• Para lograr una adaptación
al calentamiento global, se deben plantear escenarios y acciones
a nivel municipal y regional, consideró el coordinador General
del Programa de Investigación en Cambio Climático
de la UNAM, Carlos Gay García
• Para finales de siglo, no se descarta un aumento de hasta
6.4 grados de temperatura a escala global
Ante el problema del agua en zonas como el
Valle de México, se requieren acciones como la reutilización
y la captura de lluvia que, aunque quizá no sean suficientes,
“van a ayudar mucho”, consideró Carlos Gay García,
coordinador General del Programa de Investigación en Cambio
Climático (PINCC) de la UNAM.
En la clausura del diplomado “Política
y gestión del agua en la Ciudad de México: un desafío
multidimensional”, organizado por esta casa de estudios, el
experto señaló que, además, para lograr una adaptación
al calentamiento global, se deben plantear escenarios y acciones a
nivel local, municipal y regional.
Al ofrecer la conferencia magistral “Cambio
climático y recursos hídricos” explicó
que, según los escenarios futuros de temperatura, el planeta
será más caliente. No obstante, los de precipitación
indican, por un lado, que lloverá más, y por otro, menos;
“las necesidades del agua son imperiosas y obligan a un esfuerzo
de planeación que tiene que considerar ambas posibilidades”.
Para finales de siglo, el planeta podría
alcanzar de tres a cuatro grados más de temperatura, de acuerdo
con las emisiones de gases de efecto invernadero; aunque, según
el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por
sus siglas en inglés), las temperaturas de hasta 6.4 grados
más a escala global no se pueden descartar. De ahí,
el reto de construir los escenarios nacionales y regionales.
Carlos Gay expuso que se observa un aumento
de la temperatura en latitudes altas. También, la evaporación
se incrementa en casi todo el mundo, y la elevación del nivel
del mar estará entre 14 y 44 centímetros a fin del siglo,
según previsiones del IPCC. Si hubiera cambios abruptos, por
ejemplo, el deshielo de los glaciares de Groenlandia –hay evidencia
de que la tasa de su ocurrencia es mayor a lo esperado–, habría
un aumento de cuatro metros más en el nivel del mar.
Se observan más precipitaciones en
latitudes altas y trópicos, y disminución en los subtrópicos,
lo que se acentuará, e incrementará el número
de días con lluvias intensas. “Éste es otro de
fenómeno que se modifica: llueve menos, pero con mayor intensidad,
lo que plantea retos en cuanto a la administración del agua”.
En la Torre de Ingeniería, Gay García
expuso que, entre los factores no climáticos que afectan las
precipitaciones, se encuentran el cambio de uso de suelo, la construcción
y gestión de embalses, y la emisión de contaminantes.
Se debe hacer eficiente la utilización
de los recursos naturales, no como en la actualidad porque, además,
continúa el crecimiento poblacional: de siete mil millones
de habitantes en la actualidad, habrá nueve mil 500 millones
en 2050; de ellos, hoy mil 200 millones padecen problemas de estrés
hídrico, y para entonces, serán entre dos mil 500 y
tres mil millones de personas.
En el mundo, en los últimos años,
el número de grandes catástrofes por inundación,
es del doble a los ocurridos entre 1950 y 1980. Las pérdidas
económicas han aumentado por un factor de cinco, y 140 millones
de personas, en promedio anual, son afectadas por estos eventos, dijo
el científico.
Además, se espera que las condiciones
de extrema sequía aumenten en 30 por ciento a finales de siglo.
El 2010 fue el año más caluroso en el récord;
el anterior fue 1998, con una combinación de fenómenos
como El Niño, explicó.
En su oportunidad, la coordinadora de Humanidades,
Estela Morales Campos, dijo que las políticas en torno al agua
son complejas porque no se trata de un tema “lineal”,
sino que se entreteje con muchos otros.
El problema del agua, señaló,
es también de educación, pues la gente debe saber cómo
hacer un mejor uso para optimizar ese recurso.
En la clausura del diplomado, Ramón
Aguirre, director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México,
reconoció que alrededor de este tema existen grandes deficiencias
por resolver en la capital del país, como calidad, cantidad,
cobertura y precio del vital líquido.
En la urbe, donde la demanda promedio es
de 300 litros por habitante/día, no se encontrará una
solución a este problema si se parte de que el agua es gratis
o muy barata, opinó.
Asimismo, reconoció que el diplomado,
organizado por la UNAM, es una contribución importante para
entender la problemática del agua de la urbe.
Finalmente, Arsenio González Reynoso,
secretario Técnico de Proyectos, del Programa Universitario
de Estudios sobre la Ciudad (PUEC), y coordinador del diplomado, recordó
que se contó con 29 profesores y conferencistas, 17 de ellos
de la UNAM (de entidades como los institutos de Investigaciones Sociales
y Jurídicas, de Geografía, Biología y Ecología,
entre otros), y ocho de instancias como El Colegio de México,
así como cinco del sector público, entre ellas la Secretaría
del Medio Ambiente del DF, y 58 estudiantes. Al acto, asistió
Alicia Ziccardi, directora del PUEC.
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