• Aunque hay quienes aseguran que el problema quedó
atrás y que existe una recuperación, ésta es
de rebote, dijo Oscar Ugarteche, del Instituto de Investigaciones
Económicas
• Si México se apega al ritmo de Estados Unidos, el
crecimiento será mínimo durante el resto de la década,
expuso el académico de la UNAM
Mientras no haya cambios tecnológicos
profundos que resuelvan el problema ambiental, de desarrollo y, sobre
todo, si no se define para quién se produce, la crisis económica
en México continuará, advirtió el integrante del
Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, Oscar
Ugarteche Galarza.
Al ofrecer una conferencia del ciclo Los
problemas actuales de la economía nacional, en la sede central
de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP), resaltó que, desde
1930, el país no había experimentado una crisis como la
actual, y aunque los analistas aseguran que el problema ha quedado atrás
porque hay una recuperación, ésta es de “rebote”.
En el encuentro, inaugurado por la directora
General de la ENP, Silvia Jurado Cuéllar, y por la titular del
Instituto de Investigaciones Económicas, Verónica Villarespe
Reyes, el especialista indicó que si México se apega al
ritmo de Estados Unidos, el crecimiento será mínimo durante
el resto de la década.
En ese sentido, consideró necesario
que el Estado optimice las condiciones salariales, fomente una política
de desarrollo industrial y distribuya mejor el ingreso para activar
nuevamente el mercado interno.
De lo contrario, persistirá un sector
exportador dinámico con el resto de la economía “desenganchada”.
Este año, prosiguió, seguramente no habrá un incremento
en los ingresos, en los salarios ni en los empleos, y para saber cuál
será el destino del país en la materia, habrá que
ver cómo avanza el resto del mundo.
En el auditorio de la Dirección General
de la ENP, indicó que la crisis comenzó por la subvaloración
de activos y préstamos hipotecarios en la Unión Americana;
la siguiente fase ocurrió con el cierre de los créditos
entre los bancos estadounidenses, y en el momento en que se generalizó,
ya se había cerrado el comercio internacional porque todas las
transacciones se realizan en dólares.
Tan sólo en 2009, agregó, las
transacciones externas cayeron 30 por ciento al comenzar una recesión
mundial, donde las economías con una estrecha relación
con el país vecino del norte se desplomaron en grandes proporciones
y, en general, todas sufrieron un golpe, incluso las asiáticas.
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