• Para diagnósticos clínicos
más específicos de medicina nuclear, adquirió
tres módulos de síntesis química automatizados
para producir radiofármacos específicos, destinados
a detectar cáncer, así como enfermedades neurológicas
y cardiacas
• A 10 años de ofrecer este servicio de imagenología
molecular, la Facultad de Medicina se mantiene a la vanguardia, dijo
Miguel Ángel Ávila Rodríguez
• Se produce el 80 por ciento de los radiofármacos utilizados
en la misma unidad, y otros hospitales y centros de diagnóstico
que realizan estos análisis en la Ciudad de México
A 10 años de su fundación como
el primer centro de imagenología médica nuclear para diagnóstico
clínico del país, la Unidad de Tomografía por Emisión
de Positrones (PET) de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, fortalece
su capacidad para detectar, además de diversos tipos de cáncer,
enfermedades neurológicas y cardiacas.
Lo anterior es posible con la nueva gama de
radiofármacos que se generan en sus propias instalaciones, capaces
de guiar a los médicos hacia las zonas de detección temprana
de cáncer y enfermedades neurológicas como Parkinson,
epilepsia, Alzheimer o padecimientos cardiacos que preceden a daños
irreversibles en el corazón.
En tres nuevos módulos de síntesis
química automatizados, se producen los radiofármacos específicos,
que amplían la capacidad diagnóstica.
La Tomografía por Emisión de
Positrones es una técnica no invasiva de medicina nuclear, perteneciente
a la imagenología molecular, explicó en entrevista Miguel
Ángel Ávila Rodríguez, doctor en Física
Médica, y responsable del Ciclotrón, Radiofarmacia y Micro-PET
de la Unidad PET de la FM.
Con un estudio se obtienen imágenes
funcionales que reflejan la concentración de un radiofármaco
específico, lo que proporciona información de diversos
procesos biológicos a nivel molecular.
El especialista detalló que se trata
de la técnica más avanzada de diagnóstico médico
por imagen, pues genera información metabólica o bioquímica
de los procesos bajo estudio, en comparación con las modalidades
de imagen por rayos X, ultrasonido y resonancia magnética, que
ofrecen principalmente información estructural o anatómica.
Asimismo, permite la detección temprana
de enfermedades, inclusive antes de que manifiesten sus primeros síntomas,
pues generalmente los cambios fisiológicos que acompañan
a una afección anteceden a los anatómicos.
Positrones, ruta para ver enfermedades
Los radiofármacos con los que funciona
la PET están marcados con un radionúclido emisor de positrones,
antipartículas del electrón que tienen las mismas propiedades
de este último, pero son de carga positiva, así que si
un positrón y electrón se encuentran, se aniquilan, y
toda su materia se convierte en energía, liberada en forma de
dos fotones, emitidos simultáneamente, en direcciones opuestas
y con la misma energía.
Con la detección simultánea de
los fotones de aniquilación es posible identificar la línea
a lo largo de la que se emitieron, y seguir la ruta en donde el radiofármaco
se acumuló para formar imágenes.
La sensibilidad, resolución especial
y precisión de cuantificación de la PET la hacen la técnica
de diagnóstico de medicina nuclear molecular por excelencia,
consideró Ávila.
Amplían su capacidad
Durante varios años, en la Unidad PET
de la FM se trabajó con un solo radiofármaco de glucosa
marcada con flúor-18, el FDG, diseñado para detección
de cáncer.
“El FDG se ha utilizado de forma universal
para estudiar casi cualquier tipo de tumor; sin embargo, no es un radiofármaco
específico de proliferación celular, porque también
es captado en procesos de inflamación e infección. La
nueva tendencia es que sean más específicos, pues amplían
la capacidad diagnóstica del cáncer y padecimientos neurológicos
y cardiacos”, explicó.
Ahora, en el laboratorio de radiofarmacia de
esa unidad se producen, además del FDG, otros como el fluoruro
de sodio (NaF), para estudios óseos encaminados a la detección
de tumores primarios y metástasis; fluorotimidina (FLT), un marcador
de proliferación celular que permite evaluar la respuesta temprana
a tratamientos oncológicos; fluoromizonidazol (FMISO), para la
evaluación de hipoxia tumoral que es un factor de mal pronóstico
en algunos tipos de tumores, y fluoroestradiol (FES), para determinar
la densidad de receptores de estrógenos en cáncer de mama.
Asimismo, acetato, para analizar el metabolismo
beta-oxidativo del miocardio, útil también en cáncer
de próstata y hepático; raclopride, para enfermedades
neurológicas como Parkinson, Alzheimer, Huntington y esquizofrenia,
entre otras; tetrabenazina (DTBZ), para diabetes mellitus, mediante
la determinación de masa de células beta pancreáticas,
encargadas de producir la insulina, y amoniaco, para estudios de perfusión
miocárdica.
Una de las metas de la administración
actual de la FM, destacó, es seguir con la ampliación
de la lista de radiofármacos para estudios PET. Con ese fin,
recientemente se adquirieron los tres módulos de síntesis
química automatizados, con apoyo parcial del Conacyt. La nueva
gama de radiofármacos específicos en producción
son rutas precisas que se convierten en imágenes para la detección
y diagnóstico temprano de enfermedades.
Cabe mencionar que aquí se produce el
80 por ciento de los utilizados en la misma unidad, y otros hospitales
y centros de diagnóstico que realizan estudios PET en la Ciudad
de México.
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