• La especie más consumida, el nopal de Castilla, es
una variedad cultivada desde épocas prehispánicas, expuso
Salvador Arias Montes, del Instituto de Biología de la UNAM
Los nopales y demás cactáceas
son nativos de América, y México es el país con
mayor diversidad. Cerca de 40 por ciento de todas las especies del continente
crecen en nuestro suelo, señaló Salvador Arias Montes,
especialista del Instituto de Biología (IB) de la UNAM.
Los nopales, agregó, pertenecen al género
Opuntia. En la nación hay más de 80 especies
silvestres y nativas, principalmente en los matorrales del norte, aunque
también se dan en bosques secos, regiones cálido-secas
del sur y, en menor proporción, en bosques templados y húmedos.
Su aprovechamiento, que data de épocas
prehispánicas, ha impulsado el desarrollo de más de 20
variedades hortícolas. “Éstas son las más
importantes en aspectos de producción para consumo, y de ahí
se prenden los nopalitos y la tuna”.
Las variedades ingeridas en México provienen
de un grupo pequeño de especies, porque son pocas las que se
cultivan y producen este alimento.
El más utilizado a nivel nacional es
el Opuntia ficus indica, o nopal de Castilla. Casi no tiene
espinas y los tallos son poco fibrosos, en comparación con los
silvestres.
Con él nos hemos alimentado los últimos
700 años. Es una de las variedades nativas, que data de épocas
prehispánicas. Sus características fueron seleccionadas
por nuestros ancestros y es el más vendido tanto al interior
como al exterior del país.
Sin embargo, Italia se ha vuelto el mayor exportador
de tunas y China uno de los principales de nopal, y aunque nuestro territorio
es el centro de origen y produce grandes cantidades, no tiene los niveles
de venta de sus competidores.
La mayoría de lo cosechado se utiliza
para satisfacer el mercado nacional. Milpa Alta es el productor número
uno de nopal, y regiones del altiplano, de Zacatecas a San Luis Potosí,
de tuna.
Como hay diversas variedades desde Canadá
hasta Argentina (islas del Pacífico como las Galápagos
y las Antillas, incluidas), se tiene información de carácter
filogenético (hipótesis para evaluar la evolución
de estas plantas) que indican que esta familia vegetal surgió
en la parte noreste de Sudamérica. “Si encontramos alguna
especie en otra parte del orbe es porque fue introducida desde América”.
El especialista del IB subrayó que lo
más importante es que México posee el mayor número
de especies silvestres y cultivadas. “El nopal comestible fue
desarrollado en tierras mesoamericanas”.
Ambientes hostiles, su hábitat preferido
Los ambientes en que se desarrollan la mayoría
de las especies silvestres carecen de agua. Naturalmente, los nopales
han generado estrategias adaptativas actualmente estudiadas. Sus hábitats
son regiones áridas y semiáridas, lo que les da una amplia
presencia nacional, porque más del 45 por ciento del territorio
mexicano corresponde a estas zonas.
Presentan cuatro tipos de adaptaciones: morfológicas (espinas
y ausencia de hojas), anatómicas (fibras vasculares y mucílago
o baba para retener agua), fisiológicas y reproductivas. “Todas
les han sido útiles para sobrevivir en condiciones adversas”.
Cinco especies en peligro
La Norma Oficial Mexicana 059 regula el comercio
de flora y fauna silvestre. En ésta aparece un grupo de cinco
nopales silvestres, exclusivos del país, en riesgo de desaparecer.
Muchos hábitats de plantas se han visto amenazados por la actividad
del hombre, concluyó.
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