• José Barragán
Barragán, del Instituto de Investigaciones Jurídicas
de la UNAM, aconsejó integrar las preocupaciones actuales
para crear un texto acorde a la realidad nacional
• El documento constitucional de 1917 suma 502 modificaciones
desde su promulgación, refirió la investigadora Adriana
Berruecos, de la misma entidad
México necesita una nueva Carta Magna,
acorde a las exigencias del derecho constitucional moderno y a las
preocupaciones de los mexicanos, aseguró José Barragán,
del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM.
Esta ley fundamental, estableció,
debe renovar su contenido y la esencia del pacto social de convivencia
entre los mexicanos; incluir un capítulo completo dedicado
a los derechos humanos y con medios para garantizarlos si alguna autoridad
no los respeta; regular el ejercicio del poder, con el fin de que
todos los niveles de gobierno trabajen en beneficio de la colectividad,
e incorporar los principios fundamentales del texto actual, con nuevos
enunciados.
“Hay que enderezar los cauces de este
país por un nuevo derrotero. Tenemos especialistas capaces
de cumplir con esta encomienda”, apuntó.
El texto que tenemos, al compararlo con los
de Guatemala, Costa Rica, Colombia, Chile o Argentina, “veremos
que está agotado, abandonado. No tiene ninguna relación
con los problemas actuales en nuestro país”.
Por ejemplo, argumentó, la nuestra
establece que el salario debe ser remunerador; sin embargo, no hay
nada más deteriorado en los últimos 40 años y
no hay ninguna reforma, en lo particular.
Está mermada la seguridad social e,
incluso, la asistencia médico- sanitaria todavía no
llega a los campesinos. “Esas esperanzas no sólo no se
han satisfecho del todo, sino que prácticamente se han cancelado
para los trabajadores”, afirmó.
Aportación al constitucionalismo universal
La Constitución de 1917, explicó,
fue la primera de carácter político-social en el mundo,
al introducir el concepto de garantías sociales, resumidas
en la libertad de enseñanza y el derecho a la educación,
un nuevo régimen de propiedad de la tierra, el derecho al trabajo,
y la separación del Estado y la Iglesia, ejes rectores referidos
en los artículos 3, 27, 123 y 130, respectivamente.
Además de contener principios de reformas
sociales y derechos en favor de obreros y campesinos, fue formulada
para gobernar a todos los mexicanos sin distinción de raza,
credo, condición social o política; en ella se dictó
la libertad de pensamiento y creencia.
Los cambios más relevantes sobre la
Constitución de 1857, fueron la eliminación de la reelección
del presidente de la República y la supresión del cargo
de vicepresidente. Cuenta con 136 artículos, divididos en nueve
títulos.
Nuestra ley fundamental, por su parte subrayó
Adriana Berruecos, también del IIJ, conserva artículos
del texto de 1857. En específico, el sexto, referente a la
libertad de expresión, y el séptimo, que regula la libertad
de imprenta. Salvo las reformas recientes al primero, en materia de
acceso a la información, conservan su esencia.
Modificaciones a la Carta Magna
Desde el punto de vista teórico, afirmó
la también profesora de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales, la Constitución tiene un procedimiento muy severo
para su modificación. Sin embargo, advirtió, desde su
promulgación ha tenido 502 reformas. Entre los años
1994 y 2000, se registró el mayor número de éstas,
con 77.
No hay que ser tan drásticos, acotó,
y decir que nuestro texto constitucional debe permanecer inmóvil.
Las necesidades sociales cambian y es necesario efectuar ajustes para
armonizar todo el sistema jurídico. “En ocasiones no
serían necesarias tantas modificaciones a la Constitución,
sino a la normatividad secundaria. Además hay que vigilar estrictamente
sus principios torales”, concluyó.
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