• Un rastro de 11 pisadas de
la especie Pico de Pato, con una antigüedad de 70 millones
de años, son analizadas por René Hernández
Rivera, del Instituto de Geología de la UNAM, tras ser descubiertas
en Esqueda, Sonora
• Su estudio revela que no todos eran gigantes, vivían
en grupo y muchos comían plantas cerca de lagos o arroyos
• En México, se han encontrado vestigios de dinosaurios
en Coahuila, Sonora, Puebla, Michoacán y Oaxaca, dijo el
paleontólogo
Con las huellas que tres dinosaurios dejaron
a su paso hace 70 millones de años en el suelo que hoy ocupa
Sonora, el paleontólogo René Hernández Rivera,
investigador del Instituto de Geología (IGl) de la UNAM, descifra
la ubicación, tamaño y comportamiento de esos emblemáticos
animales de la era Mesozoica y del periodo Cretácico Superior.
Con los huesos se puede identificar la especie
y su longitud, detalló el especialista; su comportamiento y
su forma de moverse se obtiene de las pisadas.
Con su más reciente estudio, que
comenzó el año pasado luego de que un grupo de trabajadores
de la construcción encontró un rastro de 11 pisadas
en lajas de cantera en Esqueda, Sonora, Hernández Rivera ha
ayudado a derribar varios mitos, como el que sostiene que eran animales
solitarios, pues las pisadas confirman que vivían en grupos,
o el que señala que eran gigantes, pues aunque hubo especies
de 44 metros de longitud, existieron otras del tamaño de una
gallina.
Tampoco todos eran carnívoros o agresivos,
explicó el paleontólogo, pues los hadrosaurios Pico
de Pato, a los que corresponden la mayoría de las pisadas halladas,
se alimentaban de plantas.
Además, no podían estar en
el agua, como sostiene otra creencia popular, pues por su peso y morfología,
solamente podían acercarse a lagos o arroyos a beber agua,
pero no nadar.
A estas conclusiones ha llegado Hernández
tras analizar, primero en el sitio del hallazgo y luego en su laboratorio
de la UNAM, la información guardada en cada pisada, que se
suma a datos obtenidos en campañas anteriores, donde huesos
localizados en varias zonas del mundo ayudan a atar cabos y completar
las piezas de este rompecabezas del pasado.
Primeras huellas en Sonora
Hace un año trabajadores en Sonora
encontraron en las lajas de cantera de Esqueda grandes huecos hundidos,
dieron aviso al paleontólogo Carlos González León,
responsable de la Estación Regional del Noroeste del Instituto
de Geología de esta casa de estudios (ubicada en Hermosillo),
quien hizo una primera revisión en el sitio.
Para confirmar la autenticidad de las pisadas,
las primeras halladas en esa entidad, González León
pidió la opinión de René Hernández, quien
viajó a Esqueda (municipio de Fronteras) y, desde entonces,
trabaja en el descubrimiento.
“Fuimos a Esqueda y comprobamos que
sí son huellas de dinosaurio. Continuamos la búsqueda
en otras dos partes de la cantera, de ocho metros de alto, y encontramos
más huellas, para sumar 20, pertenecientes a tres dinosaurios
distintos”, señaló el paleontólogo, con
33 años de experiencia en su especialidad.
Hace 70 millones de años esos dinosaurios
pisaron un suelo blando, cercano a un cuerpo de agua, pero con el
paso del tiempo, se formó la cantera y quedaron sus pisadas
para la posteridad. Por eso es posible encontrar huellas en diferentes
estratos, aunque entonces todas estaban en una planicie.
Calca al laboratorio
Como no es posible retirar las huellas de
su sitio original, Hernández y sus colaboradores las fotografiaron,
luego las cubrieron con plástico, y las copiaron para tener
una calca del tamaño, forma y profundidad de cada una de ellas.
Esa calca en plástico es lo que llevan
al laboratorio para un análisis más detallado, que permite
conocer la profundidad de la pisada, su talla, dirección y
separación entre cada una.
“El rastro de 11 huellas delanteras
es de un dinosaurio Pico de Pato; lo sabemos porque tiene tres dedos
redondeados, característicos de los que comían plantas,
mientras que los carnívoros tenían dedos más
largos y puntiagudos”.
Cada huella, añadió, mide 43
centímetros de la base a la punta y corresponde a un individuo
de 18 metros de longitud.
El especialista de la UNAM también
encontró en la cantera algunas pisadas de un carnívoro.
“El hallazgo es importante porque es el primero para Sonora.
Hay registros en Coahuila y Puebla, donde es precursor el Instituto
de Geología”, relató.
Además de las pisadas, el universitario
comenzará a trabajar con algunos huesos encontrados en el lugar,
para completar su estudio.
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