Boletín UNAM-DGCS-313
Teotihuacan, Estado de México.
12:30 hrs. 26 de mayo de 2011

Fotos
Cortesía INAH

Sergio Gómez Chávez, del Instituto de Antropología e Historia (INAH), encabeza la excavación –en la que colabora la UNAM- en un túnel ubicado debajo del Templo de la Serpiente Emplumada en Teotihuacan.

En Teotihuacan, se han retirado 200 toneladas de piedra y tierra en la excavación del túnel que se encuentra debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, a 14 metros de profundidad, con una orientación oeste a este y una longitud de 120 metros, y cuyo punto culminante serán las cámaras funerarias ubicadas en el extremo del corredor.

Víctor Manuel Velasco Herrera, académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, colabora con un georradar en la ubicación del túnel .

CON UN GEORRADAR E IMÁGENES EN 3D, COLABORA UNAM EN LA EXPLORACIÓN DEL INFRAMUNDO TEOTIHUACANO


• Sergio Gómez Chávez, del INAH, encabeza la excavación de un túnel ubicado debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, clausurado hace mil 800 años; al final del pasaje se encuentran varias cámaras, donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización
• Se halla a 14 metros de profundidad, con orientación de oeste a este; de acuerdo a relatos de culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección
• Con un georradar, Víctor Manuel Velasco Herrera, del IGf de la Universidad, detectó la ubicación del túnel, y con una cámara de video 3D, graba las primeras imágenes tridimensionales del sitio

Científicos mexicanos encontraron, debajo del Templo de la Serpiente Emplumada, un túnel clausurado por los teotihuacanos hace mil 800 años. Ahí, la Universidad Nacional participa con un georradar, que desde la superficie detecta lo que hay en el subsuelo, y con el registro del complejo arqueológico, mediante una cámara de video en 3D.

Con el georradar, que barre con ondas electromagnéticas desde la superficie para detectar materiales y objetos del subsuelo, Víctor Manuel Velasco Herrera, académico del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM, detectó la ubicación de ese pasaje, sus dimensiones y las cámaras al final de éste.

Ese túnel “es una representación del inframundo. Se trataba de un lugar de creación, donde residen las fuerzas telúricas, emanadas de las deidades; el sitio donde se crea y se recrea la vida de forma constante”, consideró Sergio Gómez Chávez, del Instituto de Antropología e Historia (INAH).

El arqueólogo, tras años de dirigir al equipo que ha hecho posible extraer con palas y cubeta más de 200 toneladas de tierra y piedra, también ha encontrado una ruta de símbolos, cuya conclusión serán las cámaras funerarias ubicadas en el extremo del corredor.

Ahora, se avanza en la exploración del túnel, que se encuentra a 14 metros de profundidad, con orientación de oeste a este –de acuerdo a distintos relatos o mitos que compartían diversas culturas mesoamericanas, la entrada al inframundo es precisamente en esa dirección–, con una longitud de 120 metros.

Pero al final, se encuentran varias cámaras, donde pudieran estar los restos de los gobernantes de esa civilización mesoamericana. De confirmarse, será uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes del siglo XXI a nivel mundial, consideró.

Rastreo con georradar

En la zona, Velasco trabaja con un georradar que, desde la superficie, detecta lo que hay en el subsuelo. Con este equipo no invasivo, propiedad del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la UNAM, el universitario ha detectado la longitud de la oquedad y el mítico sitio al que conduce.

“Se utiliza desde la superficie del suelo, y emite ondas electromagnéticas para localizar diferencias de materiales”. Así, se han podio distinguir trozos de cerámica, huesos, piedras, agua o huecos del sitio, lo que ayuda a la reconstrucción del túnel y de sus contenidos. Con esa evidencia, se completa la información de los arqueólogos quienes, al excavar, han localizado fragmentos de objetos de ofrendas.


El uso de la tecnología para explorar la zona ha sido fundamental. Por la formación de la ingeniería del sitio vemos que en Teotihuacan hubo un gran conocimiento científico, de matemáticas, geografía, construcción, y de los materiales, que indican que hubo un gran desarrollo, destacó.

Teotihuacan tridimensional

Otra participación de la UNAM en la exploración del Templo de la Serpiente Emplumada consiste en un registro del complejo arqueológico con una cámara de video en 3D.

En el país, esta tecnología se aplica en diferentes áreas de la ciencia y la tecnología. En especial, Velasco la ha utilizado en la percepción remota aeroespacial para el estudio de los cuerpos celestes, del cambio climático, de los huracanes y, ahora, la emplea en la zona arqueológica de San Juan Teotihuacan.

“Generamos los primeros videos tridimensionales de uno de los lugares más sagrados del México prehispánico, como es el inframundo teotihuacano, y próximamente se harán animaciones y recreaciones virtuales del túnel, de su arquitectura, de los restos de cerámicas y otros objetos”, adelantó Velasco.

Uno de los planes, es realizar con ese material un museo o paseo virtual, para dar a conocer este hallazgo a nivel global.

Requieren nuevo equipo

Además de la tecnología 3D, se requiere de una nueva para analizar con detalle las condiciones de las paredes de ese pasaje, “porque sería importante saber si hay fracturas que pudieran poner en peligro la vida de los arqueólogos del INAH, u ocasionar derrumbes como ocurre comúnmente en las minas”, añadió.

“Este equipo es un escáner-láser, y es necesario emplearlo constantemente dadas las condiciones, por lo que sería fundamental que se apoyara a la Universidad para la adquisición de este instrumento, que no sólo se usaría en ese sitio arqueológico, sino en todo el país, para resolver diferentes problemas”, indicó.

El uso de nuevas herramientas ha permitido un encuentro entre el México moderno y el prehispánico, “me parece que solamente si hemos alcanzado un desarrollo científico, somos dignos de encontrar y comprender este hallazgo en San Juan Teotihuacan”.

Además de la importancia arqueológica y del valor cultural, los tehotihuacanos legaron un mensaje: “no cometan nuestros errores o se colapsarán como nosotros”, aseguró Velasco. Esto es relevante, continuó, porque “el estudio de nuestro pasado es fundamental para resolver los grandes problemas que tiene actualmente una mega urbe como la Ciudad de México”.



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