• Con 63 años de existencia, está indizado en
Scopus; SciELO; Index to Foreing Legal Periodicals; International
Political Science Abstracts; Redalyc, y en el Índice de Revistas
Mexicanas de Investigación Científica y Tecnológica
del Conacyt, entre otras
Temas clásicos como la comparación
entre los sistemas jurídicos del mundo, los derechos humanos
y el análisis constitucional figuran en el Boletín
Mexicano de Derecho Comparado, con asuntos de coyuntura como el
principio de igualdad, las uniones entre personas del mismo sexo y la
equidad de género.
Editado por el Instituto de Investigaciones
Jurídicas (IIJ) de la UNAM, en sus páginas refleja las
corrientes contemporáneas del pensamiento en la materia, responde
a las nuevas necesidades de conocimiento e información de los
especialistas, y se adapta a los cambios tecnológicos en la producción
editorial, afirmó la directora de la publicación, desde
2007, Nuria González Martín.
El objetivo de esta revista cuatrimestral es
difundir la investigación enfocada primordialmente a la solución
de problemas nacionales; aportar información científica
sobre las distintas disciplinas del área; prestar apoyo a las
actividades docentes y a la investigación en la UNAM y en otras
instituciones del país o del extranjero, añadió.
Abierta al análisis internacional y
con énfasis en temas jurídicos de Iberoamérica,
cuenta con colaboradores de todas las latitudes; predominan autores,
en Latinoamérica, de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y México,
y en Europa, de Alemania, España y Portugal.
Entre sus campos, el derecho comparado tiene
un papel central. “Predominan los sistemas jurídicos de
una región, por ejemplo, el Mercosur. No obstante, los temas
del Civil law o del Common law son tradicionales”,
señaló.
Índices y presencia en línea
Se publica en español por ser un claro
referente de temas iberoamericanos, aunque eventualmente incluye colaboraciones
en inglés y portugués. Por estar en bases e índices
de excelencia, posee título, resumen y palabras clave en inglés,
precisó la editora.
El Boletín Mexicano de Derecho Comparado
está registrado en los índices Bibliography of Asian Studies
(online edition); CSA Political Science & Government (Cambridge
Scientific Abstracts); Index to Foreign Legal Periodicals; International
Political Science Abstracts; Periodicals Index Online; Russian Academy
of Sciences Bibliographies; Human Rights Internet Reporter, y Marine
Affairs Bibliography.
También, forma parte del Sistema Regional
de Información en Línea para Revistas Científicas
de América Latina, el Caribe, España y Portugal (Latindex);
Scientific Electronic Library Online (SciELO); Red de Revistas Científicas
de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc);
Índice de Revistas Mexicanas de Investigación Científica
y Tecnológica del Conacyt; Ulrich´s, y recientemente, ingresó
a la base de datos Scopus.
Desde 2001, se implementó su versión
en línea, con la puesta en marcha de la Biblioteca Jurídica
Virtual del IIJ. “La inclusión de nuestra publicación
en los índices y bases de datos internacionales ha generado un
impacto de su visibilidad en todo el orbe”, reconoció González
Martín.
Además, puede consultarse en el Portal
de Revistas Científicas y Arbitradas de la UNAM, “una excelente
plataforma que concretiza los trabajos que se han organizado por parte
de la Universidad”, consideró.
Seis décadas de análisis
El Boletín Mexicano de Derecho Comparado,
fue fundado en 1948 por Joaquín Rodríguez y Rodríguez,
su primer director técnico y exiliado español.
Inicialmente, surgió como Boletín
del Instituto de Derecho Comparado, revista periódica de
esa entidad. En 1967, el Instituto de Derecho Comparado de México
cambió su nombre al de Instituto de Investigaciones Jurídicas,
y la publicación cambió su denominación por Boletín
Mexicano de Derecho Comparado, a partir de 1968. “Si bien
se inauguró una ‘nueva serie’, ésta conservó
continuidad, estructura y espíritu con la fundada en 1948”,
aclaró la editora.
Desde entonces, el derecho comparado ha sido
un tema central y constante. “Este análisis comparativo
es útil como medio para ver con mayor claridad la esencia de
nuestro propio sistema nacional; para la unificación, armonización
y codificación transnacional del derecho ante situaciones de
integración y/o globalización.
Además, ayuda a aclarar el elusivo concepto
de ‘orden público’; sirve como instrumento para crear
una ciencia jurídica y, concretamente, una ciencia social, y
para mejorar el estudio de las diferentes familias jurídicas
existentes, con la encomienda de extraer la esencia de cada una y así
analizarla y compararla con nuestro ordenamiento interno o autónomo”,
explicó la universitaria.
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