• Se trata de un acervo documental
que abarca escritos desde 1666 y hasta finales del siglo XX, y que
a partir de octubre del 2009, en coordinación con el INAH,
es digitalizado
• El proyecto, a largo plazo, incluye el rescate, preservación
y digitalización de 748 cajas con alrededor de 400 mil documentos,
para hacerlos accesibles a través de una página en
Internet
El Centro de Enseñanza para Extranjeros
(CEPE), con sede en la ex hacienda El Chorrillo, en Taxco de Alarcón,
Guerrero, es una entidad de educación y difusión de
la cultura reconocida en esa ciudad y toda la región norte
del estado, y ahora se ha convertido en sitio de preservación
de la memoria de la “capital mundial de la plata”, con
el proceso de resguardo de su Archivo Histórico, a cargo de
esta casa de estudios.
Se trata de un acervo documental que abarca
escritos desde 1666 y hasta finales del siglo XX. Es un corpus,
principalmente histórico, pero también lingüístico
y social, que a partir de octubre del 2009, en coordinación
con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH),
es digitalizado en imágenes. El avance es del 30 por ciento.
El proyecto, a largo plazo, incluye el rescate,
preservación y digitalización de 748 cajas con alrededor
de 400 mil documentos que lo componen, para hacerlo accesible a investigadores,
historiadores, especialistas y público en general, a través
de una página en Internet.
Verano del 97
El Archivo Histórico de Taxco pasó
a resguardo de la UNAM en el verano de 1997; entonces, la Casa de
la Lajuela sufrió el derrumbe de una parte de la terraza, donde
se ubicaba el acervo. A petición de la Secretaría de
Desarrollo Social del gobierno estatal, y para evitar que se mojaran,
los documentos fueron enviados al Centro, por un “corto lapso”.
Nunca hubo una entrega oficial del material,
recordó Javier Cuétara Priede, director del CEPE-Taxco,
tampoco algún documento o catálogo; fue una situación
de emergencia. Lo único que se tiene es un relato del director
de entonces, redactado en una cuartilla y media, donde narró
lo acontecido.
Tiempo después, la biblioteca de la
entidad universitaria elaboró un inventario del acervo, que
arrojó el número de cajas, que contienen alrededor de
tres mil 474 expedientes “catalogados como documentos de Presidencia,
Colonial, Cabildo, Miscelánea, Registro Civil, Justicia, Catastro,
y otros”.
En tanto, Roberto Cruz Arzabal, secretario
Académico del CEPE-Taxco, abundó que se desconoce el
número exacto de hojas que integran el corpus. “No
hay un conteo, es uno de los problemas. En el Archivo no hay número
de folios ni legajos, nadie sabe realmente la cantidad de documentos
que existen; tampoco si están en cuartos, octavos o pliegos
completos; cuántos son impresos o manuscritos, o cuáles
son los más valiosos”.
A partir de la entrega del Archivo comenzó
una serie de pláticas entre la Universidad y el Ayuntamiento,
para establecer qué hacer con el patrimonio, cómo protegerlo,
o si se devolvía, y no fue sino hasta hace año y medio
cuando se dio el momento para trabajar en conjunto con la Coordinación
Nacional de Antropología del INAH, e iniciar la digitalización.
Entonces, especificó Cruz, se decidió
fotografiar los documentos para, al menos, preservar los textos más
antiguos y deteriorados. Por poco más de un año, expertas
del INAH trabajaron en el CEPE para tomar imágenes de cada
documento.
Luego, prosiguió Cuétara, viajaron a la capital del
estado para procesarlas en diferentes formatos. “Ahora sigue
la labor de ordenar archivos y carpetas por año y tipo de catálogo”.
Por el momento, la digitalización
de los textos, ubicados en dos salones, está detenida, pero
se espera reanudarla en un mes, en la nueva sede del Archivo.
Una nueva casa
Para Cuétara Priede era importante
contar con un espacio digno para albergar ese acervo histórico.
Se pensó en diferentes opciones, pero la mejor fue un salón
de clases anexo a la Biblioteca Juan Ruiz de Alarcón
de la entidad.
“Lo acondicionamos, arreglamos el suelo
levantado por raíces de árbol, se coló el techo,
en fin. Es un sitio completamente renovado, con humedad y temperatura
controlados para la preservación”. Un aspecto importante
es el de la seguridad. El acceso será restringido, y habrá
que pasar cuatro puertas antes de tener acceso a cualquiera de los
archivos, explicó el director.
De ese modo, ese patrimonio histórico
pronto será llevado a su nueva ubicación, “pero
queremos hacerlo de manera cuidadosa. Buscamos avalar todos los movimientos
que hacemos y hacerlos transparentes; en este caso, a través
de un aviso formal a la primera autoridad, es decir, el Ayuntamiento,
y ante notario público que, en una sesión de trabajo,
dará fe del traslado de las cajas”, relató.
El Ayuntamiento ha puesto mucho interés
y ha dado un gran apoyo. Además, se comenzó a estipular
la estancia del corpus documental en la UNAM y ya se tiene un convenio
que avala su estadía en esta casa de estudios. “De ese
modo, se formaliza y se sustenta el trabajo de la UNAM por el Archivo
Histórico de Taxco, que es propiedad de la ciudad”, abundó.
Para el cuidado de los documentos, añadió
Cuétara, se tiene un proyecto entre la Dirección General
del CEPE, su sede en Taxco y Fundación UNAM, sobre todo porque
hay papeles que están muy dañados. “El propósito
es tener un archivo limpio, fuera de peligro, sin hongos o algún
otro tipo de plaga, en un espacio adecuado, y catalogado”.
Este proyecto, grande y ambicioso, será
largo y lento porque se debe asegurar la preservación de miles
de documentos, de uno en uno. “No tardaremos menos de un par
de años, pero la espera valdrá la pena”, concluyó.
-o0o-