• Víctor Manuel Velasco,
del Instituto de Geofísica de la UNAM, indicó que
las condiciones actuales de la Tierra son muy similares a las que
había hace 400 años; entonces, se registraron las
temporadas más frías de la era moderna
Pocas veces en Estados Unidos se había
visto una precipitación de nieve tal, que en Chicago comenzaron
a llamarla Snowpocalipsis, “sin embargo, esto está
muy lejos de ser algo apocalíptico, es más bien uno
de los procesos naturales que atraviesa regularmente la Tierra”,
expuso Víctor Manuel Velasco, del Instituto de Geofísica
de la UNAM.
Actualmente, Chicago es una de las urbes
más afectadas por este fenómeno, del que alertó
Velasco en mayo de 2010; entonces viajó allá para ofrecer
la conferencia Enfriamiento global.
Desde 2002, el académico se ha dedicado
a estudiar la actividad solar y el impacto que tiene en el planeta,
“y las observaciones obtenidas nos llevaron a pronosticar, en
2008, que el clima comenzaría a enfriarse alrededor de 2010,
y la naturaleza comienza a demostrar si el vaticinio era cierto o
no”.
Este periodo, que el investigador denominó
como “una mini-era del hielo” responde a la baja actividad
solar, pero también al movimiento planetario. Hoy tenemos condiciones
muy similares a las que se dieron hace aproximadamente 400 años.
En esa época, se registraron los inviernos más crudos
que conoce la era moderna, explicó.
“Hablamos del lapso entre 1645 y 1715,
que se conoce como el Mínimo de Maunder, etapa en que las manchas
solares desaparecieron prácticamente de la superficie del astro,
y en la que nuestro planeta ocupaba una posición muy similar
a la que tiene hoy respecto al centro de masa de nuestro Sistema”.
Algo que, a la hora de estudiar el cambio
climático, pocas veces consideran los científicos, es
el lugar preciso que la Tierra ocupa en el Sistema Solar en un momento
determinado, pero hacerlo nos abre horizontes de estudio insospechados,
añadió.
El científico señaló
que esta “mini-era de hielo” durará de 60 a 80
años, “lo que nos obliga a replantear nuestra economía,
tecnología y ciencia. Por ejemplo, en el norte comienza a haber
un déficit de energía, y habrá una necesidad
mayor de alimentos; debemos pensar en ello hoy para comenzar a prever
para el mañana”.
¿Pero cómo conciliar las evidencias
de que el planeta se enfría con aquellas que aseguran que se
calienta? “Actualmente vivimos una revolución científica
en la que, por un lado, están las supercomputadoras y, por
el otro, la inteligencia humana. Sólo el ser humano crea conocimiento
y ciencia, y quienes apostaron por los ordenadores hicieron un diagnóstico
equivocado. Será la naturaleza la que demuestre qué
teoría es la correcta, “y sin embargo —concluyó
el académico—, la Tierra se enfría”.
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