOS Y JÓVENES

 

• Puede ser causa de padecimientos discapacitantes, demencia, e incluso la muerte, señaló Claudia Albor Bautista, estudiante de la maestría en Psicología en la FES Zaragoza de la UNAM

Los niños y jóvenes son los sectores de la sociedad con mayor riesgo de sufrir accidentes que derivan en trauma craneoencefálico, causa de padecimientos discapacitantes, demencia, e incluso muerte, señaló Claudia Albor Bautista.

La residente en Neuropsicología Clínica en el Hospital 20 de Noviembre, y estudiante de la maestría en Psicología en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, destacó que en México la incidencia de esas lesiones es muy alta; además, es un factor de riesgo que puede producir diversas enfermedades.

Por ello, subrayó la necesidad de impulsar programas efectivos para el tratamiento de padecimientos derivados, debido a que el trauma craneoncefálico, tiene como origen, en la mayoría de los casos, los accidentes vehiculares por colisión, atropellamiento, o caídas con golpes en la cabeza, frecuentes en menores de edad.

Por la alta incidencia –más si se considera que cualquier golpe puede ocasionar este daño, sea leve, moderado o severo–, se ha vuelto primordial realizar estudios, tratamientos e intervención.

Albor Bautista destacó que en ciertas secuelas, como la demencia, el paciente puede ser intervenido para lograr su mejoría. Actualmente, estudia un caso como indicador de riesgo de esa afección, pues llamó su atención que ésta pueda ser operada para conseguir una recuperación gradual.

El cráneo humano constituye una protección por su dureza, aún así, es necesario ser cuidadoso, porque un impacto fuerte puede derivar en daños graves, e incluso ser mortal, dijo.

Sin atención adecuada

La universitaria lamentó que pese a que estas lesiones se presenten con frecuencia, no se les preste la atención adecuada, ni haya medidas preventivas. Es mayor el número de personas que fallece o queda con secuelas, que quienes logran restablecerse.

Los jóvenes presentan traumatismos de este tipo por accidentes vehiculares o por incidentes deportivos, y en los niños, ocurre regularmente a consecuencia de una caída.

El problema aumenta si se considera que una persona que lo ha sufrido tiene un mal diagnóstico, presenta un deterioro generalizado de sus actividades, cambios en su comportamiento y, por ello, es rechazado por los demás y, en primer lugar, por sus propios familiares.

--o0o--

 
 

Fotos


Claudia Albor Bautista, estudiante de la maestría en Psicología en la Facultad de Estudios Superiores Zaragoza.