• Julia Tagüeña Parga, del Centro de Investigación
en Energía (CIE) de Temixco, explicó que para usar el
Sol en nuestro favor, se cuenta con diferentes tecnologías,
por ejemplo, con sistemas fotovoltaicos que convierten sus rayos en
electricidad
La radiación solar recibida cada 10
días sobre la Tierra equivale a todas las reservas conocidas
de petróleo, carbón y gas; por esta razón, fuentes
renovables de energía (FRE), como ésta y otras, deberían
ser esenciales a la hora de planificar nuestro futuro, pues aunque es
imposible no afectar al medio ambiente, no producen gases de efecto
invernadero, como los combustibles fósiles, aseguró Julia
Tagüeña Parga, del Centro de Investigación en Energía
(CIE) de Temixco, Morelos.
Para usar el Sol en nuestro favor, añadió,
se cuenta con diversas tecnologías como los sistemas fotovoltaicos,
es decir, aquellos que convierten la radiación solar en electricidad,
además de las tecnologías fototérmicas y de concentración
solar. Todas las FRE deberían ser parte de una planeación
energética que es imprescindible que tenga el país.
Al participar en el XIV Seminario de Economía,
Ciencia y Tecnología ¿A qué se Refiere la Sustentabilidad?,
organizado por el Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc),
detalló que las FRE son aquellas que mantienen una tasa de consumo
menor a su tasa de producción.
“Es necesario cambiar la política
y diseñar un sistema nacional diferente que asegure el futuro
de México en este rubro. El camino lo dicta el uso de energías
limpias. Relativamente, todo lo que el humano hace, contamina. Se llaman
así porque no producen gases de efecto invernadero ni contribuyen
al calentamiento global”, expuso.
Sin embargo, explicó, a la hora de fabricar
celdas solares se contamina. A fin de cuentas es una industria que usa
materiales peligrosos como el silicio. “Las FRE causan impacto,
pero no como las fuentes que actualmente usamos”.
En el auditorio Ricardo Torres Gaitán
del IIEc, expuso que el desarrollo sustentable es aquel que no compromete
la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades
y busca la equidad entre nuestros contemporáneos.
Los nuevos paradigmas de desarrollo deben reducir
el empleo de energía fósil. “Debemos cuidar y dosificar
el petróleo y utilizarlo para la introducción de las renovables”,
apuntó.
El petróleo, agregó, es la base
de nuestro desarrollo y problemas. Al ser un combustible con alta densidad
energética (con poco se obtiene mucho), lo hemos utilizado de
forma no controlada.
Desde antes del año 2000, el yacimiento
más importante del país, el de Cantarell, comenzó
a agotarse. Eso significa que se va a acabar, ¿y cómo
vamos a vivir sin esta energía si dependemos tanto de ella?
Por ello, la especialista se preguntó
cómo enfrentar este descenso acelerado e irreversible en la producción
de un recurso que tardó en formarse entre 60 y 200 millones de
años.
Las FRE son la energía solar, la eólica,
la geotérmica, la hidráulica, la biomasa y la oceánica.
Además, como otra posible alternativa están los biocombustibles
y el hidrógeno.
A su vez, recalcó, debemos garantizar
a las empresas que inviertan en estas tecnologías que obtendrán
ganancias.
Las fuentes renovables aseguran un impacto
ambiental aceptable. El cambio hacia el desarrollo sustentable generaría
esperanza; sin embargo, para lograrlo se requiere un cambio social y
una política de Estado en función de este propósito.
En su momento, Lucy Reidl, coordinadora de
los Consejos Académicos del Área de Ciencias Sociales,
recordó que la Psicología Ambiental surgió en los
años 70 y el enfoque estaba orientado en cómo afecta el
ambiente a la conducta del hombre. Y después, se desarrolló
la Psicología de la Conservación.
Cambian las necesidades, lo que conlleva a
modificar el comportamiento humano para disminuir el impacto colectivo,
a través de la sustentabilidad ambiental, la conservación
de recursos y ecosistemas, además de mejorar la calidad de vida
la población y otras especies.
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