• Se orienta a asegurar las condiciones de estabilidad y la
convertibilidad de la moneda, exigidas por el capital financiero,
afirmó el académico Arturo Huerta González
• El también profesor del posgrado en Economía,
Jaime Ros, opinó que es errónea la idea de que el crecimiento
lento obedece a la falta de reformas microeconómicas
La política macroeconómica de
México no actúa en favor del crecimiento, sino que se
orienta a asegurar las condiciones de estabilidad y la convertibilidad
de la moneda exigidas por el capital financiero, afirmó Arturo
Huerta González, profesor del posgrado en Economía de
la UNAM.
En el Taller-Seminario de Teoría del
Desarrollo, La Crisis Actual en México, el académico de
la Facultad de Economía, afirmó que la situación
que se enfrenta es inherente a las políticas económicas
predominantes.
Ante la afirmación de que existían
las condiciones macroeconómicas de estabilidad para encarar cualquier
choque externo, la cuestión es que “lo que enfrentamos
es resultado de nuestra inserción en el proceso de globalización
y derivada de las medidas de apertura comercial y financiera”.
La política ha sido en favor de lo financiero
y ha actuado en detrimento de lo productivo, dijo Huerta. Las altas
tasas de interés, la disciplina fiscal y la apreciación
del tipo de cambio atentan contra la competitividad, el crecimiento
del mercado interno y las condiciones de acumulación del sector
productivo.
De ese modo, las medidas tomadas no sólo
han sido innecesarias, sino insuficientes para el crecimiento interno
y externo; “seguimos con políticas de disciplina fiscal,
con altas tasas, desempleo, bajos salarios y restricción crediticia”.
No es posible seguir en el contexto de libre
mercado e insistir en políticas de estabilidad macroeconómica
a favor del sector financiero. Hay que replantear la estrategia y retomar
el manejo hacia la esfera productiva y el empleo.
En la sala Maestro José
Luis Ceceña, del Instituto de Investigaciones Económicas,
el también profesor del posgrado en Economía, Jaime Ros,
expuso que en las últimas tres décadas, la crisis no ha
afectado el potencial de crecimiento de la economía mexicana,
sin embargo, ésta se ha mantenido en niveles bajos.
Sin embargo, sí existen nuevos elementos
que pueden dañarlo, como la extensión de la violencia
en años recientes, o las perspectivas de caída de la producción
de petróleo, precisó.
Ros sostuvo que los factores macroeconómicos
no son los únicos determinantes del escaso avance; un diagnóstico
completo debe incluir, factores como el desmantelamiento de la política
industrial y la falta de financiamiento bancario para actividades productivas
en las últimas décadas.
-o0o-