Boletín UNAM-DGCS-108
Ciudad Universitaria.
06:00 hrs. 22 de febrero de 2011

 


ESTUDIANTE NÁHUA OBTIENE TÍTULO DE INGENIERO QUÍMICO METALÚRGICO

 

• Para Lamberto Díaz Damacillo, éste es un primer paso para concretar uno de sus planes más ambiciosos, dar clases a nivel bachillerato y hacer que cada vez más jóvenes indígenas opten por una carrera universitaria en vez de migrar a los Estados Unidos

Como indígena náhua del estado de Guerrero, Lamberto Díaz Damacillo sabe que para promover el desarrollo de su comunidad, la clave es la educación; al menos esa era su idea al salir de su pueblo para estudiar la carrera de Ingeniero Químico Metalúrgico en la UNAM, y también lo fue al regresar a la zona para convencer a los jóvenes del lugar de prepararse profesionalmente para luego aplicar ese saber en favor de los suyos.

“Y aún lo creo, es por eso que esta titulación me es tan importante; es una especie de cierre de algo que comencé allá por 2004, cuando dejé mi natal Acatlán (municipio de Chilapa de Álvarez) para venir a la Ciudad de México, aunque de ninguna manera se trata de cerrar un ciclo, pues en lo que se refiere al estudio, uno nunca termina… De hecho, hace unos días empecé a tomar mis clases de maestría”, expuso el becario del Programa Universitario México Nación Multicultural.

Después de defender la tesis Desoxidación de cobre líquido usando especies gaseosas, se dijo más convencido que nunca de que aún le queda mucho por aprender, “porque hacer este trabajo me llevó a meterme en asuntos de ciencia básica que incluso ahora me son difíciles de explicar, y en los que no muchas personas de mi disciplina se adentran, pero lo que saqué en claro de esta experiencia es que hacer investigación a veces te lleva a temas que no sospechabas, y por ende, a proponer soluciones que hasta hace poco estaban fuera de tu imaginación”, indicó.

Esa es la magia del conocimiento, que siempre ofrece algo nuevo y de utilidad para los demás, comentó Lamberto, “además de que congrega a la gente”, añadió en alusión a los amigos que dejaron sus clases para estar presentes en su examen profesional y, sobre todo, a su familia, que viajó casi seis horas en autobús “para acompañarme en este momento tan importante”.

Ahora, lo que debo hacer es caminar hacia el futuro, comentó el joven de 25 años, quien no sólo tiene la mira puesta en la maestría, sino en un doctorado en el extranjero, “lo que no significa que no extrañe los paisajes de la Sierra Madre del Sur, ni el río del pueblo o el sabor del mole que sólo allá se prepara. Es por eso que, al fin de esa etapa, mi intención es regresar para dar clases en el bachillerato”.

De hecho, sus planes de volver forman parte de sus pláticas más recurrentes, tanto, que no falta quien le diga “¿te vas a ir a estudiar fuera para terminar en una preparatoria de un poblado pequeño y no en una gran compañía? ¡Eso es un desperdicio!”.

“A quien comenta eso le suelo responder que por supuesto no lo es, que no hay nada tan generoso como acercarse a los chicos de bachillerato y hacer que se entusiasmen con sus clases, y que tengan ganas de ir a la universidad en vez de a los Estados Unidos, que es algo que afecta mucho a mi pueblo y además disuelve familias. Así que sigo en firme con ese propósito… Y si alguien vuelve a objetar mi decisión, no me quedará más que responderle que prefiero eso a encerrarme en una oficina… ¿Un desperdicio? No compartir lo que uno sabe con los jóvenes, ¡eso sí es un desperdicio!”.

 

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Fotos

Lamberto Díaz Damacillo creció en Acatlán, municipio de Chilapa de Álvarez.